Bruselas

El aumento de la presión migratoria en la ruta entre Marruecos y España preocupa en Bruselas. El año pasado, el número de entradas irregulares a la Unión Europea se redujo un 60% en comparación con 2016 (hasta 204.300 personas) debido a la caída de los inmigrantes que llegan a Italia y Grecia. Los acuerdos migratorios entre la UE y Turquía y entre Roma y Libia, también con apoyo comunitario, han permitido empezar a controlar las rutas de las islas griegas y del Mediterráneo Central.

En contraste, España registró una cifra récord de llegadas desde el norte de África de casi 22.900 personas, más del doble que en 2016 y el nivel más alto desde que la Guardia Europea de Fronteras (Frontex) empezó a recoger datos en 2009. Un repunte que continúa durante estas primeras semanas del año y que Frontex atribuye a que Marruecos ha tenido que trasladar parte de los efectivos de control de fronteras a sofocar las protestas en la región del Rif y al uso de embarcaciones cada vez más grandes por parte de los traficantes.

En una entrevista con EL ESPAÑOL, el comisario de Inmigración, el conservador griego Dimitris Avramopoulos (64 años), asegura que Bruselas vigila con atención la situación en España y está dispuesta a aportar más ayuda para controlar sus fronteras si el Gobierno de Mariano Rajoy lo pide. Defiende además que la UE debe aumentar su cooperación con Marruecos en materia migratoria. Respecto a la polémica por las cuotas obligatorias de refugiados -de las que es uno de los arquitectos y que han provocado una fractura entre el Este y el Oeste de Europa- Avramopoulos insiste en que no habrá ninguna solución a la crisis sin un fuerte componente de solidaridad. El comisario contesta a nuestras preguntas por escrito.

¿Responde el aumento de la presión en España al desplazamiento de los inmigrantes que antes entraban por Italia y Grecia?

Estamos siguiendo de cerca el reciente aumento en las llegadas a España desde Marruecos. Mientras que la situación en el Mediterráneo Oriental y Central se ha estabilizado bastante, es cierto que las llegadas por tierra a España desde Marruecos se han duplicado en 2017 respecto a 2016 y por mar casi se han triplicado. Pero la naturaleza de los flujos a España no es la misma que los que afectan a Italia y Grecia. La mayoría son inmigrantes irregulares que proceden de Marruecos, Argelia y Costa de Marfil.

He estado recientemente en Marruecos y allí he mantenido reuniones muy constructivas con los ministros del Interior y de Exteriores. Hemos acordado reforzar la cooperación entre la UE y Marruecos en materia tanto de inmigración como de seguridad y espero que veremos los resultados pronto. De forma colectiva en la UE, tenemos que continuar invirtiendo en todas nuestras relaciones con los países terceros clave, incluido Marruecos, y debemos mantenernos alerta.

¿Cree que la respuesta del Gobierno español está siendo la adecuada? ¿Qué pueden y deben hacer la Comisión y la UE en general para ayudar a España?

España está bajo presión y quiero elogiar los esfuerzos españoles para hacer frente a este reto. Estoy en contacto regular con el ministro Juan Ignacio Zoido y él y España pueden contar con nuestro apoyo constante. Frontex ha venido prestando asistencia a las autoridades españolas en el Mediterráneo Occidental durante los últimos años. En estos momentos hay más de 100 funcionarios y varios barcos y aviones de Frontex desplegados para ayudar con la vigilancia fronteriza, los rescates y el combate contra el crimen organizado en el Mediterráneo Occidental.

También estamos apoyando a España financieramente, con 207,9 millones de euros para gestión de fronteras y 61,8 millones para ayudar a la policía  procedentes del Fondo para la Seguridad Interior, además de alrededor de 400 millones para la gestión de la inmigración a través del Fondo de Asilo, Migración e Integración. Como en todos los casos, la Comisión y las agencia de la UE están dispuestas a prestar más apoyo cuando sea necesario.

El Tribunal de Derechos Humanos de Estrasburgo condenó el pasado otoño a España por las devoluciones en caliente en Melilla. ¿Le preocupa? ¿Qué cambios debe introducir España para garantizar que se respete el derecho al asilo en Ceuta y Melilla?

Tomamos nota de la sentencia pero es España la que debe analizarla y aplicarla. Aunque la gestión de las fronteras exteriores de la UE en España es competencia de las autoridades españolas, como en todos los casos, las medidas que se adopten deben respetar la legislación de la UE. Y eso incluye el respeto del principio de 'no devolución' y la posibilidad para los demandantes de asilo de alcanzar un punto fronterizo que les permita acceder a los procedimientos de asilo. Consideramos que el establecimiento de oficinas en las fronteras en Ceuta y Melilla donde los nacionales de terceros países pueden presentar su petición de asilo es un paso positivo a la hora de garantizar el respeto del principio de 'no devolución'. 

España sólo ha acogido a 1.328 refugiados de los alrededor de 16.000 que le correspondían en el reparto aprobado por la UE, ¿está decepcionado por estos resultados?

España ha demostrado una enorme solidaridad europea. A raíz de los muchos esfuerzos realizados a nivel de la UE, entre ellos el acuerdo con Turquía y las iniciativas en el Mediterráneo Central, ha llegado menos gente y ha habido menos personas que resultaran elegibles para la reubicación. Hasta ahora, los países de la UE se han repartido a más de 32.683 personas (la cantidad inicial comprometida en 2015 era 160.000), cifra que es en realidad el 93% de todas las registradas y elegibles en Grecia e Italia. 

España ha reubicado alrededor del 34% de lo que podría considerarse su cuota justa, teniendo en cuenta que el número de personas a repartir es significativamente inferior a lo inicialmente previsto. El sistema de reubicación ha demostrado ser eficaz y ha evidenciado lo que significan en la práctica la auténtica solidaridad y el reparto de responsabilidades. Y España ha participado en este esfuerzo conjunto, algo por lo que elogiamos a las autoridades españolas. Ahora necesitamos consolidar y solidificar estos esfuerzos para el largo plazo a través de una reforma global y justa del sistema europeo de asilo. España será un socio importante en este trabajo y espero el apoyo de las autoridades españolas.

El Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y varias ONGs han alertado del deterioro de las condiciones de vida de las personas que todavía están en las islas griegas porque los campos allí no están bien preparados para el invierno. ¿Cuántos refugiados quedan en las islas? ¿Qué puede hacerse para mejorar su situación?

Estoy siguiendo por supuesto muy de cerca la situación en Grecia. Estamos haciendo todo lo que podemos para apoyar a las autoridades griegas, que son las responsables de resolver las preocupaciones relacionadas con las condiciones en los centros de recepción de las islas griegas y de responder a las necesidades humanitarias sobre el terreno. Según las cifras de las autoridades griegas, ahora hay alrededor de 13.800 migrantes en las islas. Junto con las agencias de la UE, estamos trabajando incansablemente con Atenas y los socios internacionales para ayudarles a solucionar las carencias persistentes y para aplicar plenamente en acuerdo con Turquía, que es esencial para que mejore la situación en las islas. Por ejemplo, el pasado diciembre concedimos otros 7 millones de financiación de emergencia a Grecia que están destinados a mejorar los estándares de los centros de recepción tanto en las islas como en el continente.

El Consejo de Europa y las ONGs han cuestionado también los acuerdos de Italia y la UE con Libia. ¿Cómo puede garantizar que los derechos de los inmigrantes interceptados en Libia se respeten en las actuales condiciones?

Estamos trabajando incesantemente para salvar vidas y mejorar la situación sobre el terreno en Libia, junto con las organizaciones internacionales. Lo hacemos evitando que la gente se ahogue en el Mediterráneo, evacuando a estas personas de las desastrosas condiciones en Libia y ofreciéndolas vías legales y seguras para venir a Europa. Hasta ahora, en colaboración con la Organización Internacional para las Migraciones, hemos asistido a 15.000 personas para que vuelvan voluntariamente a sus países de origen, donde se les ofrecen programas de reintegración. Con ACNUR, hemos lanzado un mecanismo de evacuación que ayuda a las personas más vulnerables, que necesitan protección internacional, a ser trasladadas de Libia a Europa.

Para febrero de este año, la UE se ha comprometido a financiar otros 15.000 retornos voluntarios y a acelerar su apoyo al mecanismo de evacuación con al menos 1.000 reasentamientos desde Libia. También hemos creado un grupo de trabajo con la Unión Africana y la ONU para acelerar los retornos voluntarios y los programas de evacuación y reforzar la lucha contra los traficantes de seres humanos. Todavía no lo hemos conseguido del todo, pero gracias a la implicación y el apoyo de la UE, esperamos que mejore la situación en Libia y las vidas de los migrantes que están allí.

El mes pasado usted dijo que la propuesta del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, de enterrar definitivamente las cuotas obligatorias de refugiados era inaceptable y antieuropea, ¿hay un choque institucional entre la Comisión y el Consejo?

Me ratifico en lo que dije, pero es positivo que el lenguaje en el documento final del señor Tusk se modificó y era más equilibrado cuando se envió al Consejo Europeo. No hay margen para conflictos institucionales. Las instituciones son complementarias y corresponsables de sostener, promover y defender la Unión y sus principios.

Sin embargo, Polonia, Hungría y la República Checa siguen diciendo que no acogerán a ningún refugiado, incluso aunque usted les haya llevado ante el Tribunal de Justicia de la UE. ¿Todavía espera que cambien de opinión?

Siempre he dicho que creo en el diálogo y prefiero el diálogo a las sanciones. Pero en tanto que comisario europeo, también tengo la obligación legal e institucional de defender los Tratados. No tuvimos otra opción que denunciar a estos tres países ante el Tribunal de Justicia. Pero nunca es demasiado tarde. Mi puerta todavía está abierta y mi mano tendida si desean cambiar de opinión.

Su propuesta para reformar el reglamento de Dublín y crear un mecanismo permanente de reparto de refugiados está bloqueada desde hace más de un año y medio. ¿Ve posible un acuerdo antes de junio como piden los líderes europeos? ¿Está usted dispuesto a proponer cambios, por ejemplo que las cuotas sean voluntarias?

Déjeme ser muy claro: no puede haber ninguna solución sin un fuerte componente de solidaridad. Y esta solidaridad no puede escogerse a la carta. No se trata sólo de Italia o Grecia. Tenemos que estar preparados para el futuro, porque no sabemos qué país puede verse afectado por la próxima crisis migratoria. El acuerdo sobre Dublín es urgente, pero todo está interconectado. Debemos intensificar nuestros esfuerzos con el fin de avanzar y encontrar el equilibrio adecuado entre solidaridad y responsabilidad. Debemos encontrar un acuerdo sobre la reforma de todo el sistema europeo de asilo para junio de 2018. Sé que la presidencia búlgara de la UE está comprometida para lograr este objetivo y les apoyaremos.