Empiezan a conocerse más detalles sobre la operación llevada a cabo por el Ejército estadounidense hace una semana en algún lugar indeterminado del Caribe y que acabó con la destrucción de una lancha en la que 11 supuestos miembros de la banda criminal Tren de Aragua transportaban droga.
Según informa The New York Times citando fuentes anónimas conocedoras del ataque, la embarcación venezolana había alterado su rumbo y parecía haber dado la vuelta antes de ser hundida debido a que las personas que iban a bordo habían divisado un avión militar que los acechaba. Y a pesar de que en el vídeo compartido por Donald Trump solo se aprecia el impacto de un proyectil, la lancha fue alcanzada varias veces antes de irse a pique.
Esta nueva información, aunque escasa todavía y que deja muchas preguntas sin resolver, intensifica el escrutinio de una polémica operación que marcó un giro radical en la política para luchar contra el narcotráfico y que algunos juristas consideran un crimen. El presidente de Estados Unidos, al autorizar el ataque como parte de una "amenaza inminente" al país, abandonó de esta forma los métodos tradicionales policiales de intercepción para tratar a los presuntos contrabandistas como si fueran objetivos legítimos de una guerra.
Trump reveló el ataque a través de su cuenta de Truth Social, presumiendo que el Ejército había matado a 11 miembros del Tren de Aragua en aguas internacionales cuando transportaban drogas "con destino a EEUU". Pero más allá del vídeo y de la existencia de unos supuestos audios, su Administración no ha presentado pruebas que respalden estas afirmaciones. De hecho, el secretario de Estado, Marco Rubio, detalló en un primer momento que la embarcación se dirigía a Trinidad y Tobago.
Estos detalles salen a la luz en un momento en que el Gobierno del republicano ha confirmado los planes para llevar a cabo nuevos ataques contra las narcolanchas que cruzan el Caribe como parte de una campaña más amplia para acabar con los carteles latinoamericanos, que Washington ha definido recientemente como organizaciones terroristas. El secretario de Defensa, Pete Hegseth, en una visita el pasado fin de semana a Puerto Rico, confesó a los militares que su despliegue no formaba parte de un simple entrenamiento.
El Ejército de EEUU ataca una embarcación con droga procedente presuntamente de Venezuela
El Pentágono ha desplegado en la región una importante cantidad de medios militares, como ocho buques de guerra o una decena de cazas de combate F-35. La movilización y la destrucción de la supuesta narcolancha ha disparado la tensión con la Venezuela de Nicolás Maduro, que ha llamado a filas a millones de sus milicianos para hacer frente al "asedio" estadounidense.
Aunque desde Caracas se quiso desmentir la veracidad del vídeo afirmando que está creado con inteligencia artificial, el ministro del Interior, Diosdado Cabello, confirmó este miércoles que han abierto una investigación sobre el suceso. "Si dicen que asesinaron a once venezolanos, un Gobierno responsable tiene que ver quiénes son esos venezolanos, (...) hay que averiguar quiénes son, y nosotros sí estamos investigando uno por uno", detalló, asegurando que en la lancha iban diez personas y no once.
El jueves, el miembro del Gobierno de Maduro afirmó que las personas que viajaban en la lancha no eran integrantes de la banda criminal. "Cuando preguntamos en los pueblos, ninguno es ni del Tren de Aragua, ni es narcotraficante ni llevaba drogas. Se ha cometido un asesinato contra un grupo de ciudadanos", sentenció.
Cabello, que responsabilizó a la primera ministra de Trinidad y Tobago, Kamla Persad-Bissessar, de la operación estadounidense, insistió en que el objetivo de Washington es provocar "un cambio de régimen" para sacar al chavismo del poder, pero advirtió que le harán "vivir un infierno a quien intente hacerle daño a Venezuela".
La Casa Blanca defiende que el ataque del pasado 2 de septiembre respondió a las leyes de un "conflicto armado", fue contra una "organización designada como terrorista" y en defensa de los intereses de EEUU y la "autodefensa colectiva de otras naciones" víctimas de la violencia y la actividad de los carteles.
La portavoz del Ejecutivo estadounidense, Karoline Leavitt, subrayó el martes que el ataque "envía un mensaje claro a los narcotraficantes del mundo", que "el presidente (Donald Trump) no lo tolerará". Además, indicó que la cantidad de droga "incautada en esa embarcación podría haber causado la muerte de miles de estadounidenses".
