Indonesia notificó el miércoles, por primera vez desde el inicio de la pandemia, más de 1.000 muertos por coronavirus en un sólo día. El dato es significativo porque además se produce en medio de un repunte de casos que ha provocado el colapso hospitalario en la hiperpoblada isla de Java, que se ha quedado sin suministro de oxígeno en seis ciudades.

Este nuevo máximo en la cifra de muertes llega además en un momento de enorme preocupación por el estallido de un nuevo brote que se va extendiendo por todo el archipiélago. Las autoridades instan a monitorizar los casos diarios y la ocupación de camas hospitalarias en 43 áreas consideradas "zonas rojas" y a restingir la movilidad.

"Todas estas recomendaciones se implementan para contener los casos, para evitar un gran repunte como el que está ocurriendo en Java", señaló Airlangga Hartarto, ministro de Economía, en unas declaraciones recogidas por Reuters.

Indonesia es el cuarto país del mundo más poblado y ha implementado sus medidas más restrictivas en Java y Bali después de experimentar un crecimiento exponencial de los casos de Covid-19. Las autoridades sanitarias relacionan este incremento con la rápida propagación de la variante delta, mucho más contagiosa e identificada por primera vez en la India.

Sin embargo, con brotes aún mayores en Papua y Sumatra, se ha tenido que instar a los líderes regionales a implementar restricciones, incluyendo la garantía de que las oficinas y los centros comerciales operen al 25% de su capacidad. Y se ha obligado a cerrar los restaurantes y los centros comerciales a las 5 de la tarde.

Trabajadores médicos hacen un test de coronavirus a una persona en Bogor, cerca de Yakarta. Reuters

El miércoles Indonesia notificó 34.379 nuevos contagios y 1.040 muertes. Ambas cifras no se habían alcanzado antes en toda la pandemia. El número de decesos registrado es seis veces superior a las cifras diarias de finales del mes de mayo. 

Mientras aumentan las voces críticas por la respuesta de Indonesia a la crisis sanitaria, una alianza de organizaciones no gubernamentales, incluida Amnistía Internacional (AI) y el Instituto de Ayuda Legal, le han pedido al Gobierno que pida disculpas por su mala gestión de la crisis de la Covid-19 desde el inicio de la pandemia.

Los malos datos del miércoles provocaron que las autoridades amenazaran con anular las licencias de las compañías que permanezcan abiertas en los próximos días. Desde el Gobierno también emitieron unas pautas sobre la capacidad máxima de las oficinas de los negocios considerados fiundamentales. Todo esto ocurre después de que el Ejecutivo tomara el control de decernas de empresas que habían incumplido las normas.

Frágil sistema de salud

El aumento de los casos ha ido acompañado de una creciente sensación de ansiedad por el frágil sistema sanitario de Indonesia y sde pone en duda su capacidad para manejar una crisis sanitaria que, lejos de terminar, todavía está en desarrollo.

En las redes sociales circulan mensajes rogando ayuda para encontrar tanques de oxígeno y camas de hospital, ya que los hospitales del área metropolitana de Java están muy cerca de alcanzar su capacidad máxima. El Gobierno ha preparado una estación de recarga de oxígeno en Yakarta para abastecer a los hospitales y ha dado la orden de que todo el oxígeno que se produzca en el país se utilice con fines médicos.

Hay que tener en cuenta que las existencias de oxígeno portátil se agotaron el miércoles en seis ciudades de Java, incluidas Yogyakarta y Solo, según M. Hendry Setiawan, funcionario de la Comisión de Supervisión de la Competencia Empresarial (KPPU).

Un paciente de Covid-19 descansa en una tienda temporal fuera de la sala de emergencias de un hospital en Yakarta, Indonesia. Reuters

Las autoridades han alertado a la población contra la acumulación de tanques de oxígeno y equipo médico, sobre todo ahora que hay más pacientes recibiendo tratamiento. Y a veces incluso muriendo en sus casas porque no pueden encontrar una cama de hospital en la que recibir la atención necesaria.

"Los hospitales deberían aceptar pacientes que hayan dado positivo porque mi hermano fue rechazado... y no sabemos si podemos cuidarle en casa", señala Harfan Dani (35 años), un ciudadano que hace cola en las calles de Indonesia para comprar oxígeno.

Esta semana el ministro de Sanidad hizo dos promesas: impulsar los servicios de telemedicina para aquellas personas que viven aísladas en sus casas con síntomas leves, y añadir 8.000 camas hospitalarias.

Pero los médicos se preguntan cómo van a cubrir las nuevas instalaciones con personal, con miles de trabajadores sanitarios en cuarentena después de contraer la enfermedad, a pesar de estar vacunados.

Australia se comprometió el miércoles a donar equipos de oxígeno, tests de Covid y 2,5 millones de dosis de vacunas de AstraZeneca. La situación en Indonesia es preocupante y, si no se actúa a tiempo, podría recordar a la que sufrió la India hace apenas tres meses

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