El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha trazado una nueva hoja de ruta para forzar a Vladímir Putin a negociar un alto el fuego en Ucrania. La estrategia, anunciada este lunes en la Casa Blanca durante una reunión con el secretario general de la OTAN, Mark Rutte, incluye tarifas del 100% a los productos rusos y sanciones secundarias a los países que mantengan vínculos energéticos con Moscú.
El segundo punto parece más efectivo que el primero cuando el comercio entre Estados Unidos y Rusia es ínfimo desde 2022.
“Estoy muy, muy decepcionado con Putin”, ha dicho Trump desde el Despacho Oval. “Las conversaciones son agradables, pero luego bombardea a todo el mundo por la noche”. Trump sostiene que el comercio puede ser “una herramienta eficaz para poner fin a las guerras”. Estas medidas, sin embargo, tienen un alcance limitado, dado el escaso intercambio comercial entre Washington y Moscú desde el inicio de la guerra en 2022.
Aun así, la Casa Blanca considera que el mensaje tiene valor simbólico y que puede aumentar la presión internacional sobre Putin.
Más significativa parece la decisión de reactivar el suministro de armamento a Ucrania. Trump confirmó el envío de sistemas de defensa aérea Patriot, considerados clave para proteger las infraestructuras y los núcleos urbanos del país. Los detalles sobre la operación son escasos, pero el presidente insistió en que el material será financiado por los aliados europeos.
Según lo acordado, varios Estados de la OTAN adquirirán el armamento a fabricantes estadounidenses y lo transferirán a las fuerzas ucranianas.
“Llegarán muy pronto”, ha asegurado Trump, sin ofrecer un calendario concreto. Rutte, por su parte, ha subrayado que se trata de un primer paquete de gran envergadura que incluirá misiles y otros equipos defensivos. La medida responde a las reiteradas peticiones del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, que lleva semanas reclamando más ayuda ante el aumento de los bombardeos rusos sobre ciudades como Kyiv, Járkiv o Sumi, donde el último ataque dejó cuatro muertos.
Trump, que se ha mostrado reticente en ocasiones anteriores a aplicar sanciones severas a Moscú, parece haber perdido la paciencia tras una reciente conversación telefónica con Putin. Fuentes de la Casa Blanca explican a la agencia Reuters que el mandatario estadounidense esperaba señales de apertura por parte del líder ruso, pero salió del encuentro convencido de que Moscú no tiene intención de frenar la ofensiva.
El secretario general de la OTAN le ha dado la razón en todo: “Si yo fuera Putin y escuchara lo que se está preparando para dentro de 50 días, me lo pensaría dos veces antes de seguir evitando las negociaciones”.