Comienza la cuenta atrás. El Reino Unido ha invocado el artículo 50 del Tratado de Lisboa y emprende su salida de la Unión Europea hacia la incertidumbre.

Tras su sesión semanal de preguntas en el Parlamento, la primera ministra, Theresa May, ha anunciado el inicio del brexit cumpliendo su palabra de activar la desconexión antes del final de marzo.

"El Reino Unido deja la UE", ha afirmado ante la Cámara de los Comunes, rodeada por pesos pesados de su Gobierno como el ministro para el brexit, David Davis, o el jefe de la diplomacia británica, Boris Johnson. "Éste es un momento histórico del que no hay vuelta atrás".

Minutos antes de que May pronunciara su discurso en Londres, Sir Tim Barrow, representante permanente del Gobierno británico ante la UE, ha entregado en Bruselas una carta de notificación, según ha confirmado el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.

En su intervención, la primera ministra ha buscado lanzar un mensaje conciliador y de optimismo al Reino Unido y la UE, reclamando una nueva alianza que "funcione para todos". "Elijo creer en Reino Unido y que nuestros mejores días están por venir", ha afirmado.

May ha asegurado que Reino Unido quiere ser "el mejor amigo y vecino" de la UE y que, aunque el aún Estado miembro abandona los Veintiocho, no abandonará Europa: "El mundo necesita más que nunca los valores democráticos liberales de Europa, valores que el Reino Unido comparte", ha señalado.

Se abre ahora un periodo de dos años para que Reino Unido salga de los Veintiocho durante el que perseguirá un acuerdo de divorcio favorable a sus intereses, si bien ha advertido de que dejar la UE sin un acuerdo es preferible a hacerlo con uno “malo”.

Los jefes de Estado y Gobierno de los restantes países miembros celebrarán una cumbre extraordinaria el próximo 29 de abril en la que concretarán la postura negociadora de la Unión, aunque podrá verse un primer borrador antes de que finalice este mes.

En una reunión con expatriados el martes, el jefe negociador de la UE para el brexit, Michel Barnier, prometió que la prioridad número uno en las negociaciones será rescatar del limbo a los más de tres millones de expatriados comunitarios en Reino Unido y más de un millón de ciudadanos británicos en el continente, afirmó a este diario uno de los asistentes al encuentro.

Las negociaciones, sin embargo, podrían no llegar a buen puerto y el Parlamento Europeo tendrá la última palabra sobre el pacto final. Asimismo, May ha asegurado al Parlamento de Westminster que podrá pronunciarse sobre el acuerdo de divorcio.

La Eurocámara ha alertado de que no dará el visto bueno a un acuerdo que marque este miércoles 29 de marzo como fecha de corte para la libre circulación de personas. Esto es: no permitirá que los europeos que se trasladen a Reino Unido en los próximos dos años no tengan derecho a permanecer indefinidamente allí.

La carta de Theresa May a Donald Tusk. UK Government

UNA CARTA CORDIAL, PERO CON ADVERTENCIAS

En su epístola a Tusk, que May ya firmó el martes, la primera ministra llama a la UE a mantener las buenas relaciones evocando la retórica de su discurso al Parlamento.

"El Reino Unido quiere que la Unión Europea tenga éxito y prospere", reza la introducción del texto. [Puede leer el documento completo aquí.]

La carta propone una lista de principios que el Reino Unido quiere que rijan las negociaciones. Entre ellos están el respeto y la cooperación, así como "anteponer siempre a nuestros ciudadanos".

Pero también reclama que se negocie un "acuerdo amplio" que incluya no sólo los términos de salida del Reino Unido sino los de su futura relación con la UE. En otras palabras: la futura relación comercial entre el Reino Unido y el bloque de 27.

Mientras el Reino Unido quiere que en los próximos dos años se negocien simultáneamente los términos de salida y los del acuerdo comercial con la UE, Bruselas sostiene que el divorcio debe zanjarse antes que nada.

"Creemos que es necesario acordar los términos de nuestra futura asociación junto con los de nuestra salida de la UE. Sin embargo, si abandonamos la Unión Europea sin un acuerdo, la postura por defecto es que tendremos que comerciar bajo los términos de la Organización Mundial del Comercio [OMC]", alerta la carta.

El Reino Unido podría toparse con aranceles de salir de la UE sin un acuerdo comercial, pero Londres estudia en secreto una solución temporal sin barreras arancelarias al amparo de una cláusula poco conocida de la OMC, según reveló recientemente Politico.

En su escrito, May también sugiere que la cooperación en seguridad puede verse debilitada en la ausencia de un acuerdo, algo que le ha granjeado críticas desde la oposición.

Desde Bruselas, Tusk ha mostrado su decepción con la decisión de Reino Unido y ha buscado enviar una imagen de cohesión al Gobierno británico. "No voy a fingir que estoy contento hoy", ha afirmado. "Pero paradójicamente hay algo positivo en el brexit. El brexit nos ha hecho, a la comunidad de 27, unirnos y comprometernos más que antes".

Los jefes de Estado y Gobierno de los 27 han prometido a través de una declaración conjunta que velarán por los intereses de la Unión y los líderes del Parlamento Europeo han impulsado una propuesta de resolución que marca condiciones duras para aceptar el acuerdo de divorcio del Reino Unido.

Por su parte, la canciller alemana, Angela Merkel, ha dejado claro que el divorcio es lo primero. "Sólo después podremos hablar de nuestra relación futura", ha sentenciado.

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