La nueva política sí gana elecciones en Francia. El triunfo de Emmanuel Macron en las presidenciales de Francia no sólo ha puesto de manifiesto que una plataforma política de nuevo cuño puede llegar al Gobierno, también pone en peligro de extinción a un partido con décadas de historia, el Partido Socialista francés, que ostentaba todo el poder en el país vecino.

Desde la gran fiesta para celebrar la victoria de François Hollande en la plaza de la Bastilla en 2012, hasta el 6,5% de los votos que obtuvo el candidato socialista Benoît Hamon han pasado muchas cosas. Muchos culpan al presidente saliente como principal responsable del funeral en el que se ha convertido el partido.

“Es necesario un acto de liquidación, hará falta un harakiri, hay que liquidar el Partido Socialista para crear un Partido del Progreso”, vaticinaba el propio Hollande en diciembre de 2015. Acertó en el pronóstico pero desconocía entonces que su propio delfín, el exprimer ministro de Manuel Valls, iba a liderar el entierro.

A menos de un mes para las elecciones legislativas que decidirán el nuevo equilibrio de poderes en Francia, la desbandada del ambicioso político de origen catalán ha desatado un terremoto político en las filas socialistas.

La 'traición' de Valls

Manuel Valls, en una imagen de archivo

“Los viejos partidos están muriendo o están muertos”, sentenció en una entrevista a la emisora RTL Manuel Valls, que ya ha desvelado su intención de ir en las listas de Macron a los comicios del 11 y el 18 de junio para darle “una mayoría amplia y coherente”. El exprimer ministro aspiraba a heredarlo todo pero ahora sus ganas de subirse al tren de En Marche! dependen de la nueva marca que el movimiento de centro prepara a toda prisa para la cita con las urnas

La República en Marcha, que así se llama el nuevo partido, busca candidatos de todos los colores pero ya ha avisado que Valls será tratado como cualquier otro candidato. A pesar de que apoya a Macron, incluso desde la primera vuelta, no gozará de trato de favor alguno y deberá unirse de manera formal a las nuevas siglas si quiere optar a un escaño. Las listas se darán a conocer este mismo jueves.

La traición tiene consecuencias. El secretario general del PS, Jean-Christophe Cambádelis, ha anunciado que Valls perderá el carné de afiliado si se presenta con Macron. Además, deberá rendir cuentas ante la comisión de conflictos del partido. Muchos de sus colegas con cargos públicos le han acusado de no haber asumido su derrota en las primarias y le han echado en cara que es “triste y patético” abandonar el barco cuando está en dificultades.



Hamon agrava la crisis

Por su parte, Benoît Hamon ha asestado este miércoles otro duro golpe a su propio partido al anunciar que planea crear un movimiento “transversal” para “regenerar la izquierda” a partir del 1 de julio, justo después de las legislativas. El candidato socialista a las presidenciales ha matizado que este proyecto no implica que vaya a abandonar el partido. "Seguiré defendiendo las ideas que llevaba en mi campaña sobre la ecología o la renta universal, puesto que serán fecundas", ha explicado.

Jean-Luc Mélenchon se ha convertido también este miércoles en el enésimo problema para el socialismo galo. El líder de Francia Insumisa quiere aprovechar el trasvase de votos en la izquierda y ha tendido la mano a Hamon para que “rompa” los vínculos con el PS y se una a su movimiento, que obtuvo más del 19% de los sufragios en la primera vuelta de las presidenciales.

El Partido Socialista galo, refundado en mayo del 1969, se enfrenta estos días a un futuro incierto, que no es sólo fruto de la gestión de Hollande. “Venían de una posición hegemónica pero el problema de la socialdemocracia francesa es el mismo que a nivel europeo: la crisis económica ha generado una falta de desconfianza del electorado, que ha preferido otras opciones”, analiza Salvador Llaudes. Este investigador del Real Instituto Elcano cree que es “necesaria una refundación general de la socialdemocracia europea”.

Antes de afrontar la reconstrucción, el socialismo galo se juega su supervivencia en las próximas legislativas. “Tendrán que hacer una campaña conservadora, para mantener los resultados, no pueden salir a ganar”, analiza la experta en comunicación política Verónica Fumanal. “Los que han abandonado a su suerte al partido no pueden liderar la nueva etapa”, pronostica al ser preguntada sobre quién podría liderar una refundación. Con Valls y Hamon fuera de juego, aparece el nombre de Anne Hidalgo. “No tiene malas encuestas y de momento no se ha visto salpicada en la división interna que atraviesa el partido, podría ser un perfil para el futuro del socialismo francés”, añade Fumanal.

Precisamente este miércoles, la alcaldesa de París ha anunciado que pone en marcha un movimiento “ecologista, ecológico y social” para refundar la política en Francia.