Un empleado alemán de 51 años del servicio de inteligencia doméstico en Alemania ha sido arrestado como "presunto yihadista", ha desvelado Der Spiegel citando a fuentes de la Oficina Federal para la Protección de la Constitución (BfV, por sus siglas en alemán). El sospechoso está detenido y ha confesado parcialmente. Según su propio testimonio, su objetivo era infiltrarse en el servicio federal y recabar información para llevar a cabo un atentado con bomba contra la sede del BfV.

Además, el presunto terrorista se prodigaba por internet bajo un pseudónimo en el que expresaba su ideología islamista radical y compartía información clasificada. Intentó "pasar información sensible del BfV, que habrían podido poner en peligro la Oficina", han reconocido desde el servicio de inteligencia a Der Spiegel. A pesar de ello, fuentes del BfV han asegurado al diario Die Welt que los empleados del servicio secreto no han llegado a estar en peligro. Aún no había comenzado a planear nada concreto.

El hombre, padre de familia, era empleado de banca y se había convertido al islam en 2014, haciéndose seguidor de un clérigo del ala radical del salafismo. Hacía menos de un año que había sido contratado por el BfV, en abril de 2016. Su cometido era precisamente la observación de los entornos islamistas en Alemania, según la versión facilitada a Der Spiegel y que sin embargo las fuentes de los servicios secretos no han querido corroborar posteriormente. No resultó sospechoso ni durante su postulación al puesto de trabajo ni durante su formación.

Sin embargo, los investigadores han encontrado en su poder dispositivos para almacenar datos con informaciones sobre, por ejemplo, operaciones o lugares de operaciones de las fuerzas de seguridad. El topo lo desvelaba todo a través de cuentas en un chat de internet con distintos alias, según ha confirmado la Fiscalía de Düsseldorf al medio alemán.

Por internet reconoció ser un empleado del servicio secreto y ofrecía infiltrar a otros para atentar contra los "infieles". Lo que no sabía era que una de las personas al otro lado del chat también era un empleado del BfV, pero de los buenos. 

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