Bruselas

Los jefes de Estado y de Gobierno de los 28 se enfrentan a una agenda especialmente cargada durante su tradicional cumbre de primavera que se celebra este jueves y viernes en Bruselas. Además de las negociaciones del brexit y el debate sobre el futuro de la eurozona, al menú se han añadido las turbulencias internacionales de los últimos días: la amenaza de guerra comercial con Estados Unidos por los aranceles al acero del presidente Donald Trump o el aumento de la tensión con Rusia tras el ataque con gas nervioso a un exespía ruso y su hija en territorio británico.

Pero de la reunión se esperan pocos resultados concretos. Los líderes europeos se conformarán con guardar una apariencia de unidad en su respuesta a estos desafíos y disimular las fracturas internas que les separan. Después de medio año en el limbo político por sus dificultades para formar Gobierno, Angela Merkel recobra en esta cumbre su protagonismo en la escena europea. La canciller ya ha acordado con el presidente francés, Emmanuel Macron, pactar una hoja de ruta sobre el futuro de la eurozona de aquí a junio. Sin embargo, las dificultades de Italia para formar Gobierno tras el triunfo de las fuerzas euroescépticas en las elecciones del 4 de marzo vuelven a complicar los planes para reformar la UE. Estos son los principales asuntos que se abordarán en el Consejo Europeo.

La guerra del acero con Trump

La cumbre comienza este jueves a las 15:00 horas con una discusión sobre el acero. Los líderes europeos expresarán su apoyo unánime a las medidas que adopte la Comisión en respuesta a los aranceles del 25% sobre el acero y del 10% sobre el aluminio aprobados por Trump. La comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, ha viajado a Washington para intentar negociar que la Unión Europea quede excluida de estas tarifas, como ya ha ocurrido con Canadá y México. De lo contrario, Bruselas activará represalias contra una lista de productos icónicos estadounidenses, como las motos Harley-Davidson, el whisky Bourbon o los vaqueros Levi's. "Esta respuesta sería inevitable dado el número de puestos de trabajo afectados en Europa", ha dicho el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, que sin embargo todavía ve posible una solución en el último minuto.

Ocurra lo que ocurra, los europeos quieren rebajar el tono del enfrentamiento con EEUU y volver a tender la mano a Trump. "La UE debe comportarse de forma más responsable y razonable que nuestros socios norteamericanos", explica un alto funcionario europeo. En este sentido, los 28 reiterarán que la relación transatlántica sigue siendo la clave de la seguridad y la prosperidad tanto de los 28 como de EEUU y pedirán más diálogo. A las disputas comerciales hay que responder con más acuerdos comerciales, sostienen en Bruselas. La UE descarta de momento reactivar las negociaciones del acuerdo de libre comercio con EEUU (el polémico TTIP), pero sí promete acelerar el diálogo con Japón, Singapur, México, Mercosur, Australia y Nueva Zelanda.

Solidaridad con Reino Unido frente a Rusia

La inminencia del brexit todavía no ha afectado a la solidaridad de la UE con Reino Unido en el caso del ataque con gas nervioso contra el exespía ruso Sergei Skripal y su hija en la localidad de Salisbury. Pero los líderes europeos siguen divididos sobre la actitud que deben adoptar frente a la Rusia de Vladimir Putin. Mientras que el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, se apresuró a felicitarle por su reelección el domingo, Tusk no lo ha hecho. "Tras el ataque de Salisbury, no estoy de humor para celebrar la reelección de Putin", alega.

El resultado de estas discrepancias es que de la cumbre se esperan unas conclusiones muy flojas: apoyo a Londres y exigencia a Moscú de que explique lo ocurrido, sin señalarle inequívocamente como culpable. Ningún Estado miembro quiere aumentar la tensión con Putin y por ello se descartan nuevas sanciones de Bruselas contra Rusia, explican fuentes europeas. Tusk ha propuesto, eso sí, reforzar la preparación de la UE frente a posibles ataques químicos, radiológicos o nucleares, así como mejorar la ciberseguridad y las capacidades de contrainteligencia.

El brexit y Gibraltar

Los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 (en una sesión restringida el viernes a la que no está invitada Theresa May) aprobarán el paso a la tercera fase del brexit: la negociación de las relaciones futuras entre la UE y Reino Unido. Los europeos rechazan el traje a medida para Londres que ha pedido May: le dejarán claro que con las líneas rojas que ha fijado el propio Gobierno británico, la única opción disponible es un acuerdo de libre comercio como el que Bruselas ha firmado con Canadá. 

El Gobierno de Mariano Rajoy espera que la UE le dé garantías adicionales en cuanto a su veto sobre Gibraltar tras el brexit, algo que según ha confirmado Tusk sucederá. A la delegación española le ha indignado que el negociador británico, David Davis, presumiera de que el Peñón se beneficiará del periodo transitorio postbrexit -entre el 30 de marzo de 2019 y el 31 de diciembre de 2020- pese a que todavía no hay acuerdo entre Madrid y Londres. Por eso quiere que los 27 reiteren su solidaridad con España en este contencioso. El borrador de conclusiones recuerda que la cuestión de Gibraltar está pendiente de resolver.

La cumbre de los Balcanes, Rajoy y Kosovo

Los líderes europeos deben preparar la cumbre con los países de los Balcanes convocada para el próximo 27 de mayo en Sofía. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sopesa no acudir a la cita si se invita al primer ministro de Kosovo, Ramush Haradinaj, en pie de igualdad con el resto de líderes europeos. España se encuentra entre los cinco países de la UE -junto con Chipre, Grecia, Rumanía y Eslovaquia- que no han reconocido la declaración unilateral de independencia de Kosovo, precisamente para que no sirva de precedente para casos como el de Cataluña.

Pero además, la delegación española cree que la propia celebración de esta cumbre con los Balcanes es un error: genera expectativas que no se pueden cumplir. Para el Gobierno de Mariano Rajoy, la Comisión se ha precipitado al proponer la fecha de 2025 para futuras adhesiones a la UE porque la mayoría de estos países no cumplen los requisitos mínimos para negociar y plantean incluso problemas de seguridad. Desde Bruselas responden que son conscientes de las "sensibilidades" de España y que el formato de la cumbre todavía no está finalizado. La solución tampoco llegará durante este Consejo Europeo.

La tasa digital a los gigantes tecnológicos

La Comisión Europea ha presentado por fin este miércoles su propuesta para crear una nueva tasa digital que gravará con un tipo del 3% las ventas de gigantes tecnológicos como Facebook, Google o Twitter. El objetivo es recaudar alrededor de 5.000 millones al año. Pero esta iniciativa divide a los Estados miembros y por eso Tusk ha decidido ponerla en la agenda de la cumbre. Francia, Alemania, Italia, España o Reino Unido apoyan el impuesto, dado que son los países que pierden más ingresos fiscales por la elusión fiscal de las multinacionales. Pero la medida choca con la oposición de otros países como Irlanda o Luxemburgo, que basan su modelo económico en impuestos bajos y acuerdos de ingeniería fiscal para atraer a las plataformas digitales. Dado que las decisiones sobre impuestos en la UE requieren unanimidad, es improbable que la nueva tasa digital salga adelante.

La UE inicia en solitario la lucha por que gigantes digitales paguen tasas

La reforma de la eurozona

Pese a la reactivación del motor franco-alemán tras la reelección de Merkel como canciller, la reforma de la eurozona sigue en punto muerto. Los países del norte, halcones de la disciplina fiscal, se han rebelado contra los ambiciosos planes del presidente francés, Emmanuel Macron, de crear un presupuesto de estabilización y un superministro de Finanzas para la eurozona. Se oponen a cualquier medida que suponga transferir más dinero o poderes a Bruselas y piden más ajustes a nivel nacional. Estos países cuentan con la simpatía de Alemania, que también quiere descafeinar los planes de Macron. El presidente galo tiene de su parte a España, Italia, Portugal o Grecia. Para tratar de desbloquear el debate, Tusk ha propuesto centrar el debate de la cumbre en dos cuestiones: el presupuesto para la eurozona y medidas para reforzar la disciplina fiscal. Cree que hay opciones de avanzar si ambas cuestiones se discuten en paralelo. Pero tampoco sobre esta cuestión se esperan ahora resultados concretos: el debate va para largo.

Nombramiento de Guindos como vicepresidente del BCE

Tras un largo procedimiento que ha durado prácticamente dos meses, el Consejo Europeo nombrará este jueves definitivamente al exministro Luis de Guindos como vicepresidente del Banco Central Europeo (BCE). Pese a las reservas iniciales por el riesgo de politizar la institución, tanto la Eurocámara como el propio BCE han dado luz verde a la candidatura de Guindos. El exministro sustituirá a partir de junio al portugués Vítor Constâncio para un mandato no renovable de ocho años. En Fráncfort cobrará un salario de más de 330.000 euros al año (cinco veces más que como ministro), más una ayuda para su vivienda