Bruselas

El Gobierno de Mariano Rajoy endurece el tono contra el presidente Nicolás Maduro ante el imparable deterioro de la situación política, económica y social que vive Venezuela. El ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, ha pedido por primera vez este lunes a la Unión Europea que examine la posibilidad de imponer sanciones a los dirigentes venezolanos (que podrían ser la prohibición de entrar en la UE y la congelación de sus cuentas) si siguen adelante con la celebración de elecciones para una Asamblea Constituyente previstas para el próximo 30 de julio. 

El cambio de posición de España -que hasta ahora había descartado las sanciones para no dificultar el diálogo interno en Venezuela- se produce después de que más de siete millones de venezolanos hayan participado este domingo en la consulta popular organizada por la oposición en contra de las elecciones constituyentes que Maduro ha convocado para redactar una nueva Carta Magna. 

Durante la reunión de ministros de Exteriores de los 28 celebrada este lunes en Bruselas, Dastis ha sostenido que la celebración de estos comicios el 30 de julio "sería un paso de difícil retorno". Por ello ha planteado al resto de socios europeos que no descarten examinar la posibilidad de "sanciones específicas, individuales y selectivas" para salir de la actual "situación de parálisis", informan fuentes diplomáticas.

Antes del encuentro, el jefe de la diplomacia española ha dicho a la prensa que la Asamblea Constituyente "no es el futuro" para Venezuela y ha reclamado a Maduro que respete la Constitución y reconozca la legitimidad de la Asamblea Nacional ordinaria, controlada por la oposición. Dastis aboga por una salida "negociada, democrática y pacífica" a la crisis venezolana.

TODAS LAS OPCIONES ESTÁN SOBRE LA MESA

Al término de la reunión, la jefa de la política exterior de la UE, la italiana Federica Mogherini, ha reconocido que "todas las opciones están sobre la mesa para consideración política" en el caso de Venezuela, incluidas las sanciones que pide España. Pero ha apostado por tratar de agotar todas las alternativas antes del 31 de julio. "Todavía hay espacio para reiniciar negociaciones serias", alega.

Para Mogherini, lo ocurrido este domingo demuestra que los ciudadanos venezolanos reclaman "una solución pacífica urgente a sus dificultades", que no pasa por las elecciones constituyentes que propugna Maduro. "La convocatoria de la Asamblea Constituyente corre el riesgo de polarizar todavía más el país y aumentar la confrontación", sostiene la jefa de la diplomacia comunitaria.

La UE cree que ahora corresponde al Gobierno venezolano dar pasos para reducir la tensión y volver a la mesa de diálogo con las fuerzas opositoras. "Suspender el proceso de puesta en marcha de la Asamblea Constituyente sería un gesto importante", ha resaltado Mogherini.

Bruselas reclama además poner en marcha un "grupo de amigos" de Venezuela formado por países de la región, que ejerza de intermediario entre Gobierno y oposición y cuyos miembros sean aceptados por las dos partes.

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