Bruselas

Las elecciones anticipadas convocadas por sorpresa para el 8 de junio por la primera ministra, Theresa May, no alteran los planes de la Unión Europea para el brexit. Los comicios son un "asunto interno" británico sin impacto ni en el calendario del divorcio ni en la estrategia de los 27 frente a Londres, según ha dicho este miércoles la Comisión Europea. Como mucho, se retrasa un par de semanas el comienzo de las conversaciones: en lugar de principios de junio como se había previsto inicialmente, el diálogo se lanzará inmediatamente después de la votación.

Así lo han acordado May y el presidente de la Comisión, Jean-Claude Juncker, en una llamada telefónica a última hora del martes. "Tras esta conversación, el presidente considera que las auténticas negociaciones políticas sobre el artículo 50 (de divorcio) con Reino Unido comenzarán tras las elecciones previstas para el 8 de junio", ha dicho su portavoz, Margaritis Schinas. Bruselas descarta intervenir de ninguna manera en la campaña electoral.

"Las elecciones en Reino Unido no cambian los planes de la UE a 27", coincide el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. Los siguientes pasos en el calendario se mantienen sin modificaciones. El sábado 29 de abril, los líderes europeos celebran una cumbre extraordinaria para aprobar las directrices de negociación que, entre otras cosas, dan a España derecho de veto sobre el futuro de Gibraltar.

Después, el 3 de mayo, el Ejecutivo comunitario presentará su propuesta de mandato negociador, con muchos más detalles sobre la estrategia y las prioridades de la UE en las conversaciones del brexit. El mandato será aprobado por los Veintisiete el 22 de mayo y a partir de ese momento, el negociador de la UE, Michel Barnier, ya podrá empezar a negociar. "En cualquier caso, las negociaciones iban a empezar en junio, así que no hay ningún problema de tiempo o de retrasos", ha subrayado Schinas.

Disputa por las agencias de la UE

En los últimos días ha surgido un nuevo escollo destacado en las negociaciones del brexit. Se trata del futuro de las dos agencias regulatorias de la UE ubicadas en Londres: la Autoridad Bancaria Europea (EBA), con una plantilla de alrededor de 150 personas; y la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), donde trabajan un millar de funcionarios. El negociador británico, el ministro David Davis, ha dicho que esta cuestión forma parte de las conversaciones de divorcio y no renuncia a que las dos sigan en territorio británico incluso después de que Reino Unido abandone la UE.

Pero la Comisión ha cortado este miércoles de raíz las pretensiones británicas y ha dejado claro al Gobierno de May que no tendrá ni voz ni voto en el traslado de la EBA y la EMA. "Las agencias de la UE deben estar basadas en el territorio de la UE", ha resaltado el portavoz. Su relocalización será decidida por los 27 y no forma parte de las negociaciones del brexit.

Además, el Ejecutivo comunitario le ha recordado a Reino Unido su "obligación de facilitar el traslado de estas agencias, aligerando la carga práctica y financiera para los expertos que trabajan allí, que tendrán que irse a otra ciudad dentro de la UE".

Prácticamente todos los países de la UE han presentado ya candidaturas para albergar alguna de las dos agencias, según explican a EL ESPAÑOL fuentes comunitarias. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, respalda a Barcelona como sede de la Agencia de Medicamentos. Bruselas reclama a los 27 "decisiones rápidas" sobre el traslado porque la EBA y la EMA deben seguir funcionando "sin problemas" tras el brexit.

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