J. Atienza Á. Escalonilla
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Donald Trump parece dispuesto a emplear todos los recursos a su alcance para combatir el narcotráfico. Según reveló este viernes The New York Times, la Casa Blanca ha instruido en secreto al Pentágono para utilizar la fuerza del Ejército en las zonas donde operan ciertos cárteles de la droga latinoamericanos, a los que el Departamento de Estado considera desde hace dos semanas organizaciones terroristas.

Trump no descarta intervenir militarmente en otros países, un escenario que inevitablemente recuerda a la invasión de Panamá de finales de los ochenta para capturar al general Manuel Noriega, un excolaborador de la CIA caído en desgracia después de enfrentar acusaciones de narcotráfico y corrupción.

La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, rechazó de plano esta posibilidad: “Estados Unidos no va a venir a México con su ejército. Cooperamos, colaboramos, pero no va a haber una invasión. Eso está descartado, absolutamente descartado. No forma parte de ningún acuerdo, ni remotamente. Cuando se ha planteado, siempre hemos dicho que no”, expresó Sheinbaum, que amenazó con dejar de cooperar en materia de migración y seguridad en caso de que Washington decida actuar de forma unilateral.

La exclusiva del diario neoyorquino coincidió con el aumento a 50 millones de dólares de la recompensa a cambio de información que conduzca hacia la captura del presidente venezolano Nicolás Maduro, a quien Washington vincula con el Cartel de los Soles y, en consecuencia, considera “uno de los mayores narcotraficantes del mundo y una amenaza a nuestra seguridad nacional”, en palabras de Pam Bondi, la fiscal general de Trump.

Las acusaciones contra Maduro por pertenecer a esa organización criminal, una presunta red de narcotráfico conformada por altos cargos militares y funcionarios del Gobierno venezolano, se remontan años atrás. En 2020, durante el primer mandato de Trump, el Departamento de Justicia presentó cargos contra el mandatario chavista y varios de sus colaboradores por “narcoterrorismo”, “corrupción” y “narcotráfico”.

En concreto, según el documento, se le consideraba el líder del cártel y se le culpaba de conspirar con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) durante dos décadas para enviar grandes cargamentos de cocaína y armas a otros países. Es una de las imputaciones formuladas por Estados Unidos más graves que pesan sobre un jefe de Estado en ejercicio.

Las cuentas de Maduro Tomás Serrano

Hace apenas unos días, fue el secretario de Estado, Marco Rubio, quien amplificó la acusación contra Maduro. En un comunicado, el republicano acusó al líder chavista de robar las pasadas elecciones el 28 de julio que perdió contra el líder opositor Edmundo González Urrutia y de “haber corrompido las instituciones venezolanas para facilitar el esquema criminal de narcotráfico del cártel hacia Estados Unidos”.

Hasta la fecha, la sospecha de los vínculos entre el Gobierno venezolano y el Cartel de los Soles proceden exclusivamente de la Administración Trump. Su existencia, de hecho, está sujeta a especulaciones sobre sus orígenes y su capacidad operativa. Por ello, el Gobierno de Venezuela sostiene que el Cartel de los Soles es un “invento” de Estados Unidos.

Según el canciller venezolano, Yvan Gil, la imputación de la Casa Blanca contra Maduro no es más que una “cortina de humo” para enterrar la polémica de Jeffrey Epstein. El ministro del Interior, Diosdado Cabello, se limitó a replicar que las acusaciones eran “una gran mentira”. “Cada vez que alguien les molesta, ellos lo ponen de jefe del Cártel de los Soles”, replicó.

Sin embargo, de acuerdo con Bondi, la Agencia Antidrogas (DEA) ha incautado hasta 30 toneladas de narcóticos procedentes de Venezuela. Un material que, insistió la fiscal general, estarían “directamente vinculadas” con Maduro.

“Maduro utiliza organizaciones terroristas como el Tren de Aragua, el Cártel de Sinaloa y el Cártel de Los Soles para traer drogas letales y violencia a nuestro país”, zanjó la fiscal general.

En el expediente venezolano, Trump aplica la estrategia del palo y la zanahoria que ha reproducido en otras latitudes. Hace menos de un mes, la Casa Blanca selló un acuerdo inédito con el chavismo que facilitó la liberación de 10 ciudadanos estadounidenses detenidos en Venezuela a cambio de la devolución de 252 migrantes venezolanos que habían sido deportados a El Salvador. Además, Washington extendió a la petrolera Chevron un nuevo permiso para extraer crudo venezolano.