El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha cedido ante la presión de los legisladores permitiendo que barcos extranjeros lleven suministros a Puerto Rico para favorecer su abastecimiento, tras el paso del devastador huracán María.

Después de recibir numerosas críticas por su lenta respuesta al huracán en Puerto Rico, Trump decidió hoy cancelar temporalmente la aplicación de una ley conocida como "Jones Act", que determina que solo los barcos estadounidenses con tripulación de EEUU pueden transportar productos entre los puertos marítimos del país.

La decisión de Trump entrará en vigor de manera inmediata, se aplicará durante diez días y permitirá que todos los barcos, sin importar su bandera, abastezcan a Puerto Rico con cualquier producto, incluidos combustible, agua y alimentos, detalló el Departamento de Seguridad Nacional estadounidense en un comunicado.

Los 3,4 millones de personas que viven en Puerto Rico, estado libre asociado de EEUU, ya han comenzado a sufrir la escasez de agua, alimentos y combustible debido a María, el huracán más fuerte que ha golpeado la isla en 90 años, ha causado dieciséis muertos y ha destrozado las infraestructuras eléctricas.

Trump reconoció hoy mismo en la red social Twitter las condiciones en la isla y aseguró que algunos suministros ya están llegando.

"La red de energía eléctrica en Puerto Rico está totalmente arruinada. Un gran número de generadores están ahora en la isla. La comida y el agua están allí", aseguró el mandatario, quien tiene previsto viajar allí el próximo martes para evaluar sobre el terreno los daños del ciclón.

El permiso para que lleguen barcos extranjeros a Puerto Rico fue firmado hoy por la secretaria en funciones del Departamento de Seguridad Nacional, Elaine Duke, en respuesta a una petición formal presentada este miércoles por el gobernador de Puerto Rico, Ricardo Rosselló.

Críticas al Gobierno de Trump

En los últimos días, varios legisladores demócratas y republicanos ejercieron presión para que el Gobierno interrumpiera la "Jones Act" con el objetivo de ayudar a Puerto Rico.

Por ejemplo, el senador republicano John McCain, defensor del libre comercio, llegó a escribir una carta a Duke para pedirle que interrumpiera la ley, al considerar "inaceptable que el pueblo de Puerto Rico tenga que pagar el doble por comida, agua limpia, suministros e infraestructura" mientras se recupera del desastre.

Para los críticos del Gobierno, existe un contraste entre la lentitud y resistencia inicial de Trump para rescindir la "Jones Act" en el caso de Puerto Rico y la rapidez con la que se tomó esa decisión para favorecer el abastecimiento de Texas, Florida y Luisiana, golpeados este mismo mes por los huracanes Harvey e Irma.

En respuesta a estas críticas, Thom Bossert, asesor de Trump en temas de seguridad nacional, defendió hoy que la tormenta ha sido "impredecible" y, por tanto, la respuesta ha sido "impredecible", aunque prometió que Puerto Rico será reconstruido con "mejores estándares" que los de antes del huracán.

"El Gobierno federal está allí, en todos los niveles, dando ayuda", afirmó Bossert en declaraciones a la prensa en la Casa Blanca.