El próximo fiscal general de EEUU promete controlar a Donald Trump. El senador republicano Jeff Sessions ha asegurado este martes en el comité del Senado que tiene que confirmar su nominación que dira 'no' al próximo presidente "si se excede" en el poder. 

Para contrarrestar su imagen y su currículo de perfil duro fuerte a la inmigración, Sessions ha asegurado que se opone frontalmente a cualquier prohibición de entrada de musulmanes al país para aumentar la seguridad frente al terrorismo, una de las propuestas más controvertidas de Trump durante la campaña. 

"No apoyo la idea de que se les niegue la entrada al país a los musulmanes como grupo religioso", aseveró. Su sesión de evaluación en el Senado fue interrumpida en varias ocasiones por manifestantes que gritaron "¡no a Trump, no a un EEUU fascista, no al Ku Klux Klan (KKK)".

La mención al grupo racista se explica por las desafortunadas bromas raciales que Sessions realizó durante su etapa como fiscal en el estado de Alabama. "Aborrezco al Ku Klux Klan, lo que representa y su odiosa ideología", aseguró durante su comparecencia de este martes.

Los senadores que han examinado al próximo fiscal de EEUU también le preguntaron sobre el programa de Acción Diferida (DACA), proclamado por el presidente Barack Obama en 2012 y que ha permitido frenar la deportación de más 750.000 jóvenes que llegaron a EEUU de niños y que son conocidos como "dreamers".

Sessions confirmó su oposición a la ley, a la que llamó "amnistía masiva" y dijo que apoyaría la decisión de Trump de acabar con el DACA, un programa que puede ser eliminado por el millonario por haber sido puesto en vigor por decreto por el actual presidente. "Es muy cuestionable, en mi opinión, constitucionalmente esa acción ejecutiva", dijo Sessions.

Sin detalles sobre las expulsiones 

Frente a la falta de detalles, el senador demócrata Dick Durbin pidió a Sessions que aclarara cuál sería el futuro de los 750.000 jóvenes que gracias al DACA han conseguido frenar su deportación durante dos años y cuentan con un permiso de trabajo.

Sessions no respondió a la pregunta y se limitó a decir que los inmigrantes con antecedentes penales serían los primeros en ser expulsados del país bajo el futuro Gobierno de Trump, una idea que el magnate ya delineó tras las elecciones presidenciales en una entrevista en el canal CBS.

"Fundamentalmente, necesitamos arreglar este sistema de inmigración", subrayó Sessions, quien instó a sus compañeros del Legislativo a reconocer la "mala situación" y a trabajar junto al futuro poder Ejecutivo de Trump para resolver el problema migratorio del país.

En el Senado, Sessions se ha convertido en una de las voces más duras contra los proyectos legislativos que debatió el Congreso en 2007 y 2013 con el fin de abrir un camino a la ciudadanía para algunos de los 11 millones de inmigrantes indocumentados que se calcula que viven en el país.

Al margen de sus posturas sobre la política migratoria, Sessions ha asegurado que no se opondrá a la legalizacion del matrimonio homosexual en todos los estados y también ha dejado claro que se opone a las técnicas de tortura como el 'waterboarding'.