Okinawa
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La tensión en el Pacífico está alcanzando nuevas cotas. Por primera vez, China ha desplegado drones de ataque GJ-2 en las proximidades de Okinawa, la prefectura más meridional de Japón. Esta provocadora maniobra, que incluye el sobrevuelo de zonas estratégicas entre las islas niponas, ha puesto en alerta máxima a las Fuerzas de Autodefensa japonesas. La incursión, que también involucró aviones de vigilancia, marca un punto de inflexión en la escalada militar de Pekín y amenaza con desestabilizar aún más el delicado equilibrio en el mar de China Meridional, cercano a Taiwán.

El 26 de febrero de 2025, el dron GJ-2, también conocido como Wing Loong II, fue detectado volando desde el mar de China Oriental, pasando entre la isla principal de Okinawa y la isla de Miyako, antes de adentrarse en el Océano Pacífico. La aeronave continuó hacia el noreste a lo largo de la cadena de islas Ryukyu hasta llegar a Amami Oshima, en la prefectura de Kagoshima, antes de dar la vuelta y regresar al mar de China Oriental por la misma ruta. En respuesta, la Fuerza Aérea de Autodefensa de Japón (JASDF) movilizó cazas F-15J para interceptar y monitorear el dron.

Junto al GJ-2, la fuerza aérea china desplegó simultáneamente un dron de reconocimiento BZK-005, que siguió una ruta casi idéntica. Esta incursión sin precedentes coincidió con el ejercicio militar conjunto estadounidense-japonés "Iron Fist", que se desarrolló hasta el 7 de marzo e incluía maniobras en múltiples ubicaciones, incluyendo Okinawa. La presencia simultánea de estos drones cerca de las islas japonesas ha suscitado preocupaciones sobre posibles actividades de vigilancia o mensajes estratégicos de Pekín, especialmente considerando que el GJ-2 puede llevar hasta 12 misiles aire-tierra. 

Un bombardero chino H-6 vuela al este del disputado banco de arena Scarborough en el Mar de China Meridional. Reuters

IA en la defensa japonesa

En la base aérea de Naha, en Okinawa, el Contraalmirante Takuhiro Hiraki, Comandante de la 5ª Ala Aérea de la Fuerza de Defensa Aérea del Sudoeste, afirmó en una entrevista para EL ESPAÑOL que las operaciones de las Fuerzas de Autodefensa (FAD) se rigen por "normas y protocolos establecidos, priorizando la desescalada y una respuesta mesurada y adecuada". Sin embargo, Hiraki se mostró cauto al ofrecer detalles sobre las medidas preventivas ante posibles conflictos.

"Nuestra misión principal es la vigilancia y la seguridad de las aguas territoriales de Japón", declaró el Contraalmirante, añadiendo que las FAD "ofrecen apoyo cuando es necesario, manteniendo una estrecha cooperación con otras fuerzas para asegurar una supervisión y una respuesta eficaces". Hiraki enfatizó: "Adaptarnos a las nuevas tecnologías es una prioridad; aunque seguimos utilizando eficientemente los sistemas convencionales, también estamos formando al personal para gestionar tecnologías avanzadas".

Fuentes del Ministerio de Defensa japonés revelaron que están trabajando en diversos ámbitos tecnológicos cruciales. "La toma de decisiones rápida mediante inteligencia artificial, la capacidad de intercepción no cinética, incluyendo láseres de energía dirigida y microondas de alta potencia, la respuesta a armas hipersónicas, la protección frente a la guerra electrónica y los ciberataques, así como la tecnología de vehículos aéreos no tripulados, serán fundamentales en la construcción de sistemas de defensa aérea multicapa", señalaron. Esta estrategia se alinea con la reciente política del Ministerio de Defensa sobre el uso de IA en aplicaciones militares, que busca optimizar la carga del personal y acelerar la toma de decisiones.

Además, Japón ha anunciado planes para probar sus primeros aviones de combate no tripulados pilotados por IA en 2025. Estos drones, desarrollados por Mitsubishi Heavy Industries, realizarán patrones de misión específicos para evaluar las diferencias entre el pilotaje en entornos simulados y reales. Este avance se enmarca en la colaboración con Estados Unidos para desarrollar aviones autónomos, reflejando el compromiso de Japón con la innovación militar y la adaptación a las nuevas formas de guerra.

El dron chino WZ-7 CCTV News WeChat account

El Ministerio de Defensa asegura que continuará implementando "estrictamente" medidas de vigilancia y alerta en el espacio aéreo y marítimo japonés. Esta postura se refuerza con la reciente creación del Mando de Operaciones Conjunto de las Fuerzas Armadas, diseñado para integrar mejor las capacidades terrestres, marítimas y aéreas del país, especialmente ante las crecientes tensiones con China.

Yonaguni: la isla bajo la sombra china

A escasos 100 kilómetros de Taiwán, la isla japonesa de Yonaguni se ha convertido en un punto estratégico en la creciente tensión entre China y Japón. Con apenas 1.700 habitantes, este remoto territorio es testigo directo de la expansión china en la región. Shigenori Takenishi, jefe de la cooperativa de pescadores local, confirma a EL ESPAÑOL el aumento alarmante de la presencia naval china. "Los barcos del ejército chino se acercan cada vez más a nuestras zonas de pesca entre Yonaguni y las islas Senkaku", relata. Estas aguas, ricas en marlín y atún rojo, son ahora escenario de una silenciosa batalla geopolítica.

"Somos pragmáticos: evitamos salir cuando detectamos su presencia, sobre todo si son grandes buques", explica Takenishi desde el puerto. "Es innegablemente amenazante: últimamente hemos visto muchos barcos, incluso portaaviones", dice con preocupación y el dedo apuntando hacia el horizonte.

"Somos pragmáticos: evitamos salir cuando detectamos presencia china, sobre todo si son grandes buques"

El alcalde de la isla, Kenichi Itokazu, comparte esta inquietud. En su despacho, adornado con numerosas banderas taiwanesas y japonesas, símbolo de las buenas relaciones con Taipéi, Itokazu expresa su alivio por la presencia de un contingente de 200 efectivos de las FAD en la isla. "El Ejército chino... es aterrador. Lo percibimos como una amenaza real", confiesa.

Contrastando con la tensión china, las relaciones con Taiwán son cordiales. "Taiwán nos avisa antes de realizar prácticas navales para que evitemos esas zonas de pesca. No sentimos antagonismo hacia ellos", explica el alcalde. Sin embargo, la amenaza china es tan real que Yonaguni cuenta con un plan de evacuación de emergencia. "En caso de ataque, podemos evacuar la isla en pocas horas por vía aérea hacia Fukuoka", revela Itokazu. "Aunque sabemos que no todos querrán irse, garantizamos la opción a quien lo desee".

Esta situación en Yonaguni refleja la creciente tensión en el Pacífico y el delicado equilibrio que Japón debe mantener entre su alianza con Estados Unidos, sus relaciones con Taiwán y la amenaza expansionista de China.

La estrategia tecnológica 

Desde Pekín, las incursiones de drones y aviones en el espacio aéreo cercano a Okinawa y las islas Senkaku (conocidas como Diaoyu en China) se presentan como parte de una reclamación "legítima, histórica y soberana". China sostiene que estas islas han formado parte de su territorio desde la antigüedad y que fueron ocupadas ilegítimamente por Japón durante su expansión imperialista del siglo XIX.

El gobierno chino defiende que sus actividades militares y de vigilancia son "normales y legítimas", realizadas dentro de su jurisdicción para proteger sus intereses nacionales. Además, considera que la presencia militar de Japón y Estados Unidos en la región, especialmente en Okinawa, representa una amenaza para su seguridad y justifica sus medidas defensivas.

El despliegue de tecnología avanzada, como el dron GJ-2, refleja la determinación de Pekín de intensificar su capacidad de vigilancia y respuesta rápida en esta región estratégica. Estos vehículos aéreos no tripulados permiten a China mantener una presencia constante sin exponer a personal militar a situaciones de riesgo directo, además de proyectar su imagen como potencia militar moderna y avanzada.

Sin embargo, es importante señalar que la posición china sobre las islas Senkaku/Diaoyu ha sido cuestionada por Japón y otros países. Japón argumenta que incorporó legalmente las islas a su territorio en 1895, tras confirmar que eran terra nullius (tierra de nadie). Además, Tokio sostiene que China no planteó objeciones a la soberanía japonesa sobre las islas hasta la década de 1970, cuando se descubrieron posibles reservas de petróleo en la zona.

La disputa territorial sobre las islas Senkaku/Diaoyu sigue siendo un punto de tensión significativo en las relaciones entre China y Japón. A medida que ambos países continúan modernizando sus capacidades militares y aumentando su presencia en la región, el riesgo de un conflicto accidental o una escalada de tensiones permanece latente.