María Torrens Tillack Pablo Mayo Cerqueiro

"No tengo nada que ocultar", ha asegurado François Fillon en una rueda de prensa esta tarde para explicar su versión del escándalo que le ha hecho descender en los sondeos de cara a las presidenciales de abril en Francia. Según él, todo -el pago de miles de euros a su mujer como colaboradora- es "legal y transparente" y no hay razón para abondar la carrera al Elíseo.

"Sí, empleé a mi esposa como mi colaboradora. Y fue colaboradora de mi suplente. Después la mía de nuevo", ha reconocido sobre el trabajo que dio a su esposa Penelope Fillon, supuestamente ficticio según publicó Le Canard Enchaîné. Le pagó 3.677 euros netos al mes, algo que considera "totalmente justificado para una licenciada en Derecho y Letras".

Ha desmentido que el empleo de su mujer fuera ficticio y ha defendido que no está establecido cuáles deben ser las tareas de los asistentes parlamentarios. Ha asegurado que llevó su agenda, su representación y le ayudó en sus discursos. También fue Penelope Fillon la que se encargó de asuntos administrativos. "Su trabajo era indispensable", ha manifestado a la vez que ha insistido en que su salario estaba completamente justificado.

"Nunca fue mi subordinada, fue mi colaboradora", ha defendido sobre testimonios cercanos a su círculo que han indicado no tener constancia del trabajo de su esposa como asistente parlamentaria.

Todo saltó cuando la publicación Le Canard Enchaîné publicó hace dos semanas que el ex primer ministro había pagado a su mujer Penelope Fillon medio millón de euros a lo largo de ocho años por un empleo supuestamente ficticio como su asistente parlamentaria. Más adelante esta cifra se elevó a 831.440 euros en distintos periodos a contar a partir de 1988.

Le Monde desveló después que dos de sus hijos también fueron empleados supuestamente de forma similar por el candidato al Elíseo. Ha reconocido "trabajar con sus hijos" y ha reconocido que tanto esto como el trabajo con su mujer "fue un error", pues ha entendido que los ciudadanos no lo aprueban. “Empleé a mis hijos durante 15 meses como colaboradores parlamentarios por un salario mensual neto de 3.000 euros cada uno”, ha afirmado.

"Me arrepiento de no haber entendido esto antes", ha dicho sobre el cambio en la opinión pública sobre la contratación de familiares por parte de cargos electos. Aun así, considera que "no hay necesidad de reembolsar el dinero".

Ha defendido que si hace falta algún cambio, será necesaria una reforma completa para todos y ha subrayado que ninguno de los trabajos concedidos a su familia fue ilegal. Ha contado que respondió a preguntas de los investigadores durante "cerca de cinco horas" y ha advertido de que no dejará que sean los medios quienes le juzguen.

Esta tarde publicará en su página web una tabla sobre las remuneraciones a su esposa. Ha detallado su patrimonio e indicado que consiste en una casa, una parte de la casa de su padre y una tercera parte de otro bien en lo concerniente a inmuebles. 

"Fui elegido por millones de franceses", ha dicho para dejar claro que no piensa retirarse de la carrera presidencial, como se ha especulado en días anteriores. "Estoy en la campaña para ganar".

Ha afirmado que no existe una alternativa a él en la derecha y que aquellos en su partido que quieren que se retire de la carrera presidencial "son una minoría". Sin embargo, ha denunciado que se labra una campaña contra él y ha advertido del riesgo de dejar que la candidata del Frente Nacional, Marine Le Pen, compita sin rivales.

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