"Es posible que actores hostiles tuvieran acceso a la cuenta de correo electrónico" de Hillary Clinton cuando integraba el Gobierno Obama, ha informado en rueda de prensa este martes el director del FBI, James Comey.

Entre los correos electrónicos que la entonces secretaria de Estado envió o recibió desde su cuenta privada se encontraban al menos 110 mensajes clasificados. Ocho cadenas de correos contenían información de "alto secreto", ha aseverado el responsable de la Oficina de Investigación de Estados Unidos. Ella siempre ha defendido lo contrario, restando importancia al uso de su correo personal para asuntos de Estado.

El FBI ha recomendado, sin embargo, no procesar a la virtual candidata demócrata a la Casa Blanca.

"Ningún fiscal razonable" impulsaría cargos, ha dicho el director de la agencia gubernamental. Aunque el FBI encontró pruebas de "potenciales violaciones" en su "extremadamente descuidado" uso del correo, no halló que Clinton ni su equipo hubieran cometido una clara negligencia.

Comey ha argumentado que el FBI no pudo encontrar en ninguna de sus investigaciones pasadas sobre uso inapropiado de información clasificada un caso que apoyase la posibilidad de procesar a Clinton.

"En todos estos casos existía alguna combinación de: un uso inapropiado de información clasificada de manera claramente intencional y deliberada, o vastas cantidades de material expuesto (...), o muestras de deslealtad a los Estados Unidos, o esfuerzos por obstruir a la justicia", ha afirmado. "No hemos visto esas cosas aquí".

Las declaraciones de Comey se producen apenas días después de que su equipo entrevistara a la ex secretaria de Estado durante más de tres horas. La aspirante a suceder a Barack Obama al frente del país aseguró que cooperó con las autoridades de manera voluntaria.

"La Secretaria Clinton dio una entrevista voluntaria esta mañana sobre su uso del correo electrónico cuando era secretaria", afirmó un portavoz de la que fuera primera dama en declaraciones recogidas por CNN. "Le complace haber tenido la oportunidad de ayudar".

La decisión final sobre el escándalo de los correos Clinton queda ahora en manos del Departamento de Justicia, cuya responsable -la fiscal general de EEUU, Loretta Lynch- ha visto cuestionada recientemente su integridad.

La semana pasada Lynch se reunió en su avión privado con el marido de la aspirante demócrata, Bill Clinton, en el aeropuerto de Phoenix (Arizona). Si bien la fiscal general aseveró que se trató de una "reunión social" donde no se discutió "ningún caso ni nada parecido", las críticas no tardaron en llegar del bando republicano e incluso del bando demócrata.

La presión llevó a Lynch a declarar públicamente que aceptaría cualquier recomendación que el FBI y su departamento hicieran sobre la posibilidad de presentar cargos contra Hillary Clinton. "El caso va a ser llevado como cualquier otro y va a ser considerado como cualquier otro", afirmó la fiscal general, quien, aun así, reconoció que su reunión con Bill Clinton ensombrecía la investigación.

UN LASTRE EN EL CAMINO A LA CASA BLANCA

El escándalo del uso de un servidor de correo electrónico privado por parte de Clinton cuando ocupaba uno de los puestos más sensibles de la Administración estadounidense la ha acompañado durante su odisea al Despacho Oval y entorpecido su avance.

Clinton llegó incluso a comparecer en plena campaña ante una comisión especial del Congreso que investiga la muerte de ciudadanos estadounidenses en el asalto a un complejo diplomático norteamericano en Bengasi (Libia) cuando ella ostentaba la cartera de Exteriores.

La comisión, dominada por los republicanos y criticada como supuesta arma política contra Clinton, emitió la semana pasada su informe final donde acusaba a la demócrata de no proteger adecuadamente a los diplomáticos estadounidenses fallecidos en el incidente en Libia.

Por su parte, el candidato oficioso del Partido Republicano a las elecciones generales de noviembre, Donald Trump, ha usado la polémica del emailgate contra ella y este martes ha reaccionado a las palabras del FBI con indignación. "El sistema está amañado", ha escrito en Twitter. "Muy, muy, injusto".

Las últimas encuestas pronostican que Clinton será la primera presidenta de Estados Unidos con varios puntos de ventaja sobre el magnate inmobiliario.

Aunque Clinton sufre para ganarse la confianza de los electores -su talón de Aquiles electoral- la decisión del FBI podría significar una victoria para su campaña. Si el Departamento de Justicia acepta sus recomendaciones, la ex secretaria de Estado podría dejar atrás una carga que arrastra desde hace tiempo y que ha dominado el debate público.

Noticias relacionadas