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Donald Trump ha estallado. Apenas unas horas después de la inesperada victoria del joven Zohran Mamdani en las primarias demócratas para la alcaldía de Nueva York, el presidente estadounidense ha lanzado una violenta diatriba desde su red Truth Social.

“¡Los demócratas han cruzado la línea!”, escribió, calificando al candidato neoyorquino de “lunático comunista al 100%” y “radical izquierdista en camino a convertirse en alcalde”.

El ascenso de Mamdani, de 33 años, ha sacudido el tablero político de la ciudad y ha puesto en evidencia la fractura ideológica entre el ala progresista y los sectores más tradicionales del Partido Demócrata.

Con una campaña centrada en combatir lo que él denomina la “crisis de asequibilidad”, el joven asambleísta ha derrotado al exgobernador Andrew Cuomo, considerado favorito y representante del statu quo.

La derrota de Cuomo, forzado a dimitir en 2021 por denuncias de acoso sexual, fue celebrada por los votantes más jóvenes como un cambio generacional y de rumbo político.

La victoria de Mamdani no solo posiciona al autodenominado socialista democrático como favorito para las elecciones municipales -en una ciudad claramente inclinada hacia los demócratas-, sino que ha desatado el pánico entre los poderosos del mundo financiero.

Wall Street, según varias fuentes, ya estaría movilizándose para buscar un candidato “anti-Mamdani” capaz de frenar al insurgente antes de noviembre, como cuenta Financial Times.

Entre sus promesas más controvertidas figuran el congelamiento del alquiler, la creación de supermercados municipales con precios reducidos, autobuses gratuitos, cuidado infantil universal y una subida significativa de impuestos a las grandes fortunas y corporaciones.

En concreto, Mamdani ha propuesto aumentar en dos puntos el impuesto sobre la renta para quienes ganen más de un millón de dólares anuales y subir la tasa corporativa estatal del 7,25% al 11,5%.

Sin embargo, estas medidas necesitarían el visto bueno del gobierno estatal, lo que hace improbable su implementación inmediata.

En su discurso de victoria, pronunciado a primeras horas del miércoles, Mamdani fue tajante: “Ocho meses después de lanzar esta campaña con la visión de una ciudad en la que todos los neoyorquinos puedan vivir, hemos ganado”.

Para Trump, en cambio, el resultado representa una amenaza nacional: “¡Este es un momento histórico para nuestro país!”, ironizó en su red social, acusando a los demócratas de entregar el poder a “los radicales socialistas” y burlándose con sarcasmo de figuras como Alexandria Ocasio-Cortez y sus aliadas, a quienes apodó “AOC+3, todas unas inútiles”.

En un segundo post, fue más lejos aún: propuso a la congresista progresista Jasmine Crockett como candidata presidencial demócrata para 2028, acompañada de “AOC+3” como vicepresidentas y ministras.

“Si le sumas al futuro alcalde comunista de Nueva York, ¡este país está bien JODIDO!”, remató.

Dentro del Partido Demócrata hay preocupación por el efecto propagandístico que este tipo de figuras puede tener entre el electorado más conservador.

“Trump y Fox News van a usar esto como la prueba definitiva de que el partido está en manos de los radicales”, reconoció un estratega demócrata neoyorquino cercano a la campaña de Mamdani.

Aunque la figura de Mamdani ya venía despuntando en ciertos círculos progresistas, su victoria sobre un peso pesado como Cuomo -y la reacción en cadena que ha desatado- lo han catapultado al centro del debate político nacional.

Convertido en el nuevo blanco favorito de la derecha, su candidatura plantea un interrogante incómodo para el establishment: ¿hasta qué punto puede permitirse ignorar la pulsión de cambio que recorre las bases urbanas del partido?