De valedora y aliada a posible contratiempo. Brigitte Macron se ha convertido en arma arrojadiza para atacar al presidente francés a cuenta del estatus especial de primera dama que el Elíseo está diseñando. Más de 200.000 personas han firmado una petición en Change.org con el objetivo de impedir que la esposa de Emmanuel Macron tenga una partida presupuestaria específica para tener una oficina propia que coordine su agenda de actos oficiales.

Ni la Constitución francesa ni la tradición protocolaria han otorgado nunca un papel especial a las cónyuges del jefe del Estado. Hasta ahora el Elíseo destinaba un despacho y personal de seguridad para la protección de la primera dama pero nunca se había puesto sobre la mesa ir más allá. Macron ya había prometido acabar con este limbo durante la campaña de las presidenciales.

“Pediré que se trabaje para crear un marco operativo. La persona que vive con el presidente debe poder tener un papel definido y ser reconocida por ello”, avanzó durante un mitin.

Los planes de Macron para su primera dama no han sentado nada bien entre las filas de la oposición, que creen que otorgarle un papel especial es un intento más de ‘americanizar’ la política francesa. Desde la derecha y desde la izquierda se han lanzado a criticar el protagonismo de Brigitte Macron.

“En la historia de las parejas presidenciales, las primeras damas siempre han tenido actividades benéficas. No veo por qué la mujer del jefe del Estado debería tener un presupuesto pagado con dinero público”, ha reflexionado el diputado socialista Luc Carvounas.

“Haced lo que os digo, pero no lo que hago”, ha ironizado el parlamentario conservador Thierry Mariani sobre la actitud del presidente Macron, que llegó al Elíseo prometiendo mano dura contra el nepotismo. Además, el polémico enredo con el papel de Brigitte Macron llega en pleno debate del proyecto de ley que prohíbe a los cargos públicos contratar a familiares.

“No hay razón ninguna para que la mujer del jefe del Estado tenga un presupuesto de dinero público. Brigitte Macron ya tiene tres asistentes, dos secretarias y dos agentes de seguridad. Es suficiente”, defiende Thierry Paul Valette, el artista y autor que ha promovido la petición en la plataforma Change.org.

Según el diario francés Le Figaro, hasta ahora se destinan 450.000 euros al año para pagar los sueldos del personal que trabaja junto a madame Macron. Ante las críticas de la oposición y la presión popular, el Elíseo ha decidido dar marcha atrás y aclarar que sólo emitirá una "carta de transparencia" para definir el papel de la primera dama y el presupuesto que se destina a su equipo.

Proyección política



Brigitte Macron ya ha dejado claro que no quiere ser una primera dama florero. “Hace falta mucha seriedad y proximidad sobre el terreno. Escucho lo que dice la gente y aprendo. Nada se improvisa. Es un trabajo de verdad que hago con placer, intentando responder a lo que los franceses esperan de mí”, ha comentado a la revista Voici.

La pareja del presidente galo, profesora de formación, tiene intención de focalizar su rol a visibilizar las dificultades que afrontan las personas discapacitadas y trabajar para mejorar la escolarización de los niños hospitalizados.

La prensa francesa ya se pregunta cuánto podría costar a las arcas públicas este polémico cambio de estatus en medio de una política recortes y racionamiento del gasto público. El asunto no sólo es espinoso por implicar un cambio presupuestario. Francia es un país profundamente presidencialista pero carece de la tradición de dar una proyección política a la primera dama.

Durante la etapa de François Hollande, la pareja del presidente francés sólo fue noticia por motivos ajenos a la política. La separación de la periodista Valerie Trierweiler y la relación con la actriz con Julie Gayet acaparó muchas portadas pero en ningún momento se cuestionó el papel de ambas en el Elíseo y sus apariciones fueron testimoniales.

Brigitte Macron junto a la cantante Rihanna en una recepción en el Elíseo Reuters

El cambio de estilo ya se nota, Brigitte Macron acompaña al presidente en muchos viajes de Estado y visitas oficiales y ya tiene una oficina en la llamada ‘ala Madame’ del Elíseo. Su director de gabinete, Pierre Oliver Costa, ha explicado a la revista Capital que reciben casi 200 cartas a diario. En los dos primeros meses, añade, recibió más que su predecesora, la periodista Valérie Trierweiler, en un año.

Pase lo que pase con la normativa que definirá el trabajo de la primera dama francesa, Costa ha prometido una transparencia total sobre “qué hace, cómo y por qué”.

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