Londres

Los unionistas del DUP (Partido Democrático Unionista) se han convertido en los aliados que garantizarán a Theresa May permanecer en Downing Street tras el fiasco de las elecciones de este jueves. No hay compromiso firme pero ambas partes han coincidido en dar “estabilidad” al país. Entre ambos partidos, sin embargo, hay diferencias importantes que podrían poner en riesgo una legislatura a largo plazo.

El brexit no será motivo de disputa entre ambos partidos. Los unionistas respaldaron la salida de la UE en el referéndum. La voluntad de abandonar la Unión Europea y la permanencia de Irlanda del Norte dentro del Reino Unido son las pocas similitudes que comparten. El partido mayoritario en Irlanda del Norte es abiertamente homófobo, antiabortista, no reconocen el cambio climático y es considerado por muchos de extrema derecha.

Además de las diferencias ideológicas y de base hay prioridades diferentes. Los unionistas prometieron en su programa electoral la triple protección de las pensiones que May eliminó en su programa. Los noirlandeses defienden una zona común de viajes con Irlanda y la facilidad de comercio con toda la UE, pero no quieren ni oír hablar de una unión con la República de Irlanda.

El pasado del DUP también es un factor a tener en cuenta. Fue fundado por el predicador Ian Paisley, con una visión extrema de la Iglesia Católica, que jugó un papel polémico pero importante en los tiempos más oscuros del país y llegó a ser el ministro principal de Irlanda del Norte. La actual líder, Arlene Foster, tiene un carácter difícil y su trayectoria política está profundamente marcada por el atentado que presenció cuando el IRA atacó la casa en la que vivía con su padre cuando sólo era una niña.

EL ACUERDO, A UN PRECIO

El pacto entre ambos partidos aún no se ha sellado pero nadie duda de que tendrá un precio. Desde el DUP ya han hecho sus demandas:

La promesa de que Irlanda del Norte no tendrá un estatus especial dentro del Reino Unido tras el brexit tal y como reclama el partido rival de los unionistas, el nacionalista Sinn Féin.

Además, exigen garantías de que no habrá ningún tipo de acuerdo que  deje a la región con un pie dentro de la Unión Europea por su proximidad con la República irlandesa. Este último punto ata un poco las manos de Theresa May de cara a Bruselas en las negociaciones del brexit.

Desde que Theresa May asumió la jefatura de Gobierno hace once meses, la relación con Foster ha sido buena. Ambas líderes siempre han mostrado entendimiento. Ahora llega la hora de la verdad y habrá que ver si esas aparentes simpatías son suficientes para aguantar una legislatura de cinco años o habrá una convocatoria adelantada de elecciones. Otra vez.

CINCO ESCENARIOS PARA EL 'BREXIT'

Los resultados de las elecciones dejan también muchas incógnitas sobre el brexit y la lectura que harán los conservadores. Theresa May dijo el viernes por la tarde que analizarán los resultados y actuará en consecuencia. Estos son los cinco escenarios que podrían darse.

1.- Un hard brexit consesuado en el que los conservadores quizás tendrían que pagar una factura mayor por abandonar el club de los 28 y deberían comprometerse a garantizar los derechos de los ciudadanos.

2.- Un soft brexit en el que Reino Unido se quede dentro del mercado único y garantice la libertad de movimiento de los ciudadanos con pasaporte europeo.

3.- Un choque de trenes con Bruselas. En este caso la primera ministra no se bajaría de sus 13 y seguiría planteando sus tesis de “sin acuerdo es mejor que un mal acuerdo”.

4.- Adherirse al Tratado de Libre Comercio junto con Noruega y Suiza. Reino Unido siempre ha rechazado esta opción porque quiere una nueva fórmula hecha a medida. Esta posibilidad traería consigo algunas concesiones en cesión de soberanía y en materia de inmigración.

5.- La convocatoria de un segundo referéndum es la posibilidad más remota pero en una campaña y en unas elecciones en la que ha pasado lo impensable, todo es posible.

El reloj ya está en marcha para que se materialice el divorcio con la Unión Europea. Desde Bruselas, Donald Tusk aseguró que ya está todo listo para iniciar las negociaciones. Sí ha sugerido que los resultados podrían retrasar el inicio de las reuniones que debían comenzar el lunes 19 de junio pero todos parecen tener claro cuándo acabarán esas conversaciones.  Será el 29 de marzo de 2019, justo dos años después de que Theresa May activase el Artículo 50 del Tratado de Lisboa.

Ahora hay más plazos mas urgentes. May tiene que sellar el acuerdo con el DUP -la formación de gobierno- que podría ser anunciada este mismo fin de semana y todo esto antes de que la reina Isabel II pronuncie el discurso que da el pistoletazo de salida a una nueva legislatura en tan sólo diez días. Para entonces, May tendría que tener garantizado una votación favorable en el Parlamento.

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