Al menos dos personas han muerto y más de 80 resultaron heridas como consecuencia de la explosión de un camión bomba y posterior ataque contra el consulado de Alemania en Mazar-e-Sharif, en el norte de Afganistán, confirmaron a Efe fuentes hospitalarias.

Noor Muhammad Faiz, jefe del hospital público de la provincia de Balkh, de la que Mazar-e-Sharif es capital, indicó que casi todos los heridos son civiles y que llegaron tras la explosión contra el consulado, muchos de ellos heridos por vidrios rotos en la detonación.

El portavoz talibán Zabihullah Mujahid indicó en un comunicado que el ataque se produjo en venganza por el reciente bombardeo contra de países invasores en Kunduz que dejó víctimas civiles.

El ataque comenzó con el lanzamiento de un camión cargado con explosivos contra el edificio y el posterior ingreso de talibanes a la instalación para disparar al personal del consulado de Alemania, a la que los insurgentes la acusan de estar detrás de "todos los crímenes en la provincia de Kunduz".

Según la versión de los insurgentes, que generalmente sobredimensionan los resultados de sus acciones, la mayor parte del consulado fue destruido en el ataque, y "sus espías, soldados y otros empleados murieron o resultaron heridos".

Al menos 32 civiles murieron la semana pasada en una operación realizada por las fuerzas afganas con apoyo aéreo de Estados Unidos contra un grupo de talibanes que se habían reunido al norte de la ciudad de Kunduz, capital de la provincia homónima.

El presidente afgano, Ashraf Gani, anunció el envío de un equipo a la provincia para investigar el ataque, mientras que el jefe de las tropas de Estados Unidos y la OTAN en el país, el general John Nicholson, prometió colaborar con Kabul para esclarecer los detalles.

Afganistán vive una situación de creciente violencia ante el progreso de los talibanes, que en las últimas semanas intensificaron los combates en los alrededores de al menos cinco de las 34 capitales de provincia, entre ellas Kunduz.

La OTAN permanece en el país con alrededor de 12.000 efectivos en tareas de asesoramiento a las fuerzas nacionales, y EEUU mantiene a 9.800 soldados, una dotación que disminuirá para el año que viene hasta los 8.400 militares.