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"¡Saca tus manos de la sanidad!". "¡Saca tus manos de los derechos sociales!". "¡Saca tus manos de las libertades!". "¡Saca tus manos del Gobierno!". Los eslóganes son casi tan incontables como la cantidad de pancartas que se han visto por todo Estados Unidos y también por ciudades del extranjero contra Donald Trump (y también contra Elon Musk). Este fin de semana se ha convertido en la primera gran muestra callejera del rechazo al gobierno del magnate y a sus primeras medidas como ocupante del despacho oval. Unas muestras de oposición que van más allá de las calles y ya han llegado a las oficinas de algunos políticos como Gavin Newsom, gobernador demócrata de California.

Del 'Liberation Day' al 'Protest Day'

Algunos portaban banderas ucranianas, otros llevaban pañuelos keffiyeh palestinos y carteles de “Liberen Palestina”. Otros arremetían contra el despido de miles de empleados federales, los recortes en los programas públicos de salud o las deportaciones de migrantes, entre otros temas, argumentando que Estados Unidos está en "crisis" por culpa de Trump y que "es hora de actuar".

"No consentimos la destrucción de nuestro gobierno y nuestra economía en beneficio de Trump y sus aliados multimillonarios. Junto a los estadounidenses de todo el país, protestamos para exigir el fin del caos y construir un movimiento de oposición contra el saqueo de nuestro país", indicaba la convocatoria.

En el DC, un cielo gris y una lluvia ligera, la gente se fue reuniendo en torno al Monumento a Washington. En Nueva York, la lluvia no impidió la marcha en los alrededores de Bryant Park -en pleno centro de Manhattan- con banderas palestinas y LGTBI que acompañaban a pancartas con consignas como "Quita las manos de nuestros empleos" o "Ningún ser humano es ilegal".

También hubo centenares de manifestantes en Palm Beach (Florida), a unos kilómetros de donde se encontraba Trump, disfrutando del torneo de golf del LIV Tour en su propio campo de Doral. Pero hubo más. En Albany, en Atlanta, en Boston, en Filadelfia, en Colorado, en New Hampshire, en Arizona, en Maine... Se produjeron protestas en los 50 estados del país y más allá de sus fronteras.

Horas antes de que comenzaran las protestas en Estados Unidos, cientos de estadounidenses anti-Trump que viven en Europa se reunieron en Berlín, Lisboa, Frankfurt, París o Londres para expresar su oposición a la drástica reconfiguración de las políticas exteriores e internas de EE.UU. por parte de Trump.

California se rebela

Con la llamadas de Trump a "resistir" tras la airada reacción de los mercados financieros en respuesta a sus aranceles mundiales, los nervios de la calle no preocupan de momento al presidente estadounidense, aunque algunas reacciones políticas sí pueden generarle problemas. Quizás no la llamada de atención del republicano Ted Cruz, quien ya avisa de un posible golpe para su partido en las próximas Midterm. Quizás tampoco el deseo de Elon Musk, aún asesor de Trump, de que Estados Unidos y Europa lleguen a un acuerdo recíproco de aranceles cero. Pero probablemente, sí la decisión de Gavin Newsom en California.

La constitución de Estados Unidos no otorga a los diferentes estados autoridad legal alguna para establecer acuerdos comerciales globales de forma independiente. Se trata de una prerrogativa reservada única y exclusivamente al gobierno federal. Es decir, a Donald Trump, el único capaz de imponer aranceles y negociar acuerdos internacionales. Y por eso, Gavin Newsom, gobernador demócrata de California, ha comenzado a buscar alternativas para la economía de su estado rebelándose contra el presidente americano.

"A nuestros socios comerciales de todo el mundo: California está aquí y lista para dialogar. No nos quedaremos de brazos cruzados ante la guerra arancelaria de Trump".

Así se ha expresado Newsom en un vídeo publicado en su cuenta personal de la red social X (antes Twitter), en el que ha explicado que California representa "el 14% del PIB de Estados Unidos" y es "la quinta economía más grande del mundo". Un razonamiento que le ha llevado a proferir una amenaza alta y clara: "No tememos usar nuestro poder de mercado para contrarrestar la mayor subida de impuestos de nuestra historia".