Bruselas

Las relaciones entre la UE y Turquía han tocado fondo, pero ninguna de las dos partes está dispuesta a romper definitivamente. Demasiados intereses cruzados, en particular el acuerdo para frenar la llegada de refugiados sirios a las islas griegas del que se beneficia la Unión. Eso sí, Bruselas y Ankara ya no esconden sus desacuerdos, sino que los exhiben en público. La jefa de la diplomacia comunitaria, Federica Mogherini, y el ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, han intercambiado este martes críticas, reproches y acusaciones durante una tensa rueda de prensa que se ha prolongado casi una hora.

La UE está alarmada por la deriva autoritaria emprendida por el presidente turco, Recep Tayyp Erdogan, tras el fallido golpe de Estado de hace un año y las purgas y detenciones de periodistas y defensores de los derechos humanos. Si no se revierte esta tendencia antidemocrática, las negociaciones para que Turquía entre en la Unión, la liberalización de visados o incluso la mejora de las relaciones comerciales seguirán congeladas, ha avisado Mogherini a sus interlocutores turcos.

"Hemos presenciado un patrón preocupante de encarcelamientos de un gran número de miembros de la oposición democrática, periodistas y defensores de los derechos humanos en Turquía", ha denunciado la jefa de la diplomacia de la UE ante Cavusoglu. "Los derechos humanos, el Estado de derecho, la democracia, y las libertades fundamentales, incluyendo la libertad de prensa, son todos requisitos imperativos básicos para cualquier progreso hacia la Unión Europea", ha subrayado el comisario de Ampliación, Johannes Hahn, también presente en la comparecencia conjunta.

Desde el golpe de Estado de 2016 contra Erdogan, las autoridades turcas han encarcelado a 50.000 soldados, policías, jueces o periodistas, que siguen pendientes de juicio, y ha despedido a otras 150.000.

La delegación turca, en la que estaba también el ministro de Asuntos Europeos, Omer Celik, se ha quejado de no haber encontrado una "solidaridad suficiente" de la UE tras la asonada. El ministro de Asuntos Exteriores sostiene que los detenidos son "pseudoperiodistas" o "pseudopolíticos" que en realidad prestan apoyo a organizaciones terroristas. "Hay periodistas, soldados y políticos que colaboraron con el golpe de Estado del año pasado. Ellos también deben recibir las sentencias adecuadas", ha dicho Cavusoglu.

El Gobierno de Ankara reclama además a la UE que trate al PKK kurdo con la misma contundencia que al Estado Islámico. "Son iguales, son organizaciones terroristas", resaltan los ministros turcos. También se han quejado de que Bruselas no haya tomado ninguna medida contra el clérigo Fethullah Gülen, al que Erdogan acusa de haber orquestado el golpe de Estado. Mogherini ha dejado claro que la UE no tiene intención de incluirle en su lista negra de organizaciones terroristas porque ningún país miembro lo ha pedido.

Compromisos incumplidos

Los ministros turcos han resaltado que Ankara está cumpliendo al pie de la letra el acuerdo sobre refugiados suscrito con la UE. El número de llegadas a las islas griegas ha caído un 99% y Turquía acoge ya a 2,7 millones de sirios. En contraste, sostienen que Bruselas no ha respetado sus compromisos por lo que se refiere a eliminar la exigencia de visados, pagar los 3.000 millones de euros comprometidos o desatascar las negociaciones de adhesión. La delegación turca ha reclamado abrir nuevos capítulos en las conversaciones de entrada como receta para resolver los problemas.

"En las actuales condiciones, la apertura de nuevos capítulos de negociación no es posible", les ha replicado Hahn. Si no ha habido liberalización de visados es porque Ankara todavía no cumple 5 de los 72 requisitos exigidos. Y aunque la UE sólo ha desembolsado 800 millones de ayudas a los sirios en Turquía, ya ha comprometido 2.900 millones para diferentes proyectos, sostiene la Comisión.

Pese a todo, Turquía "sigue siendo un país candidato" a entrar en la UE, ha resaltado Mogherini. Y eso que tanto la Eurocámara como algunos países como Austria han pedido suspender las negociaciones de adhesión por la deriva autoritaria de Erdogan. "Perdería Turquía y perdería la Unión Europea. Si hay problemas, tenemos que negociar y hablar más", ha subrayado el ministro de Exteriores turco.

Antes del encuentro con los ministros turcos, Mogherini se ha reunido con el secretario general de Amnistía Internacional, Salil Shetty, que le ha pedido que endurezca el tono con Turquía. Los dos máximos dirigentes de Amnistía en Turquía están actualmente detenidos y se enfrentan a cargos de terrorismo. "Defender los derechos humanos no es un crimen, pero se está convirtiendo rápidamente en delito en Turquía", ha denunciado Shetty. 

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