Viéndose sin opciones en su Almería natal, Ismael González decidió buscar un futuro mejor 2.000 kilómetros al norte, en Reino Unido. Llegó en 2011, junto con otros 174.000 emigrantes comunitarios, cuando el brexit era aún una utopía en la mente de los euroescépticos.

“Me puse a trabajar de lo que pude, de camarero, de limpiador...”, recuerda al teléfono. Afincado en Londres, este andaluz de 37 años sigue limpiando por las mañanas para ganarse un sueldo extra y durante el día se encarga del mantenimiento de un polígono industrial.

Sus ratos libres los dedica desde hace un tiempo a recopilar la documentación necesaria para solicitar el certificado de residente permanente en Reino Unido ante el temor de que el ahora inminente brexit vulnere su derecho a quedarse en su nuevo hogar.

“Es básicamente por tener al menos un documento que certifique que he estado cinco años trabajando en el país y cumplo los requisitos”, explica. “No ofrecen garantía alguna de qué puede pasar con nosotros”.

Pese a las demandas de políticos y activistas, el Gobierno de Theresa May ha descartado actuar unilateralmente para proteger a los tres millones de europeos que habitan dentro de sus fronteras. De hacerlo, argumenta, perdería poder negociador y dejaría a los 1,2 millones de expatriados británicos en el continente a merced de la Unión Europea.

González llegó al Reino Unido en 2011 y trabaja desde entonces. IG Facebook

La primera ministra pretende iniciar el divorcio este mes una vez el Parlamento le dé permiso y promete un acuerdo rápido sobre expatriados en la mesa de negociaciones.

Pero ante la creciente preocupación de los europeos, la Cámara de los Lores aprobó la semana pasada una enmienda a la ley del brexit que urge al Gobierno a blindar el estatus de los expatriados comunitarios. Asimismo, la comisión parlamentaria para la salida de la UE ha alertado al Gobierno de que no ofrecer garantías a los europeos que “han venido a vivir y trabajar” a Reino Unido sería “inconcebible”.

La enmienda podría caer, sin embargo, en la Cámara de los Comunes, que ya dio el visto bueno a la legislación sin introducir cambios.

No ofrecen garantía alguna de qué puede pasar con nosotros

González agradece el gesto a los lores, aunque duda de que la iniciativa prospere. Desencantado, dice sentirse como una simple “moneda de cambio” en el juego político del brexit. Él tiene claro que regresar a España no es una opción, ya que “tampoco hay nada a lo que volver”. Y, ante la amenaza de una ruptura dolorosa entre Londres y Bruselas, ha optado por solicitar la residencia permanente como potencial salvavidas.

No es el único. Desde el referéndum de junio las solicitudes de residencia permanente en el Reino Unido se han disparado. Los datos más recientes del Gobierno británico muestran que en los dos últimos trimestres de 2016 se aprobaron cerca de 47.000 solicitudes de ciudadanos europeos y familiares, unas 29.000 más que en todo el año anterior. Pero el 28% de las peticiones procesadas fueron rechazadas o consideradas inválidas por las autoridades.

“Desde el referéndum hemos tenido muchas, muchas solicitudes de gente que nunca se lo había planteado”, cuenta a EL ESPAÑOL Oshin Shahiean, socio responsable del bufete especializado en inmigración OTS Solicitors, que asiste a los expatriados con sus peticiones. “Nos llega un montón de gente joven que pide la residencia permanente por causa del miedo y la incertidumbre respecto a su estatus actual y muchos otros que quieren la nacionalidad”.

El Ministerio de Interior no ha puesto las cosas fáciles

Quien lleve cinco años viviendo legalmente en Reino Unido puede pedir documentos que acrediten que es residente permanente. Esta solicitud es además un requisito previo a adquirir la nacionalidad británica. Pero muchos inmigrantes europeos no han contemplado realizar estos trámites hasta ahora que el Reino Unido se dispone a abandonar los Veintiocho.

A menudo, completar con éxito la solicitud de residencia permanente resulta una tarea angustiosa. Los interesados deben enfrentarse a un formulario de 85 páginas, que incluye un recuento de entradas y salidas del Reino Unido, y presentar múltiples pruebas para demostrar que cumplen los requisitos. Aunque el Ministerio del Interior dice que también ofrece la opción de hacer la solicitud en línea a algunos.

González, que ha tenido diversos empleos, ha decidido encarar el trámite por su cuenta y espera tener su solicitud lista antes de verano. Ahora emprende un viaje al pasado para reunir documentos que prueben que ha trabajado y residido en Reino Unido en los últimos cinco años, algunos de los cuales le cuesta conseguir. “Resulta totalmente incomprensible que pongan estas trabas a la gente que está realmente aquí”, denuncia.

Los ciudadanos de la UE no serán expulsados del Reino Unido ni se les negará la entrada únicamente porque no tengan un seguro médico amplio

El grupo activista The3Million, que representa a los europeos que viven en Reino Unido, ha denunciado que el proceso para obtener la residencia permanente es demasiado complejo. Así lo ha expresado también el diputado laborista Hilary Benn, que preside la comisión para el brexit en el Parlamento de Westminster. “El proceso de solicitud de la residencia permanente es desproporcionadamente oneroso”, aseveró el fin de semana.

[Lea por qué el derecho a quedarse es el primer obstáculo del 'brexit' en la UE]

La abogada Anne Morris, directora de la firma especializada en inmigración DavidsonMorris, opina que el proceso no es difícil para aquellos expatriados que hayan trabajado durante cinco años en Reino Unido y mantenido un fichero con documentos acumulados a lo largo de su estancia, como nóminas o facturas.

“La mayoría de la gente con la que lidiamos tiene la documentación; simplemente tienen que pasarse un par de fines de semana revisando los ficheros en casa y juntándolo todo”, afirma Morris. “Como nunca hemos tenido controles de inmigración, como nunca hemos tenido que pedir un visado, no estamos acostumbrados a recopilar documentos, mientras que si fuéramos estadounidenses o australianos estaríamos totalmente acostumbrados”.

Morris afirma que no es necesario rellenar todo el formulario de 85 páginas, sino las partes correspondientes dependiendo de cada caso particular. Asimismo, asegura que ni siquiera es obligatorio presentar el formulario si las pruebas para demostrar que se cumplen los requisitos para la residencia permanente son potentes.

La mayoría de la gente con la que lidiamos tiene la documentación; simplemente tienen que pasarse un par de fines de semana revisando los ficheros en casa y juntándolo todo

Sin embargo, considera que el Ministerio del Interior británico no está explicando bien el proceso y que comete “estupideces” como, por ejemplo, enviar cartas a los europeos que no completan bien su solicitud indicando que no pueden continuar en el Reino Unido. “Definitivamente podrían comunicar mejor”, dice Morris, que asegura que sus clientes españoles no se topan con más dificultades que el resto.

Shahiean, del bufete OTS Solicitors, es más crítico con el departamento que solía pilotar Theresa May antes de su ascenso político. “Digamos que el Ministerio de Interior no ha puesto las cosas fáciles”, afirma.

El letrado destaca un requisito que muchos europeos desconocen y les cuesta cumplir: desempleados y estudiantes deben estar cubiertos por un seguro médico aun pudiendo utilizar el sistema público de salud. “Ése es el mayor obstáculo por la falta de información al respecto”, sentencia.

Por culpa de este requisito, Vanessa Horrillo, sevillana de 33 años, veía su vida hacerse añicos. Filóloga inglesa, ella se mudó a Reino Unido -donde hay más de 100.000 españoles- en 2007 con la intención de perfeccionar el idioma y regresar después a su tierra natal. Se acabó quedando. Al poco de llegar se enamoró de un británico y hoy está casada y tiene una hija con él.

Horrillo ha logrado finalmente la residencia. VH Facebook

Horrillo pasó primero por el mundo del marketing y ahora trabaja como profesora de español. No dejó de trabajar hasta que un par de años atrás tuvo que abandonar temporalmente el mundo laboral para dedicarse a su hija, que nació con complicaciones respiratorias. Cuando se puso a preparar la solicitud para obtener la residencia permanente en Reino Unido tras el referéndum, se dio cuenta de que no había contratado un seguro que la cubriera durante el tiempo que estuvo sin empleo.

“Nadie me había dicho que necesitaba un seguro privado”, lamenta. Buscó un abogado que la ayudara a preparar la solicitud y argumentar su caso y recientemente recibió una buena noticia de las autoridades migratorias: le habían concedido la residencia permanente. “Gracias a ese abogado al final me han dado la tarjeta de residencia permanente, pero tú imagínate todo el sufrimiento que he pasado y el dinero que me he gastado. Y ni siquiera te garantiza nada”, afirma.

Desde el Gobierno británico aseguran que nadie será expulsado del país por carecer de seguro médico y subrayan que los europeos realizan “una contribución vital a nuestra economía y sociedad”.

¿Qué van a hacer? ¿Nos van a echar a todos?

Los ciudadanos de la UE no serán expulsados del Reino Unido ni se les negará la entrada únicamente porque no tengan un seguro médico amplio”, asegura un portavoz. Los requisitos para ciudadanos de países del Área Económica Europea que ejercitan su derecho de libertad de movimientos como personas autosuficientes o estudiantes están establecidos en la Directiva de Libre Movimiento y se aplican a todos los países de la UE, no sólo al Reino Unido”.

Respecto a las solicitudes de residencia permanente rechazadas, el Gobierno asegura que no elabora estadísticas sobre los motivos y que no ofrece declaraciones sobre “procedimientos legales abiertos”.

Ahora que ha recibido la residencia, Horrillo, la madre sevillana, ya está en proceso de solicitar el pasaporte británico y en cuanto lo reciba piensa mudarse con su familia a Sevilla, porque ya no se siente tan acogida en el país que ha sido su casa en la última década. De hecho, muchos europeos están considerando abandonar el Reino Unido por causa del brexit. Por ejemplo, una reciente encuesta del Consejo Médico General sugiere que más de la mitad del personal médico europeo contempla marcharse.

A Horrillo le preocupa lo que considera “narrativas tóxicas” contra los inmigrantes que recorren el Reino Unido y la incertidumbre que acecha al país. “¿Qué van a hacer? ¿Nos van a echar a todos?”, se pregunta.

*La embajada británica en España contactó con este diario tras la publicación del artículo para pedir que se incluyera el testimonio de un portavoz.

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