Bruselas

El ministro de Economía, Luis de Guindos, se enfrenta este miércoles 14 de febrero al primer examen en su carrera hacia la vicepresidencia del Banco Central Europeo (BCE), un cargo por el que cobraría 330.000 euros al año, cinco veces más que su salario actual (70.000). La comisión de Asuntos Económicos de la Eurocámara le someterá a partir de las 19:00 horas a un tercer grado a puerta cerrada para evaluar sus credenciales. Al Parlamento Europeo no le convence que un ministro salte directamente al directorio del BCE, que en teoría es independiente de los Gobiernos. También le ha indignado que entre los aspirantes al cargo no haya ninguna mujer. El otro candidato, el gobernador del Banco de Irlanda, Philip Lane, también será examinado por los eurodiputados el miércoles.

Pese a las dudas de la Eurocámara, Guindos parte como favorito claro para imponerse a Lane en la votación que se celebrará en el Eurogrupo del 19 de febrero, según las fuentes consultadas por EL ESPAÑOL. La opinión del Parlamento no es vinculante y como mucho podría retrasar el nombramiento. Eslovaquia y Portugal ya han anunciado en público que apoyarán al ministro español. El ministro de Finanzas maltés, Edward Scicluna, ha dicho este lunes que los socialistas europeos ven "con simpatía" la candidatura de Guindos porque renunció en diciembre al Eurogrupo en favor del portugués Mário Centeno. "Probablemente, Luis de Guindos lo conseguirá", ha zanjado. Necesita que le voten al menos 14 de los 19 ministros de Finazas de la eurozona.

El Gobierno da además por hecho el respaldo de Alemania, aunque de poco le sirvió en el fallido asalto al Eurogrupo en julio de 2015, que se saldó con la derrota de Guindos a manos del holandés Jeroen Dijsselbloem. "Tenemos perfectamente los apoyos para cumplir con las condiciones de una mayoría cualificada", sostiene el ministro de Economía. No obstante, el Gobierno de Dublín ha decidido mantener a su candidato y se muestra optimista sobre sus posibilidades. "Philip es un excelente candidato", asegura el ministro de Finanzas irlandés, Paschal Donohoe. Estas son las claves de la batalla que enfrenta a España contra Irlanda por la vicepresidencia del BCE.

Un político contra un experto

El principal reproche que se esgrime contra la candidatura de Guindos es que sería la primera vez que un ministro en activo salta directamente al Banco Central Europeo, además sin tener experiencia en política monetaria. Hay otros casos de políticos que se han pasado al BCE, pero siempre de menor rango. Por ejemplo, el alemán Jörg Asmussen, que en 2012 ascendió de secretario de Estado de Finanzas a miembro del directorio de la entidad presidida por Mario Draghi. Pero no participó en su propio nombramiento, como sí hará Guindos. "Un Banco Central debe ser independiente de los políticos y el señor de Guindos es ministro de Finanzas, algo que le descalifica para este alto cargo", asegura a EL ESPAÑOL el eurodiputado verde alemán Sven Giegold, uno de los que le examinarán el miércoles.

Tampoco el propio Draghi ve con buenos ojos la llegada de Guindos como su próximo número dos, aunque en las últimas semanas ha suavizado su rechazo, según las fuentes consultadas por este periódico. Sin embargo, el candidato favorito en Fráncfort es sin duda Lane, considerado uno de los mejores economistas del BCE, a cuyo consejo de gobierno pertenece desde su nombramiento como gobernador del Banco de Irlanda en 2015. Draghi le ha designado como jefe de un grupo de trabajo para diseñar un sucedáneo de eurobonos sin mutualización de riesgos. Desde 1997 enseña en el departamento de economía del Trinity College de Dublín. Doctor en Economía por la Universidad de Harvard, también ha sido profesor de economía y relaciones internacionales en la Universidad de Columbia. Su problema es que el BCE no tiene ni voz ni voto en la elección del vicepresidente, sólo elabora un informe no vinculante.

Dos países infrarrepresentados en la UE

Con la candidatura de Guindos, el Gobierno de Mariano Rajoy aspira a recuperar la silla en el directorio del BCE que perdió en enero de 2012, en plena crisis de deuda. En aquel momento se rompió el pacto no escrito según el cual las cuatro grandes potencias de la eurozona -Alemania, Francia, Italia y España- estarían siempre representadas en el Comité Ejecutivo del BCE, que tiene seis puestos. En sus memorias, el ministro de Economía lo atribuye a un castigo de la canciller Angela Merkel por las políticas económicas del expresidente José Luis Rodríguez Zapatero. En Bruselas se añade que también influyó el perfil del candidato español, Antonio Sáinz de Vicuña, que no era experto en política monetaria sino jurista. El resultado fue que el luxemburgués Yves Mersch acabó sustituyendo a José Manuel González-Páramo pese a las protestas españolas. Y ello en un momento en que el Banco Central se convertía en el órgano más poderoso y eficaz de la UE en la lucha contra la recesión.

Precisamente uno de los argumentos que esgrime Guindos para apuntalar su candidatura es haber sido el artífice del giro que ha dado la economía española, que ha pasado de principal riesgo para la eurozona y de necesitar un rescate bancario de la UE en 2012 a ser uno de los líderes en crecimiento. Un vuelco similar al de Irlanda, que desde el rescate de 85.000 millones de euros que recibió en 2010 se ha disparado a un crecimiento del 7,3% el año pasado. Dublín se queja de que es el único país fundador de la eurozona que nunca ha estado representado en el directorio del BCE. Pero muchos analistas sostienen que su auténtico objetivo para Philip Lane es el puesto de economista jefe de la entidad, que queda libre a principios de 2019. La candidatura a la vicepresidencia sería una forma de abrir fuego.

Sin mujeres entre los candidatos

Entre los 25 miembros actuales del consejo de gobierno del BCE (los 6 del Comité Ejecutivo más los 19 gobernadores de los Bancos Centrales de los países de la eurozona), sólo hay dos mujeres: la alemana Sabine Lautenschläger y la chipriota Chrystalla Georghadji. Desde que empezó a funcionar el BCE en 1998, sólo ha habido 3 mujeres en el directorio de la entidad (frente a 16 hombres). "Esto no contribuye a que los ciudadanos se sientan bien representados. Es simplemente una caricatura de la democracia", denuncia Sven Giegold.

La Eurocámara pidió formalmente en diciembre a los Gobiernos de la UE que presentaran una lista corta de candidatos a la vicepresidencia con equilibrio de género. Pero tanto España como Irlanda han hecho oídos sordos y los dos únicos aspirantes al cargo son hombres. "Es cierto que España está infrarrepresentada pero no entiendo por qué no ha enviado a una mujer, que hubiera sido elegida sin problema", asegura el eurodiputado verde. Este es también uno de los motivos que esgrime el PSOE para justificar su rechazo a la candidatura de Guindos. El ministro de Economía coincide en que el equilibrio de género es "muy importante", pero sostiene que habrá más oportunidades para que entren mujeres ya que en el próximo año y medio se renuevan otros tres puestos, entre ellos el del propio Draghi. La Eurocámara ya retrasó durante varios meses el nombramiento de Mersch en 2012 por falta de mujeres y podría ahora repetir la jugada. Pero no tiene poder de veto.

La clave, quién será el sucesor de Draghi

La elección del vicepresidente del BCE supone también el pistoletazo de salida para decidir el futuro titular del puesto más codiciado, la presidencia de la entidad. Draghi, a cuyo activismo monetario se atribuye la salvación del euro durante la crisis de deuda de 2012, concluye su mandato a finales de 2019. La designación de su sucesor depende de un complicado equilibrio entre norte y sur y países grandes y pequeños. Entre los candidatos no declarados se encuentra el presidente del Bundesbank, Jens Weidmann, que se ha opuesto a la mayoría de medidas de estímulo de Draghi. Pero también se habla de que Francia podría presentar al gobernador de su banco central, François Villeroy de Galhau, o a su número dos, Sylvie Goulard.

La paradoja es que una victoria de Guindos podría tener como consecuencia no deseada para España el endurecimiento de la política del BCE, ya que aumentaría las posibilidades de Weidmann para la presidencia por la necesidad de preservar el equilibrio norte/sur. "La recuperación de España se ha debido a la política monetaria flexible contra la que votó Weidmann. Por eso no sé si el tándem Guindos-Weidmann es la mejor idea para España", señala Giegold a EL ESPAÑOL. En cambio, si gana el candidato irlandés, Francia tendría más posibilidades de llegar a la presidencial del BCE y promover desde allí una política monetaria más favorable a los intereses españoles. En todo caso, el gran hándicap de París es que el BCE ya ha tenido un presidente francés, Jean-Claude Trichet.