Estados Unidos está a punto de alcanzar una cifra terrible: los 500.000 muertos por coronavírus. La pandemia sigue creciendo en el país y, este viernes, los datos actualizados daban cuenta de 27.893.357 casos confirmados del coronavirus y 492.999 fallecidos por la enfermedad de la covid-19, de acuerdo con el recuento independiente de la Universidad Johns Hopkins.

El balance sumaba 2.839 fallecidos más a los datos del jueves y 73.120 nuevas infecciones. California es ahora el estado más golpeado por la pandemia con 48.207 muertos, seguido por Nueva York, con 46.436, Texas, con 41.630, Florida, con 29.474, Pensilvania, con 23.381, Nueva Jersey, con 22.721 e Illinois, con 22.297.

En los próximos días, el país superará a los 500.000 muertos, una cifra impactante, sobre todo si se compara con un evento como la Segunda Guerra Mundial, en el que murieron 405.399 estadounidenses. Se trata de un 25% más. La pandemia se prepara, de esta forma, para provocar la muerte de más personas que las que han estado en eventos tan violentos como una guerra mundial.

Al asumir el gobierno, Joe Biden puso la pandemia como una de sus prioridades. Tras los bandazos de Donald Trump, cuya postura siempre se acercó más a los negacionistas que a los científicos, hizo que la pandemia creciera sin control durante largos meses.

Cuando la pandemia se asentó en EEUU, Trump fortaleció su postura negacionista y mientras varios gobernadores cerraban sus estados, Trump hacía discursos en contra del confinamiento, ponía en duda la utilidad de las mascarillas y contradecía a los expertos.

En ruedas de prensa diarias, el presidente estadounidense daba información falsa sobre el virus y sus tratamientos, apoyaba fármacos desaconsejados por los médicos (como la hidroxicloroquina) y propuso incluso inyectar desinfectante a los ciudadanos como forma de acabar con el virus. Y ni siquiera tras pasar la enfermedad, el presidente cambió su discurso. Siguió despreciando las mascarillas y burlándose de Joe Biden por sus precauciones contra la Covid-19. 

Deshacer los bandazos de Trump

Cuando Biden entró en la Casa Blanca, una de las primeras medidas fue un decreto federal para hacer obligatorio el uso de mascarillas en edificios públicos de todo el país. Consciente de que la decisión de hacer obligatorio el uso de mascarilla en la calle es de los gobernadores, se comprometió a llamarles a todos para persuadirles de la necesidad de hacerlo.

Entre las medidas adoptadas por Biden, avanzadas durante su campaña electoral, destacan el aumento de los suministros para vacunación, pruebas y equipos de protección personal o el impulso al desarrollo de terapias para tratar la Covid-19.

También ha firmado una orden ejecutiva destinada a mejorar la recopilación, producción, intercambio y análisis de datos sobre el virus en Estados Unidos y ha pedido a la Administración de Seguridad y Salud Ocupacional (OSHA, por sus siglas en inglés) que publique una guía clara sobre el virus.

Asimismo, ha firmado órdenes ejecutivas para mantener a los trabajadores seguros de la pandemia, ampliar el acceso a los cuidados y tratamientos contra el virus y para promover que los viajes hacia Estados Unidos sean seguros. Además, a partir del 26 de enero EEUU exige una prueba negativa "reciente" y guardar cuarentena a las personas que viajen al país.

"Todos los que vuelen a los Estados Unidos desde otro país deberán hacerse la prueba antes de subir a ese avión, antes de partir, y ponerse en cuarentena cuando lleguen a Estados Unidos", ha detallado entonces Biden.

Obamacare

Otra de las medidas de Joe Biden fue la activación de la página web HealthCare.gov, donde pueden apuntarse todos aquellos que no tengan asistencia sanitaria y quieran acogerse a la Ley de Cuidado Asequible (ACA, en inglés), conocida popularmente como Obamacare, que en su día Trump intentó tumbar.

"Mientras más estadounidenses reciben cobertura (médica), es motivador ver al Congreso moverse rápidamente para aprobar el Plan de Rescate Estadounidense, que redoblará los tests, el rastreo y nuestro programa de vacunación para lograr que se administre el mayor número de dosis posibles tan rápido como podamos", dijo el presidente.

El paquete de rescate aprobado por Biden "también dará  pasos para rebajar los costes sanitarios y expandir la atención a todos los estadounidenses, incluyendo aquellos que han perdido sus trabajos. Incrementará los subsidios federales y bajará las primas para garantizar que nadie pague más del 8,5 %".

La propuesta engloba la distribución de cheques de 1.400 dólares a los contribuyentes, una prestación semanal por desempleo de 400 dólares y 350.000 millones de dólares para ayudar a los gobiernos estatales y municipales a afrontar los efectos de la pandemia del coronavirus.

Asimismo, contempla un aumento del salario mínimo a 15 dólares la hora para todo el país, y más fondos para el cuidado infantil, la financiación de las escuelas y la distribución de las vacunas.

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