"Nadie está a salvo". Bajo esta advertencia, el presidente de EEUU, Donald Trump, ha activado el botón de la guerra comercial total al anunciar aranceles mínimos del 10% para todos los países, salvo Rusia, Corea del Norte, Bielorrusia y Cuba. En su cruzada personal contra todos para "hacer América grande otra vez", el republicano ha llegado a imponer aranceles -del 10%-, incluso, a islas deshabitadas donde sólo hay pingüinos y focas.
Este es el caso de las islas Heard y McDonald, que forman un territorio de ultramar independiente de Australia desde 1947, situadas en uno de los lugares más remotos del planeta y que sólo son accesibles tras un viaje en barco rompehielos de dos semanas desde Perth.
Allí no vive ningún humano desde hace más de una década, pero Trump ha incluido a las islas Heard y McDonald, Patrimonio de la Humanidad, en la lista de la Casa Blanca de los países a los que se les impondrá nuevos aranceles comerciales. Las únicas visitas que recibe son para investigaciones científicas, previo permiso de Australia. Si bien en estas islas hay una pesquería, esta no tiene ni edificios ni presencia humana permanente.
Las islas Heard y McDonald.
Con unas condiciones climáticas extremas y su superficie cubierta casi en su totalidad por hielo, sus bajas temperaturas, su altitud y los fuertes vientos hacen inhabitable estas islas para los humanos. Allí sólo habitan algunos insectos, aves marinas, focas y pingüinos, aunque esto no ha evitado que las islas Heard y McDonald queden exentas de los aranceles.
Sin embargo, lo llamativo es que según datos de exportación del Banco Mundial en 2022 a los que ha aludido la Administración Trump EEUU importó productos de las islas Heard y McDonald por un valor de 1,4 millones de dólares, casi en su totalidad en la categoría de "maquinaria y equipos eléctricos", tal y como publica este jueves The Guardian.
Eso sí, no está claro de qué productos se trataba ya que las islas Heard y McDonald están deshabitadas, por los los datos que maneja Estados Unidos son desconcentartes.
Países pobres y en guerra
Los aranceles de Trump también han llegado a países que están en guerra o en una profunda crisis económica y social, como Birmania, que mientras entierra a sus más de 3.000 muertos por el terremoto de la semana pasada, EEUU le ha impuesto unas tasas del 44%.
El sudeste asiático es uno de los más golpeados por la deriva arancelaria. Países como Camboya, con casi una quinta parte de la población en la pobreza extrema, tendrán un arancel del 49%, o Laos, que está en la misma situación, del 48%.
Vietnam, considerada la fábrica de China, tendrá un gravamen del 46%, Indonesia, la mayor economía de la zona, un 32% y Tailandia, la segunda más grande, un 36%.
El continente africano también es de los más castigados. Lesoto, con una tasa de VIH disparada, es el país que tiene los aranceles más altos, un 50%, a pesar de que como el propio Trump dijo "es un país del que nadie ha oído hablar". Madagascar, con un 47%; y Botsuana, con un 37%, son otros de los países de África más golpeados por Trump.
Trump excluye a Rusia, Cuba y Corea
En el listado de los países afectados por los aranceles Trump ha excluido a Rusia, Cuba, Corea del Norte y Bielorrusia bajo el argumento de sobre ellos ya pesan severas sanciones económicas.
En declaraciones al diario The New York Times, un alto funcionario de la Administración de Trump afirmó que las citadas naciones "ya enfrentan aranceles extremadamente altos" que "impiden cualquier comercio significativo con estos países".
El arancel mínimo del 10% entrará en vigor el sábado 5 de abril, mientras que la parte adicional que afecta a cada nación comenzará a aplicarse el día 9, que en el caso de España y la UE será de otro 10%.
Así, impondrá aranceles del 34% para las importaciones de China, del 20% para la Unión Europea, del 24% para Japón, del 26% para la India, del 17 % para Israel y del 10% para la mayoría de naciones latinoamericanas. San Pedro y Miquelón, un archipiélago frente a las costas canadienses de Terranova, tendrá un gravamen del 50%.