El jefe del ejército de Myanmar le ha dicho al Papa Francisco que no hay "discriminación religiosa" en el país, durante las conversaciones al comienzo de la delicada visita del pontífice al país acusado de "limpieza étnica" contra la minoría musulmana rohinyá.

Min Aung Hlaing ha señalado en un post de Facebook que "no hay ninguna discriminación religiosa" y que "nuestro ejército también actúa para la paz y la estabilidad del país". Tampoco hay "discriminación entre grupos étnicos", agregó.

Hlaing está a cargo de las operaciones militares en el estado de Rakhine, y es considerado el responsable de la campaña lanzada por las fuerzas de seguridad contra los rohinyá, que obligó a más de 620.000 a huir a la vecina Bangladesh en lo que la ONU calificó de "limpieza étnica". La reunión ha durado quince minutos, durante los que ha conversado sobre "la responsabilidad de las autoridades en esta época de transición del país", según ha explicado el portavoz del Vaticano, Greg Burke.

La reunión del Papa con el comandante se había programado para la mañana del miércoles, pero se movió a las pocas horas de aterrizar el pontífice. Está previsto que se reúna con el líder de facto del país, Aung San Suu Kyi, en los próximos días.

Rohinyá, palabra prohibida

la iglesia de Birmania, que apoya de manera incondicional a Suu Kyi, ha pedido expresamente al papa que no pronuncie el término rohinyá, advirtiendo de que puede "crear tensiones".

El portavoz de la Conferencia episcopal de Myanmar (CBNM), Mariano Soe Naing, aseguró en declaraciones a la agencia vaticana Asianews "que la relación con los conciudadanos budistas es muy buena, no existen hostilidades. Los problemas podrían surgir si el Santo Padre utilizará el término rohinyá. Esto daría pretexto a los extremistas para crear tensiones".

En febrero de este año, durante un Angelus, el Papa lanzó su llamamiento a la comunidad internacional sobre el drama que estaban viviendo los rohinyás, "expulsados, torturados y asesinados por su fe".

"Hay que entender a Suu Kyi"

Los líderes de la comunidad islámica, por su parte, anunciaron que pedirán al Papa que interceda en favor de la minoría musulmana.

"Le diré que pida a las autoridades que resuelvan el problema rohinyá. Las autoridades le escuchan como a un amigo", ha dicho Al-Haj U Aye Lwin, el coordinador del Centro Islámico de Birmania.

"Estamos todavía en el proceso de transición política, que no ha terminado", dice el coordinador, quien mantiene que "la operación militar contra los rohinyás fue una maniobra del Ejército para poner en un aprieto a Suu Kyi".

"Los militares saben que Suu Kyi no puede defender en público a un grupo musulmán porque la gente se le echaría encima", afirma el líder islámico. 

Recuerda que Suu Kyi fue duramente criticada hace dos años porque los musulmanes la votaron en bloque en las elecciones que la auparon al poder, y los militares y sus aliados, los monjes budistas radicales, la acusaron de querer iniciar la "islamización" del país. "No defiendo a Suu Kyi, pero hay que entender su situación", precisa.