El pasado 14 de abril Donald Trump, se deshacía en elogios a su homólogo salvadoreño, Nayib Bukele, por encarcelar en su megacárcel a centenares de migrantes deportados por Washington. "¿Podría construir más, por favor?", llegó a pedirle durante su visita a la Casa Blanca, expresando su deseo de expulsar a "tantos como podamos sacar del país".
Ahora apenas dos meses y medio después, el republicano ya cuenta con su propia megaprisión en Florida con una capacidad de hasta 5.000 inmigrantes, Alligator Alcatraz, un improvisado centro de detención levantado en apenas dos semanas y rodeado de caimanes, cocodrilos y pitones.
La instalación, inaugurada este martes por el propio presidente en un acto propagandístico con un evidente mensaje dirigido al movimiento MAGA, ha sido construida en una pista de un aeropuerto abandonado en medio del humedal de los Everglades, uno de los más grandes del país.
El nombre elegido del centro no es casual. Su objetivo es sembrar el miedo entre las personas sin papeles en Estados Unidos en plena ola de redadas migratorias desde la vuelta del republicano a la Casa Blanca. Alligator por la amplia presencia de reptiles cuadrúpedos en sus alrededores y Alcatraz en clara referencia a la mítica prisión en una isla de la bahía de San Francisco y que el propio Trump ha prometido reabrir.
"No siempre se tienen tierras tan hermosas y seguras. Tenemos muchos guardaespaldas y muchos policías en forma de caimanes. No hay que pagarles tanto", bromeó el republicano a su llegada al centro, acompañado por la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem y el gobernador de Florida, Ron DeSantis.
Un comentario que venía a refrendar al que hizo horas antes desde la Casa Blanca antes de partir hacia Florida. "Les vamos a enseñar a huir de un caimán. Si escapan de la cárcel, a huir. No corran en línea recta, corran así", dijo Trump, mientras hacía gestos de 'zig zag' con la mano, en referencia a cómo deberían correr los inmigrantes para salvar sus vidas.
"Tus posibilidades de escapar suben alrededor de un 1 %", añadió sonriendo ante la prensa.
Durante la inauguración del centro, DeSantis, junto al presidente, anunció que espera que cuente con jueces de inmigración 'in situ' para acelerar las deportaciones. "Estamos ofreciendo a nuestra Guardia Nacional y a otros miembros de Florida para que actúen como jueces de Inmigración. Estamos trabajando con el Departamento de Justicia para obtener las aprobaciones".
De esta manera, el gobernador republicano indicó que los migrantes que fueran trasladados al centro serían juzgados en uno o dos días y deportados inmediatamente, acelerando todo el proceso.
Una pieza clave en su política migratoria
Bajo este planteamiento, la Administración Trump espera hacer de Alligator Alcatraz una de las piezas clave de sus políticas de inmigración y orden público de mano dura, que son la base de la agenda del movimiento MAGA, y cumplir así con su promesa electoral de llevar a cabo expulsiones masivas.
"Solo hay un camino para entrar, y la única salida es un vuelo sin retorno; es un lugar aislado, rodeado de fauna peligrosa y un terreno implacable", advirtió la portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, en una rueda de prensa el lunes. "Esta es una manera eficiente y económica de ayudar a llevar a cabo la mayor campaña de deportación masiva en la historia de Estados Unidos".
El zar fronterizo del presidente, Tom Homan, declar a CNN: “Estoy deseando que abra, y meteremos a los extranjeros allí en cuanto podamos”.Por su parte, DeSantis describió el centro como un “un sitio que lo tiene todo” en una entrevista con Fox.
Protestas de activistas este martes cerca de Alligator Alcatraz coincidiendo con la visita de Trump a las instalaciones.
Según datos oficiales, el número de detenidos por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), una agencia gubernamental dependiente del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, aumentó de 39.000 en enero a aproximadamente 56.000 a 15 de junio, la mayor cantidad desde 2019.
Ante este incremento, la Administración Trump está presionado para encontrar nuevos espacios como éste de Florida donde albergar a los arrestados en las redadas migratorias ante los bloqueos judiciales y problemas legales que ha enfrentado su Administración por sus deportaciones a la megacárcel de Bukele o a la base naval de la Bahía de Guantánamo, en Cuba.
Los abogados de algunos de los inmigrantes detenidos además de organizaciones de derechos humanos han cuestionado la legalidad de estas deportaciones, además de criticar las condiciones en los centros de detención temporal.
Un centro entre la crítica y la polémica
En una perfecta sintonía entre la Administración Trump y el Gobierno de Florida, las autoridades locales construyeron este centro en un terreno natural recurriendo a unos poderes de emergencia en virtud de una orden ejecutiva emitida hace años por DeSantis para responder a la crisis migratoria, causada según él, por el Ejecutivo de Joe Biden.
Un atajo legal que ha permitido levantar este centro, que costará 450 millones de dólares anuales, en apenas dos semanas eludiendo leyes y regulaciones.
Los gastos correrán a cargo de Florida y serán reembolsados por la Agencia Federal para la Gestión de Emergencias (FEMA), entidad en principio destinada a responder ante inundaciones, tornados y terremotos, según informa Associated Press.
La apertura de esta cárcel de inmigrantes también ha provocado críticas, no solo de activistas por los derechos humanos y ecologistas, sino también de miembros de la comunidad indígena de ese estado como los Miccosukee y Seminole, que la consideran una amenaza para sus tierras sagradas.
Para más inri, funcionarios estadounidenses promocionaron la apertura de las instalaciones publicando en redes sociales imágenes de caimanes con gorras del ICE.
El Partido Republicano de Florida vende ropa y fundas para latas de cerveza con temática de caimanes.
Merchandising de Aligator Alcatraz vendido por el Partido Republicano de Florida.
Precisamente, grupos ecologistas e indígenas protestaron este martes cerca del centro de detención a la misma hora en la que Trump visitó el lugar para denunciar que la celeridad con la que se erigió la infraestructura es incompatible con el cumplimiento de las leyes ambientales.
Los manifestantes se congregaron junto a la carretera que lleva al centro de detenciones, mostrando pancartas con lemas como 'Mantengan al ICE fuera de las tierras sagradas de los nativos' o 'No usen la naturaleza como arma contra nuestras comunidades'.
La Policía se vio obligada a intervenir al acercarse al lugar de la protesta una decena de seguidores de Trump, elevándose la tensión.
