Bruselas

Los dirigentes de la Unión Europea han acogido con alivio el fracaso del primer ministro húngaro, Viktor Orban, y de su referéndum sobre las cuotas de refugiados. El 98,3% de los votantes han rechazado el reparto obligatorio de demandantes de asilo, pero la participación apenas ha alcanzado el 40,4%, casi 10 puntos por debajo del umbral del 50% necesario para que el resultado fuera vinculante.

Orban ha restado importancia a la invalidez del referéndum y ha anunciado que de todas formas legislará en contra de las cuotas. Pero Bruselas sostiene que la consulta no tendrá ningún impacto jurídico o político sobre la política migratoria de la UE, precisamente por ser nula. Y avisa de que la legislación comunitaria está por encima del derecho nacional de los Estados miembros.

"No sé de qué resultado me está hablando", ha dicho el portavoz de la Comisión Europea, Margaritis Schinas, al ser preguntado por las consecuencias del referéndum húngaro. "Respetamos la voluntad democrática del pueblo húngaro, de los que votaron y de los que no", ha agregado. Son las propias autoridades húngaras las que han declarado nulo el referéndum y las que deberán decidir ahora qué hacer con los resultados, señala el Ejecutivo comunitario.

El presidente de la Eurocámara, el socialista Martin Schulz, sí se ha referido directamente al fracaso de Orban y ha celebrado que los ciudadanos húngaros hayan desoído su campaña contra las cuotas de refugiados. "Lo que la UE necesita ahora es diálogo para encontrar soluciones, no tensiones artificiales", ha escrito en su cuenta de Twitter.

"Ha ganado el conjunto de Europa. El populismo y la xenofobia han perdido. Las mentiras de Orban se han topado con un muro de ladrillo", ha proclamado el líder del grupo socialista en la Eurocámara, Gianni Pittella. "Hay un claro perdedor, el primer ministro Orban. Ya no podrá presumir de un mandato del pueblo húngaro para bloquear la cooperación de la UE sobre la crisis de refugiados cuando le plazca", afirma el presidente del partido Verde europeo, Reinhard Bütikofer.

"Es un mal día para el señor Orban y un buen día para Hungría y para la UE", se ha felicitado el ministro luxemburgués de Asuntos Exteriores, Jean-Asselborn. Asselborn ha llegado a pedir expulsar a Hungría de la Unión por tratar a los refugiados "peor que a animales salvajes". El Partido Popular Europeo, del que forma parte Orban, ha guardado silencio.

Hungría debe cumplir su cuota

Pese a no dar ninguna validez a los resultados del referéndum, la Comisión ha querido repetir este lunes que la consulta se refería al futuro de la política migratoria de la UE. En ningún caso afecta al reparto de 160.000 demandantes de asilo aprobado hace un año, que sigue en vigor y es obligatorio para todos los países miembros. A Hungría se le asignó una cuota de 1.294 demandantes de asilo, pero todavía no ha acogido a ninguno. Además, Orban ha recurrido la decisión, junto con Eslovaquia, ante el Tribunal de Justicia de la UE.

Bruselas amenaza ahora con expedientar a Hungría si persiste en su negativa a aceptar su cuota. "La Comisión continuará vigilando e informando regularmente sobre la aplicación de las decisiones. Y se reserva el derecho a tomar medidas contra los Estados miembros que no cumplan sus obligaciones", ha dicho el portavoz. Tampoco Austria ha relocalizado a ningún refugiado, mientras que Eslovaquia lleva sólo 3. 

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