La persecución de la mujer y de las libertades individuales continúa en Afganistán. El Gobierno talibán ha eliminado los libros escritos por mujeres del sistema de enseñanza universitaria del país y ha ilegalizado la enseñanza de los derechos humanos y el acoso sexual en todas las etapas educativas.
También han prohibido 18 asignaturas universitarias, la mayoría sobre mujeres, entre ellas Género y Desarrollo, El Papel de la Mujer en la Comunicación y Sociología de la Mujer.
Además, los talibanes han prohibido internet en el norte de Afganistán "para prevenir actividades inmorales" por su preocupación por la pornografía y el "coqueteo" entre hombres y mujeres en redes sociales y aplicaciones.
De hecho, las conexiones ya se han cortado en cinco provincias, Kunduz, Badakhshan, Baghlan, Takhar y Balkh, que abarcan los mayores núcleos de población de la región, y deja a oficinas, hogares y otros negocios sin Internet.
Se trata de la primera prohibición de este tipo en Internet desde que los talibanes tomaron el control de Afganistán en 2021. Si bien afecta a todas las conexiones de internet mediante fibra óptica, el acceso a internet mediante datos de telefonía móvil sí estará disponible.
Todo prohibido para las mujeres
La llegada de los talibanes ha tenido mucho impacto en la vida de los afganos, pero sobre todo en las mujeres y niñas, anulando sus derechos y libertades básicos.
Todo ello dentro de una política de control total con el objetivo de aplicar una interpretación extrema de la ley islámica (sharía) que ha provocado una situación descrita por la ONU como "apartheid de género" y calificada como la peor del mundo para las mujeres afganas.
De hecho, las mujeres no pueden asistir a la educación secundaria ni a las universidades, ya que la educación más allá de la primaria está vetada.
El acceso al trabajo fuera de casa está prácticamente prohibido para ellas, excepto para algunas doctoras o maestras en condiciones muy limitadas.
Salir del hogar sin la compañía de un varón de la familia (mahram) está prohibido. Esto incluye cualquier tipo de desplazamiento, aunque sea corto.
Se ha prohibido la voz de las mujeres en público: no pueden hablar, cantar ni recitar en espacios abiertos o frente a micrófono, ni ser escuchadas en medios de comunicación.
El acceso a la mayoría de los espacios públicos -como parques, bibliotecas, cafeterías, gimnasios y medios de transporte- se encuentra restringido o directamente vedado.
La vestimenta está fuertemente reglamentada: es obligatorio el uso de velo integral que cubra el rostro y el cuerpo, sin ropa ajustada, atractiva ni colorida; también se prohíbe el maquillaje y el perfume.
Practicar cualquier deporte o acudir a centros deportivos está vetado para mujeres y niñas.
Tienen prohibido viajar en transporte público con hombres o sin acompañante masculino. De hecho, hay una segregación estricta en espacios como autobuses y otros servicios públicos; las mujeres deben estar separadas de los hombres y limitar su contacto incluso visual con ellos.
Además, las mujeres no pueden aparecer en los medios de comunicación ni publicar imágenes de seres vivos, según la ley de moralidad impuesta.
Todo esto son sólo algunos ejemplos de la vida de las mujeres en Afganistán, controlada y vetada por los talibanes. Todos hombres.
