La designación de Shehbaz Sharif como nuevo primer ministro de Pakistán en el Parlamento pone fin, de momento, a la crisis política que ha atravesado en el último mes el país asiático, marcada por acusaciones de traición, teorías de la conspiración, y una moción de censura con éxito contra el anterior mandatario, Imran Khan.

Sharif logró la victoria en la votación celebrada esta tarde en la Asamblea Nacional (Cámara Baja) con el apoyo de 174 votos, una mayoría en una Cámara de 342 representantes, pero que se produjo sin ningún miembro de la formación del depuesto Khan en la bancada.

Minutos antes de que comenzase la votación para conocer quién sería el futuro mandatario de Pakistán, y después de un largo discurso del candidato de Khan y exministro de Exteriores Shah Mahmood Qureshi, los parlamentarios del Pakistán Tehreek-e-Insaf (PTI) se levantaron de sus escaños y abandonaron la sala.

Un boicot similar al protagonizado el año pasado por la oposición, ahora en el Gobierno, cuando no se presentó al voto de confianza propuesto por el entonces primer ministro Khan, ahora derrotado.

Este abandono ya había sido adelantado por Khan minutos antes de comenzar la sesión, asegurando que todos los miembros de su partido dimitirían, pero sus palabras no se hicieron efectivas hasta que terminó el discurso del candidato Qureshi.

"No legitimaremos un Gobierno traído por una intervención extranjera. Estamos boicoteando y anunciando nuestra renuncia a la Asamblea Nacional", sentenció Qureshi.

Favorable a Occidente

Una crítica que sigue la línea iniciada por Khan, que ha convocado nuevas manifestaciones en todo el país tras denunciar la existencia de una "conspiración extranjera" dirigida por Estados Unidos y la oposición para derrocarle, una acusación que Washington siempre ha negado.

A diferencia de su predecesor, Sharif es considerado un político más favorable a Occidente. Khan llegó incluso a mantener una reunión en Moscú con Vladimir Putin el mismo día que Rusia comenzó la invasión de Ucrania.

Los analistas afirman que Sharif disfruta de buenas relaciones con el todopoderoso Ejército de Pakistán, que ha gobernado el país la mitad de su historia e incluso durante los periodos democráticos se considera que controla la política de seguridad y Exteriores.

En su primer discurso como mandatario, que efectuó desde la tribuna de la Asamblea Nacional tras anunciarse el resultado de la votación, Sharif no evitó hablar sobre la teoría de la conspiración esgrimida por Khan, y se comprometió a organizar una sesión informativa sobre la misma. "Si se prueba siquiera un ápice de conspiración extranjera, renunciaré en un segundo y me iré a casa", precisó.

En su alocución, Sharif también fijó como prioridad desatascar la situación económica que atraviesa el país, con el valor de la rupia en mínimos históricos frente al dólar estadounidense. "Nuestra economía está pasando por momentos terribles, (pero) desde hoy comenzamos una nueva era de progreso", sostuvo.

El primer ministro electo, de 70 años, prestó juramento esta noche en la sede presidencial, aunque no pudo hacerlo ante el presidente Arif Alvi, de baja por motivos de salud, por lo que fue sustituido para el juramento por el presidente del Senado.

Coalición y... ¿corrupción?

Sharif, de la Liga Musulmana de Pakistán (PML-N), formará un Gobierno de coalición con los opositores Partido Popular de Pakistán (PPP), el Jamiat Ulema-e-Islam (F), y el Muttahida Qaumi Movement-P, que fue crucial al abandonar su alianza con el PTI, impulsando el triunfo el pasado fin de semana de la moción de censura contra Khan.

Sin embargo, este gabinete durará poco más de un año, hasta mediados de 2023, cuando están previstas unas nuevas elecciones generales. Sharif ya cuenta con experiencia administrativa, después de ocupar hasta en tres ocasiones el cargo de jefe de Gobierno de la provincia oriental de Punjab.

Además de hacer frente a la grave situación económica que vive el país, el hermano del exiliado líder y exmandatario paquistaní Nawaz Sharif deberá sortear las acusaciones de corrupción que pesan sobre él, y que desde el principio de su mandato la formación de Khan ale ha recordado.

"El hombre tiene 16.000 millones de rupias (86,7 millones de dólares) de corrupción en un caso y 8.000 millones de rupias (43,3 millones de dólares) en otro caso, quienquiera que lo seleccione o lo elija, no hay mayor insulto al país que esto", criticó este lunes Khan. Pese a no haber sido condenado, Sharif tiene varios casos de corrupción en su contra.

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