Nueva muerte sospechosa de un ciudadano ruso en suelo británico. Nikolai Glushkov, de 68 años, ha sido encontrado muerto este martes en su casa de Londres, según adelanta The Guardian, que cita a fuentes familiares que han hallado el cadáver.

La causa de la muerte no ha trascendido, pero llega en plena psicosis del caso Skripal, el exespía ruso envenenado junto a su hija en Salisbury. Ambos están en estado grave tras entrar en contacto con un "agente nervioso" y Reino Unido ya ha apuntado oficialmente a Rusia y a su "muy probable" implicación en el suceso.

Sin embargo, la policía británica ha aclarado que la muerte de este exiliado ruso no está relacionada con el caso Skripal. Pero explican que se trata de una muerte "inexplicable".

Tanto Rusia como Reino Unido encuentran en plena escalada diplomática y el país de Putin ha negado hasta ahora cualquier vinculación con el caso Skripal. Se da la circunstancia de que el país celebra este domingo elecciones presidenciales en las que Vladimir Putin parte como claro favorito.  

Glushkov, que había llegado a Reino Unido pidiendo asilo político, era además amigo del célebre oligarca ruso Boris Berezovsky, que fue encontrado ahorcado en su casa en 2013. Berezovsky era cercano al presidente ruso Vladimir Putin.