Bruselas

La Comisión Europea ha puesto sobre la mesa este miércoles una nueva iniciativa para blindar las fronteras de la UE frente a amenazas como el terrorismo o la inmigración irregular. Bruselas propone crear un sistema electrónico de autorización previa de viaje (ETIAS, por sus siglas en inglés), cuyo objetivo es detectar a posibles sospechosos y denegarles la entrada antes de que lleguen al espacio Schengen. La iniciativa es una copia del sistema ESTA que Estados Unidos puso en marcha en 2009, y que ya obliga a los europeos a pedir autorización.

Cuando ETIAS comience a funcionar, los viajeros extracomunitarios deberán pagar una tasa de cinco euros si quieren entrar en el espacio Schengen. "Al detectar a individuos problemáticos e impedirles que vengan, fortaleceremos la seguridad interior de Europa", ha asegurado el comisario de Seguridad, el británico Julian King. El problema es que Bruselas ya ha propuesto otras iniciativas similares para reforzar los controles en las fronteras exteriores en la lucha contra el terrorismo, pero ninguna de ellas se ha aprobado todavía. 

¿Qué países deberán pedir autorización?

El nuevo sistema se aplicará al medio centenar de países cuyos ciudadanos pueden viajar al espacio Schengen sin tener que pedir visado. Entre ellos se encuentran Estados Unidos, Canadá y Australia, pero también Andorra, México, Brasil, Argentina, Colombia, Chile o Perú. Una de las grandes incógnitas es si también se exigirá autorización previa a los ciudadanos británicos cuando Reino Unido deje la UE. Bruselas asegura que el ETIAS no es un visado. No obstante, la autorización previa será un requisito obligatorio para poder entrar en el espacio Schengen. Cuando EEUU puso en marcha la ESTA, los europeos se quejaron formalmente por entender que sí equivalía a un visado blando.

¿Cuál será el coste del sistema?

Bruselas estima que poner en marcha la base de datos de ETIAS tendrá un coste de 212,1 millones de euros y que su presupuesto anual de funcionamiento se situará en 85 millones. Pero cree que el sistema será autosuficiente desde el punto de vista financiero porque el coste se cubrirá con las tasas que se cobren a los viajeros. Cada viajero tendrá que pagar 5 euros para lograr la autorización, que tendrá validez para cinco años. La tasa sólo se aplica a los mayores de 18 años. El sistema europeo será más barato que el de EEUU, ya que para obtener la ESTA hay que pagar 14 dólares (13 euros al cambio actual) y el permiso sólo dura dos años. El sistema estará gestionado por la nueva Guardia Europea de Fronteras y Costas, en cooperación con las autoridades nacionales y Europol.

¿Cómo funcionará ETIAS para detectar a sospechosos?

Los extracomunitarios que quieran ir al espacio Schengen deberán rellenar, días antes de su viaje (EEUU recomienda hacerlo al menos 72 horas antes de la partida), un formulario electrónico y pagar la tasa, un procedimiento que según Bruselas no costará más de 10 minutos. Entre los datos que tendrán que proporcionar se encuentran el nombre, el número de pasaporte, la residencia o detalles de contacto. Esta información se contrastará de forma automática con todas las bases de datos de sobre individuos sospechosos, como las de Europol e Interpol o la del sistema de información de Schengen. La gran mayoría de solicitantes (el 95%) lograrán la autorización en cuestión de minutos tras realizar el pago. Pero si salta alguna alerta, el sistema permitirá denegar la entrada al individuo en cuestión, que podrá apelar la decisión.

¿Cuándo entrará en vigor?

La propuesta de Bruselas tiene que ser aprobada ahora por los Gobiernos de los 28 y por la Eurocámara, que siempre se ha mostrado preocupada por el impacto sobre la privacidad de las recogidas masivas de datos. La Comisión espera que ETIAS esté plenamente operativo a partir del año 2020. Pero los retos tecnológicos para cumplir este plazo son enormes, puesto que la mayoría de bases de datos no están interconectadas. Además, el ritmo de toma de decisiones es muy lento. El Ejecutivo comunitario ya ha propuesto otras dos iniciativas para reforzar las fronteras exteriores y ambas están todavía pendientes de aprobación por la Eurocámara. La primera obligaría a controlar los pasaportes de todos los ciudadanos europeos en las fronteras exteriores. La segunda consiste en crear un registro de entradas y salidas para recoger la fotografía y las huellas digitales de todas las personas que entren en el espacio Schengen.

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