El príncipe Harry de Inglaterra (33 años) y su prometida, Meghan Markle (36 años), no quieren a políticos en su boda, que tendrá lugar el próximo 19 de mayo. Así lo ha hecho saber este martes un portavoz del Palacio de Kensington, que ha dado más detalles sobre el que sin duda alguna será el evento del año en Reino Unido

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y la primera ministra británica, Theresa May, no podrán asistir al esperado enlace matrimonial entre el nieto de la reina Isabel II de Inglaterra y la actriz estadounidense. La pareja no tiene entre sus invitados una lista oficial de líderes políticos, según han informado desde el Palacio de Kensington.

El príncipe Harry y la estadounidense Meghan, actriz divorciada, contraerán matrimonio tras poco más de un año de relación en la capilla de San Jorge, en el castillo de Windsor.

Tampoco podrán disfrutar de la ceremonia los Obama. “Se ha decidido que no habrá una lista oficial de líderes políticos, ni británicos ni internacionales”, comunicaba el portavoz, añadiendo que “el Gobierno británico ya había sido informado de esta decisión”, tomada por la Casa Real británica.

Sólo amigos y familiares

¿El motivo? El príncipe Harry y su prometida quieren que su boda sea un evento íntimo. “No será una boda de Estado”, explicaban fuentes cercanas a la Casa Real británica al diario The Daily Mail. 

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Así, solo estarán convidados los amigos más cercanos de la pareja. La lista de invitados se limitará, según fuentes reales, a aquellos que mantienen una relación directa con la pareja. Las razones de esta decisión son dos: por un lado, la ceremonia religiosa tiene lugar en la capilla de San Jorge, un lugar mucho más pequeño que la abadía de Westminster, donde se casó su hermano mayor, el príncipe William se casó con Kate Middleton en 2011 en presencia de numerosos jefes de Gobierno.

El segundo motivo de querer lejos a los políticos: el príncipe Harry no está en la línea directa de sucesión. 

Y a pesar de que el expresidente de EEUU y el hijo de Lady Di mantienen una excelente amistad, la presencia de Barack Obama podría causar un “problema diplomático”. “Si los Obama fueran invitados, podría interpretarse como un desagravio hacia los Trump”, revelan las fuentes del citado medio.

No quieren regalos, sino donativos a ONGs

La pareja ha pedido donativos para varias organizaciones benéficas, en lugar de regalos de boda. "El príncipe Harry y Meghan Markle no tienen ninguna relación formal con las organizaciones escogidas", apuntó el portavoz del Palacio de Kensington, al aclarar que la pareja ha escogido siete instituciones caritativas a las que dirigir las donaciones, por "representar varios asuntos sobre los que se sienten apasionados".

Entre ellos figuran los "deportes para el cambio social, el empoderamiento de las mujeres, la conservación, el medioambiente, el VIH y las Fuerzas Armadas", agregó.

"Muchas de ellas son organizaciones caritativas pequeñas, y la pareja se complace en poder ampliar e iluminar su trabajo", apuntó, además, ese portavoz real.

En concreto, las siete las organizaciones escogidas por el hijo menor de Carlos de Inglaterra y la fallecida Diana de Gales y su novia estadounidense son: CHIVA (Asociación de VIH infantil); Crisis; la Fundación Myna Mahila; Scotty's Little Soldiers -que vela por hijos de militares de las Fuerzas Armadas-; StreetGames; Surfers Against Sewage (Surferos contra aguas residuales); y la Fundación para la Vida Salvaje del Reino Unido.

Aunque la familia real británica pagará los costes de la boda, entre ellos los del servicio religioso, la música, la decoración floral y la recepción, los gastos de seguridad correrán a cargo del contribuyente.