"Es hora de frenar las drogas que entran en nuestro país". "Y vamos a darle un muro" al secretario de Seguridad Nacional, John Kelly. "El muro está siendo diseñado ahora mismo"."Yo no bromeo (...) Va a ser un gran muro".

Así ha prometido luchar contra la delincuencia y proteger las fronteras de Estados Unidos el presidente republicano, Donald Trump, ante una audiencia de jefes de policía y sheriffs un día después de que un tribunal de apelación en San Francisco escuchara argumentos en contra y a favor de su ahora congelado veto migratorio.

El mandatario ha dedicado duras palabras a los jueces, que deben decidir en los próximos días el futuro de la polémica orden ejecutiva. "Una de las razones por las que fui elegido era la seguridad", ha asegurado. "[Y] nos están quitando las armas una a una".

Indignado por la discusión legal en torno a su orden ejecutiva, Trump ha leído un fragmento para demostrar que "está escrita con belleza". "No podría haber sido escrita mejor o de forma más sencilla". "Se hizo por la seguridad de nuestra nación", ha exclamado.

Después ha bromeado sobre la redacción del decreto diciendo que era "correcto, pero no políticamente correcto" porque hablaba del presidente sólo en masculino.

El mandatario ha señalado que este martes estuvo siguiendo la vista de apelación para revivir su veto migratorio y "vi cosas que no podía creer". "Los tribunales parecen estar tan politizados", se ha quejado.

Ha afirmado que con las puertas de Estados Unidos abiertas el país está en peligro. Asimismo, ha alabado el papel de las fuerzas de seguridad y dibujado un panorama oscuro lleno de inseguridad y delincuentes, "muchos de los cuales ni siquiera están legalmente en el país".

También ha reconocido el problema de la falta de confianza de las comunidades en las fuerzas del orden y ha propuesto que ciudadanos y policías se escuchen los unos a los otros para construir confianza.

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