Bruselas

Doble victoria del Gobierno de Mariano Rajoy en la estrategia de negociación que la UE ha hecho pública este viernes para abordar las conversaciones del brexit. Los líderes europeos no sólo han rechazado el estatus especial que reclamaba Gibraltar, sino que además otorgan a España poder de veto en cualquier decisión sobre las relaciones futuras entre la Unión Europea y el Peñón, incluido en lo que se refiere a la frontera.

"Una vez que Reino Unido deje la Unión, ningún acuerdo entre la UE y Reino Unido se aplicará al territorio de Gibraltar sin que haya pacto entre el Reino de España y Reino Unido", subraya el punto 22 de las directrices presentadas por el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. Se trata de un documento de nueve páginas que define la estrategia y las líneas rojas de los Veintisiete en sus conversaciones con Londres.

Si hasta el momento la UE había mantenido una posición neutral en el enfrentamiento entre España y Reino Unido sobre la soberanía de Gibraltar por tratarse de dos Estados miembros, ahora toma partido claramente a favor de Madrid.

"Algo ha cambiado. En las negociaciones del brexit hay una Unión de 27, y en ella sólo está representada una de las partes en la disputa", ha explicado un alto funcionario europeo. La frontera entre España y Gibraltar quedará fuera de las conversaciones para la salida de Reino Unido y deberá resolverse con un acuerdo posterior entre Madrid y Londres, ha confirmado el alto funcionario.

Esta estrategia todavía debe ser aprobada por los jefes de Estado y de Gobierno de los 27 en una cumbre extraordinaria convocada para el 29 de abril. Pero Tusk las ha consultado ya con todas las capitales, por lo que es muy probable que se aprueben sin cambios en lo que se refiere a Gibraltar, precisamente porque Londres ya no participa en ninguna reunión sobre el brexit.

Gibraltar, aislado

El Gobierno gibraltareño de Fabián Picardo había reclamado un estatus especial en la UE que mantuviera la frontera abierta y garantizara el acceso al mercado único de servicios para la industria financiera y del juego del Peñón. Sin embargo, la primera ministra británica, Theresa May, ni siquiera menciona a su colonia en la carta de divorcio que envió a Bruselas el miércoles, y que activó la cuenta atrás de dos años hasta la salida de Reino Unido.

En todo caso, España ha rechazado desde el principio estas exigencias y ha dejado claro que Gibraltar quedará fuera de la UE al mismo tiempo que Reino Unido, es decir, el 29 de marzo de 2019. El ministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis, sostiene que el futuro de Gibraltar tras el brexit debe ser pactado directamente entre Madrid y Londres. Una tesis que ahora han respaldado el resto de socios entre los 27 y que también comparte el negociador jefe, Michel Barnier.

A Gibraltar le espera un "futuro incierto" debido a la ruptura total con la UE que persigue May, según admite un informe elaborado por la Cámara de los LoresEl 95,6% de los gibraltareños votaron quedarse en el referéndum del 23 de junio, de lejos el porcentaje más alto de todo Reino Unido. Ahora, Gibraltar "se enfrenta a posibles consecuencias económicas importantes" como resultado del brexit, especialmente en su industria financiera y del juego, alerta el estudio.

A diferencia de lo que ocurre con Gibraltar, la UE sí que prevé un estatus especial para la frontera entre Irlanda del Norte y la República de Irlanda. Su objetivo es garantizar los acuerdos de paz del Viernes Santo en el Ulster. Para lograrlo, las directrices de negociación reclaman "soluciones flexibles e imaginativas con el objetivo de evitar una frontera dura, a la vez que se respeta la integridad del orden jurídico de la Unión".

Estrategia dura

Las directrices presentadas por Tusk plantean, como se esperaba, una estrategia de negociación dura. "Las conversaciones que están a punto de comenzar serán difíciles, complejas y a veces incluso conflictivas. No hay manera de evitarlo. Pero la UE de los 27 no busca ni buscará un enfoque punitivo. El propio brexit en sí mismo ya es bastante punitivo", ha dicho el presidente del Consejo Europeo.

La UE quiere resolver primero el acuerdo de separación con Londres, cuyos elementos principales serán los derechos de los expatriados y la factura de salida de 60.000 millones de euros. Sólo cuando se logren "progresos suficientes" en estas materias, Bruselas aceptará hablar del futuro pacto de libre comercio con Reino Unido. Algo que debe verificarse en otoño de este año. La primera ministra May pedía que ambas cuestiones se abordaran simultáneamente.

Los líderes europeos dejan claro además que Reino Unido tiene que salir perdiendo tras el brexit. "Un país no miembro, que no tiene que cumplir las mismas obligaciones que los no miembros, tampoco puede tener los mismos derechos y disfrutar de los mismos beneficios que un miembro", señala el documento.

Tusk avisa también a Londres de que no intente la táctica del 'divide y vencerás'. "La Unión enfocará las negociaciones con posiciones unificadas (...) Para no socavar la posición de la Unión, no habrá negociaciones separadas entre los Estados miembros individuales y Reino Unido", apuntan las directrices.

Finalmente, los 27 aceptan la posibilidad de un periodo transitorio de ajuste tras los dos años de negociaciones de divorcio que marca el artículo 50 del Tratado. Pero resaltan que durante este periodo, que en todo caso debe ser "limitado", Reino Unido deberá seguir pagando al presupuesto de la UE, no podrá restringir la inmigración europea y estará sujeto al Tribunal de Justicia de la UE. 

Las directrices de negociación recogen por primera vez por escrito la fecha del brexit: el 29 de marzo de 2019. La UE se compromete a trabajar duro para cerrar con éxito un acuerdo de divorcio con Londres. Pero también "se preparará para afrontar la situación también si las negociaciones fracasan".

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