El pistoletazo de salida de la campaña presidencial francesa ha tenido lugar este lunes en el plató de TF1. A cinco semanas de la primera vuelta, el socioliberal Emmanuel Macron, la ultraderechista Marine Le Pen, el conservador François Fillon, el socialista Benoît Hamon, y el neocomunista Jean-Luc Mélenchon han protagonizado el primer debate televisado de los tres que están previstos hasta las elecciones.

Durante tres horas y media, los cinco candidatos citados en el canal francés (son once en total los que compiten por pasar a la segunda vuelta el próximo 23 de abril) han abordado temas internos como la economía, la inmigración, la educación o la situación de los inmigrantes y refugiados, así como el rol de Francia tanto en la Unión Europea como el mundo con Donald Trump como presidente de Estados Unidos.

Si bien antes del debate la mirada estaba puesta con especial atención en los favoritos de los sondeos (Macron, exministro de Economía del presidente François Hollande, y Le Pen de Frente Nacional, que empatan en intención de voto con un 26%) era también la primera vez que podía abrirse un diálogo en torno a las acusaciones de corrupción que están lastrando a Fillon. El escándalo de los empleos ficticios a tres miembros de su familia y su acusación han acaparado portadas en las últimas semanas, sin embargo, en el debate apenas tuvo una referencia, la que hizo Mélenchon al afirmar que sólo dos de los presentes estaban involucrados en procesos judiciales, Fillon y Le Pen.

Como arranque, una pregunta de calentamiento: "¿Qué presidente quiere ser?". Macron, el favorito en los sondeos, habla de su trayectoria con "orgullo", de banquero a ministro de Economía, y habla de un proyecto "justo y eficaz" para Francia. Tras el candidato de En Marcha, Le Pen (Frente Nacional) ha hecho un alegato por la identidad y los valores franceses al margen de un poder supranacional. La candidata que ha prometido sacar a Francia de la Unión Europea ha afirmado que será la presidenta que evitará que se hagan las cosas "sin el pueblo o contra el pueblo".

Mélenchon, en tanto, ha recordado un punto clave de su programa: la refundación de la república para acabar con lo que denomina "monarquía presidencial". Ha criticado, además, la mala distribución de la riqueza. "Seré el presidente que libere a Francia del exceso de burocracia y hará que el país sea la primera economía europea en unos años", ha afirmado el conservador Fillon. El socialista Hamon, en tanto, ha prometido ser un presidente "honesto y justo", que luchará contra la desigualdad y contra las políticas "hecha por los mismos para los mismos".

El debate se ha articulado en tres bloques de más de una hora de duración en los que ha ido escalando la tensión. En el primer bloque, los candidatos han respondido a preguntas que abordaban temas sociales, desde la educación hasta la religión o la inmigración, asuntos calientes en el país. El segundo bloque se ha dedicado a los planes económicos para el país y los candidatos se han extendido ampliamente, prolongando los 50 minutos marcados por los moderadores a más de hora y cuarto. En el tercero, en tanto, se han abordado cuestiones de política exterior o el papel que ocupará bajo su presidencia Francia en el mundo.

El candidato de extrema izquierda Jean-Luc Melenchon, del partido La France insoumise, que ha mantenido durante todo el debate un tono más pasional que sus rivales, mientras que la ultraderechista se ha mostrado enfática y desafiante en varios puntos del encuentro. Precisamente entre estos dos candidatos se ha producido el primer enganchón de la noche cuando Le Pen ha afirmado que en los colegios no se habla bien francés por culpa de los estudiantes extranjeros y ha pedido suprimir el aprendizaje de la lengua de origen, algo que los demás candidatos rechazan y apuestan por mejorar la educación reforzando el cuerpo de profesores.

INMIGRACIÓN Y LAICISMO

Las posturas polarizadas respecto a la inmigración ha dejado los primeros enfrentamientos de la noche. Mientras que Macron está a favor de una "política de expulsión" negociada con el resto de socios del bloque europeo y procedimientos más eficaces que apliquen sobre todo a las solicitudes de asilo, Fillon ha defendido la creación de una cuota, un máximo de personas que pueden ser acomodadas en el país.

Además, el conservador ha criticado a la canciller alemana Angela Merkel por su gestión de la crisis de refugiados. "Estoy en total desacuerdo con Emmanuel Macron que ha alabado a la canciller alemana cuando ha estado en Berlín por unas políticas sobre refugiados que han resultado ser malas y que ahora están siendo criticadas por sus propios aliados en Alemania", ha argumentado Fillon. "La forma en que se ha manejado esta crisis ha creado un enorme problema para Europa".

Hamon y Mélenchon se han mostrado en contra de esta medida. El primero defiende un enfoque que facilite la "integración de los extranjeros", con acceso al mercado laboral, arguemntando que se trata de un "exilio forzado".

Le Pen, como se esperaba, ha reafirmado su conocida postura sobre el tema: "Quiero poner fin a la inmigración, legal e ilegal". La candidata de Frente Nacional reclama el cierre de fronteras alegando que "no se puede confiar" en lo países vecinos de la UE para el control del flujo de inmigrantes, "entre los que se siguen infiltrando terroristas". La situación de la seguridad en Francia es "explosiva", ha asegurado. 

Además, la ultraconservadora ha afirmado que no quiere que Francia sea una "región" del bloque. "No quiero ser la vicecanciller de Angela Merkel", ha afirmado con rotundidad la candidata que promete un 'frexit' si es presidenta.

Le Pen en un momento del debate. Reuters

La temperatura ha subido cuando los candidatos han empezado a expresar su postura sobre la laicidad, un tema clave en Francia, y en su turno Le Pen ha interpelado a Macron afirmando que no ve la gravedad de la situación: "hace unos años no había burkinis en las playas".

El candidato ha perdido momentaneamente su tono sereno para acusar a Le Pen de querer dividir la sociedad con sus ataques a otras religiones y que sacar a colación el burkini es una forma de no abordar el tema en cuestión. "Está mintiendo a los votantes. Señora Le Pen, su provocación divide a la población", ha enfatizado Macron.

Por otro lado, Macron había defendido la necesidad de la laicidad porque es "lo que protege a los que creen y a los que no", mientras que Mélenchon ha añadido que es fundamental, sobre todo en lo que atañe a la división Iglesia-Estado. En la misma línea, Hamon ha pedido el respeto por la libertad de conciencia. Fillon, en tanto, se ha mostrado a favor de la prohibición del velo en las escuelas y ha afirmado que los "musulmanes deben levantarse contra el ascenso del fundamentalismo y ayudar a extirpar su religión del integrismo".

TRANSPARENCIA EN LAS INSTITUCIONES

El debate ha avanzado hacia la moralidad en la política y los conflictos de interés. El socialista Hamon ha señalado que es "indispensable" la transparencia en la financiación de las campañas políticas ya que, tras haber sido ministro, puede dar fe del "fuerte peso de los grupos de presión".

Fillon, actualmente acusado de malversación de fondos públicos, entre otros cargos, por el caso de los presuntos empleos ficticios a su mujer y dos de sus hijos, ha afirmado que se encargará de "hacer propuestas sobre la prevención de los conflictos de interés y la transparencia". Antes de que se conociera el asunto de lo empleos ficticios a finales de enero, Fillon era el favorito para las presidenciales, desde entonces la intención de voto para el candidato de Los Republicanos ha caído a alrededor del 20%, lejos de los dos principales rivales.

Para fomentar la transparencia, Macron ha afirmado que luchará por eliminar los conflictos de interés "haciendo públicos todos los intercambios que se realicen con los grupos de presión". En este punto, Hamon ha tratado de arrinconar al exministro de Economía preguntándole por el origen de los fondos con los que ha financiado su campaña con su nuevo momiento, En Marcha, a lo que Macron replicó que la identidad de sus donantes está protegida por ley.

Le Pen ha tratado de dar un golpe de efecto: "esta campaña tiene una ventaja: los franceses han descubierto que hay un número de candidatos que defienden intereses particulares de grupos grandes y no los intereses de los ciudadanos". Sin embargo, como ha remarcado Mélenchon, "la campaña ha sido contaminada por algunos de nosotros. Solo hay dos personas involucradas en procesos judiciales (Fillon y Le Pen), los otros no tenemos nada que ver con ello". "En casos de corrupción, es necesario castigar a los corruptos pero también a los corruptores", ha defendido.

Le Pen ha tratado de buscar confrontación nuevamente con su principal rival hacia el Elíseo, Macron. "Hay una puerta giratoria. Se formó en grandes escuelas para ser funcionario público. Se convierte en funcionario y banquero", ha instigado la candidata ultraderechista. Macron, tratando de esquivar el dardo, ha afirmado que eso es también su caso. "No se lo tome personal. Hay problemas cuando en política, los líderes toman decisiones que benefician a empresas", ha insistido Le Pen.

POLÍTICA EXTERIOR

Otro momento encendido ha sido cuando los candidatos defendían sus posturas respecto al papel de Francia en el mundo. Mientras Macron afirmaba que él defendía la autonomía de Francia, ha podido verse a la candidata de Frente Nacional hacer una mueca, tensando un poco más la situación mientras el liberal insistía en que uno de los focos de su programa político es la lucha contra el Estado Islámico. El candidato liberal ha querido reforzar su mensaje restándole fuerza al de sus rivales: "Nadie puede garantizar que con ella o él (por Le Pen y Fillon) no vaya a haber más ataques terroristas". En la misma línea, Hamon ha afirmado que es absurdo considerar que un cambio de gobierno vaya a acabar con el terrorismo.

Para Fillon, la prioridad también está en Siria y la lucha contra EI. Preguntado insistentemente por Hamon si eso implicaría aliarse con Bashar al-Assad, Fillon ha dicho que no.

Respecto a la relación con Rusia, Mélenchon y Hamon han tenido un fuerte intercambio sobre cómo tratar con el presidente Vladimir Putin. Este punto fue una de las causas de división que les impidió unir fuerzas para las elecciones. "No hace falta estar armados hasta los dientes cuando nos enfrentamos a los rusos, mejor conversar", ha dicho Mélenchon, que se postula como "el presidente de la paz". Hamon, sin embargo, ha respondido que cuando se trata de los rusos, mejor estar prevenidos, y ha señalado que tanto Donald Trump como Rusia son focos de inestabilidad a nivel global.

Le Pen ha defendido la necesidad de elevar el gasto de defensa al 3% del PIB para finales de su mandato. Esta idea llega días después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, acusara ante la canciller alemana a los aliados de la OTAN de tener pendientes cuotas y de no elevar su compromiso económico con la alianza. Ante esto, Fillon ha respondido a Le Pen que "sea realista".

Además, la nacionalista afirma que quiere que Francia tenga total control sobre su ejército y ha recuperado el mensaje anti-inmigración del bloque anterior sosteniendo que es clave el control de las fronteras para luchar contra el terrorismo, así como la expulsión del país de los radicalizados y cerrar las mezquitas radicales. "Debemos buscarles en cualquier parte", ha afirmado Le Pen mientras Hamon trataba de interrumpirla diciéndole que "decía tonterías".

LE PEN Y EL 'FREXIT'

Durante el bloque económico, uno de los temas que más encendió el debate es la propuesta de la candidata de Frente Nacional de sacar a Francia de la UE. Le Pen trató de argumentar que la decisión del Reino Unido de salir del bloque y que Donald Trump sea presidente de EEUU son ejemplos a seguir, apoyando su tesis en que el resultado no ha sido tan catastrófico como se ha pronosticado desde las respectivas oposiciones.

"Lo llaman 'proyecto miedo'. Se utilizó antes del brexit y antes de la elección de Trump", ha dicho, afirmando que la economía británica ha crecido más rápido que la del bloque y tiene una menor tasa de desempleo pese al brexit. El argumento del 'miedo' es el mismo que utilizó Boris Johnson, ahora ministro de Exteriores británico, durante la campaña previa al referéndum de junio de 2016 para rebatir los argumentos de aquellos que abogaban por la permanencia.

Actualmente, casi tres de cada cuatro franceses afirman querer mantener el euro, consigna Reuters, y se espera que Le Pen pierda frente a Macron en la segunda vuelta del 7 de mayo aunque hay un elevado número de votantes indecisos que podrían generar más incertidumbre sobre el resultado.

Fillon no tardó en responder para decir que el frexit crearía un caos económico y social. "El asesino en serie real para la capacidad de gasto de Francia es la señora Le Pen y sus planes de salir del euro y restaurar el franco: eso podría disparar la inflación", afirmó el candidato conservador.

Para Macron, el impacto real del brexit está aun por llegar. "Aquellos que querían el brexit dijeron que sería fantástico. Pero todos han desertado ya. Ahora se esconden. Pronto verán los resultados", ha respondido. "No puedes estar con Europa y decir que sus reglas solo aplican a los demás".

MACRON, EL MÁS CONVINCENTE

Los primeros sondeos publicados minutos después de finalizar el debate señalan al centrista Emmanuel Macron como el "más convincente" de los cinco principales candidatos presidenciales. El 29% de los espectadores pensaron que Macron has sido el que ha defendido argumentos más sólidos en el primer debate televisado antes de la cita electoral del 23 de abril.

El sondeo, elaborado por Elabe, ubica en segunda posición al izquierdista Mélenchon (20%) y, empatados en tercer lugar, al conservador François Fillon y a Le Pen, con un 19%. Sólo un 11% de los espectadores han respaldado la credibilidad de Hamon.

En tiempo de palabra, Le Pen y Macron han dominado el debate, con 33 minutos en ambos casos, como muestra el recuento que ha hecho France Info. Quedan dos debates antes de la primera vuelta y se celebrarán, según Le Monde, el próximo 4 y 20 de abril.