El fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, declara la guerra a las filtraciones que en la Casa Blanca y asegura que, en lo que va de año, se han presentado cargos contra cuatro personas por ese motivo.

En una rueda de prensa con el director nacional de Inteligencia, Dan Coats, Sessions aseguró que desde enero el Departamento de Justicia ha "triplicado el número de investigaciones activas de filtraciones" y ha presentado cargos contra "cuatro personas" por revelar sin autorización información clasificada.

La comparecencia se enmarca en los intentos del presidente estadounidense, Donald Trump, de atajar las filtraciones que están marcando los primeros meses de su Administración.

"Tengo una advertencia para los filtradores: no lo hagan", ha señalado Sessions. "Esta cultura de filtraciones debe cesar", ha apuntad el fiscal general, quien pidió a todas las agencias del Gobierno y al Congreso que tomen medidas para que sus empleados no decidan filtrar a la prensa informaciones clasificadas.

Cargos penales contra los informadores

Tanto Sessions como Coats afirmaron que las filtraciones son graves, dañan la seguridad nacional y ponen en riesgo a estadounidenses. "Toda revelación fuera de los canales autorizados es una ofensa criminal", ha aseverado Coats, quien ha prometido que se identificará a los informadores, se pedirá al FBI que los investigue y se presentarán cargos penales contra ellos.

Desde la llegada al poder de Trump, las filtraciones de información desde el Ejecutivo han llegado sin cesar a la prensa, entre ellas las relativas a los supuestos contactos de miembros del equipo presidencial con funcionarios o representantes del Gobierno ruso, acusado de intentar influir en el resultado de las elecciones del pasado año en EEUU.



Trump ha llegado a decir que el verdadero escándalo, más que la posible colusión de su campaña con Rusia para atacar a la rival demócrata, Hillary Clinton, en los comicios, son esas filtraciones.

La última filtración

La última filtración de información clasificada se conoció ayer, cuando el diario The Washington Post publicó el contenido íntegro de sendas conversaciones de Trump con el presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, y el primer ministro australiano, Malcolm Turnbull.

Ese tipo de conversaciones se mantienen bajo máximo secreto, aunque los detalles de las llamadas en las que se produjeron se han ido conociendo desde poco después de que tuvieran lugar.

Para limitar las filtraciones, los responsables de comunicación de la Casa Blanca han amenazado a sus subalternos con represalias y han comenzado a compartir información sensible con un círculo reducido de leales a Trump.

Noticias relacionadas