“Hay una gran preocupación en torno a este asunto y cómo podría crear una gran división entre las bases”. La cita pertenece a un alto funcionario de la Casa Blanca –que ha lanzado el mensaje a través de Politico bajo condición de anonimato– y se refiere a la ‘guerra civil’ que parece estar emergiendo dentro del trumpismo ante lo que está ocurriendo en Irán. O, mejor dicho, ante la posibilidad de que Estados Unidos se involucre en la ofensiva iniciada por Israel. “El mundo MAGA [Make America Great Again; el acrónimo con el que se conoce a los simpatizantes de Trump] está angustiado”.
Una escena que resume bien la situación es la que ha protagonizado Laura Loomer; una de las comentaristas políticas más influyentes del trumpismo gracias a sus (casi) dos millones de seguidores y alguien que lleva desde el fin de semana a la caza de cualquier compañero de filas que ande criticando las amenazas de Trump a Irán.
Captura del tuit de Loomer.
“Tomad capturas de pantalla de cualquier derechista que esté hablando mierda de Trump y publicadlas aquí”, escribió este martes en sus redes sociales. “Tengo la mayoría, pero no quiero que se me pase ninguna”. A la hora de escribir estas líneas su mensaje ha recibido más de 10.000 respuestas y 51.000 ‘likes’.
Otras personalidades del trumpismo –o próximas al ecosistema MAGA– que apoyan una posible intervención de Estados Unidos en Irán son el influyente locutor Mark Levin –quien por lo visto se ha reunido con Trump recientemente para convencerle de que ayudar a Israel es lo correcto–, el comentarista Ben Shapiro y el presentador televisivo Sean Hannity.
“America First significa lograr la paz mediante la fuerza”, ha explicado Levin al medio conservador The Free Press. “Eso no significa pacifismo, apaciguamiento ni aislacionismo, puesto que la Historia ha dejado muy claro que esas actitudes provocan guerras”.
Levin ha añadido que “la política exterior no debe basarse en ideología sino en una prudencia amparada en los principios”. “Esto es exactamente lo que hace Donald Trump en política exterior y en todas las políticas; cree en el sentido común y por eso es justo el hombre que necesitamos”.
Captura de pantalla del tuit de Carlson.
Enfrente se encuentra gente como Tucker Carlson, uno de los comentaristas más influyentes de la derecha estadounidense, quien este lunes se sentó con Steve Bannon, uno de los líderes ideológicos del trumpismo y antiguo jefe de estrategia de Trump, para criticar al presidente por estar valorando meterse en el contencioso entre Israel e Irán. “No me vas a convencer de que el pueblo iraní es mi enemigo”, declaró Carlson mientras se dirigía –figuradamente– al presidente. “Soy un hombre libre, no me vas a decir a quién tengo que odiar”.
En aquel encuentro Bannon culpó al establishment político de Washington de arrastrar a los presidentes del país a guerras foráneas en las que, según dijo, Estados Unidos no tiene nada que ganar y sí mucho que perder. En ese sentido, Bannon se lamentó de que su antiguo jefe y aliado esté valorando comportarse como Barack Obama aunque este miércoles matizó que, pese a no gustarle nada la idea de ‘entrar’ en Irán, confiaría en el criterio de Trump.
Carlson, por cierto, lleva dos días recordando una de las grandes promesas realizadas por Trump el año pasado, durante la campaña electoral que terminaría depositándole en la Casa Blanca: mantener a Estados Unidos fuera de conflictos extranjeros.
En paralelo Charlie Kirk, fundador de Turning Point USA, la organización juvenil conservadora más importante del país, ha dicho que “los votantes de Trump, especialmente los jóvenes, han apoyado al presidente porque ha sido el primero en toda nuestra vida que no ha comenzado una nueva guerra”.
Y eso es porque –añadía Kirk– “lo último que Estados Unidos necesita ahora mismo es adentrarse en un nuevo conflicto”. Con todo, Kirk ha querido guardarse las espaldas –o sea: evitar entrar en conflicto con gente como Loomer– diciendo que, en última instancia, confiará en el “pragmatismo” y “sentido común” del presidente.
Una alianza inusual
Mientras el mundo MAGA se enzarza en un enfrentamiento cuyas consecuencias están por ver, el asunto de Irán también ha sacudido algún que otro cimiento en Washington. Y es que a pesar de la polarización existente entre el conservadurismo y el progresismo, o sea entre el Partido Republicano y el Partido Demócrata, algunos de sus representantes están uniendo fuerzas para impedir una operación militar estadounidense en Irán.
La iniciativa ha partido de Thomas Massie, un congresista conservador de Kentucky, y Ro Khanna, una congresista progresista de California. ¿La idea? Presentar una resolución ante el Congreso que limite el poder de decisión de la Casa Blanca al respecto. En otras palabras: una resolución para obligar a Trump a pasar por el Capitolio antes de unirse a la ofensiva israelí.
El caso es que la resolución está sumando nombres que en cualquier otra situación sería imposible ver juntos: la consumada trumpista Marjorie Taylor Greene y la izquierdista Alexandria Ocasio-Cortez, por ejemplo.
Se espera que su votación tenga lugar el próximo lunes mientras en la Cámara Alta el senador Tim Kaine, del Partido Demócrata de Virginia, intenta impulsar una resolución similar. La de Kaine, sin embargo, está pendiente de fecha de votación porque ahora mismo el Senado se encuentra empantanado con la aprobación de un polémico proyecto de ley fiscal.
Todo lo cual invita a pensar que, si la Casa Blanca se plantea realmente intervenir en Irán, lo haga antes de que se celebre cualquiera de esas dos votaciones para evitar, así, reveses y contratiempos.
Vance, convertido en equilibrista
Visto el cariz que ha adquirido la situación dentro de la derecha estadounidense, muchas miradas se han vuelto hacia el vicepresidente JD Vance. Alguien alineado, teóricamente, con la corriente aislacionista. Partidario, en fin, de no meter a Estados Unidos en guerras allende los mares.
Obligado por las circunstancias, Vance ha terminado compartiendo su opinión en redes sociales. “El presidente ha demostrado una notable moderación al mantener a nuestras fuerzas armadas enfocadas en proteger a nuestras tropas y a nuestros ciudadanos, pero ahora podría decidir que necesita tomar más medidas para poner fin al enriquecimiento de uranio iraní”, explicó en un mensaje que muchos han calificado de “confuso”.
“Puedo asegurar que Trump solo está interesado en usar las fuerzas armadas estadounidenses para perseguir y lograr los objetivos del pueblo estadounidense. Haga lo que haga, ese es su objetivo”, concluyó.
Es probable que Vance tenga un ojo puesto en Trump, al que llama “amigo” y a quien no querría ofender, y otro en las encuestas que se han publicado hasta la fecha y que dicen, como una de YouGov aparecida este miércoles, que el 60% de los estadounidenses –y un 53% de derechistas– no quiere que Estados Unidos se involucre en esta guerra.
Unas cifras bastante contundentes si se comparan con el 23% de derechistas, el 15% de progresistas y el 11% de votantes independientes que sí apoyan una intervención estadounidense en Irán.
