Los negociadores de Londres y Bruselas han llegado a un acuerdo de principios sobre la factura que debe abonar el Reino Unido al salir de la Unión Europea (UE), según asegura el diario "The Telegraph". El lunes expiraba el plazo para alcanzar un pacto entre ambas partes. 

El rotativo asegura, a partir de fuentes anónimas de ambos equipos negociadores, que la primera ministra británica, Theresa May, acepta abonar entre 40.000 y 49.000 millones de libras (de 45.000 millones a 55.000 millones de euros) al bloque comunitario.

La cifra final quedará abierta de forma deliberada a la interpretación y dependerá de la metodología que se utilice para calcularla.

Según el diario 'Financial Times', el Reino Unido está dispuesto a aceptar la responsabilidad del pago de obligaciones por valor de 100.000 millones de euros a la UE, si bien los pagos netos de esa deuda, repartidos en diversas décadas, podrían suponer en realidad menos de la mitad de esa cantidad.

Luz verde en la próxima cumbre

May espera que Bruselas dé luz verde en la cumbre del 14 y 15 de diciembre próximos a la segunda fase del diálogo sobre el "brexit", en la que se abordará la futura relación comercial entre ambos lados del Canal de la Mancha.

Los 27 socios comunitarios restantes mantienen que no se dará ese paso hasta que haya "avances suficientes" en tres cuestiones clave del divorcio: la factura de salida, los derechos de los ciudadanos y el estatus de la frontera entre la República de Irlanda y la región británica de Irlanda del Norte.

Un portavoz del Ministerio británico para la salida de la UE afirmó hoy que "el diálogo intensivo entre el Reino Unido y la Comisión Europea continúa teniendo lugar en Bruselas esta semana" y esperan "llegar a un acuerdo".

En los últimos días, el futuro estatus de la frontera irlandesa se ha vuelto a presentar como un escollo de cara a pasar a la siguiente fase de las negociaciones.

El comisario europeo para Agricultura y Desarrollo Rural, el irlandés Phil Hogan, advirtió esta semana de que Dublín presionará para vetar ese avance si Londres no ofrece garantías de que no se establecerán controles fronterizos tras el "brexit".