Enésimo varapalo para Donald Trump. La candidata que más se parece a él e, incluso, trasciende su figura, Sarah Palin, se ha quedado sin escaño en la Cámara de Representantes de Estados Unidos. Rescatada del olvido y respaldada por Trump en lo que parecía ser su resurrección política, Palin ha fracasado, al igual que la estrategia del magnate de volver a la Casa Blanca. 

El escrutinio de las elecciones de medio mandato continúa dos semanas después del cierre de urnas y Alaska, estado históricamente republicano, le ha dado la espalda a Sarah Palin. Y lo ha hecho por partida doble frente a la demócrata Mary Peltola, que se ha convertido en la primera descendiente de aborígenes de Alaska que llega a la Cámara de Representes. 

La primera derrota de Sarah Palin fue el pasado mes de agosto, cuando fue derrotada por la demócrata Mary Peltola. Esto fue una gran sorpresa en un estado conservador. Palin era la candidata con mayor perfil público por su excandidatura a la Vicepresidencia de EEUU, además de por haber ejercido de gobernadora del estado y contar con el apoyo de Trump. 

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Así, desde agosto, Peltola es la primera demócrata que ocupa un escaño que durante 49 años estuvo ocupado por el republicano Don Young, quien falleció en marzo y motivo por el que se celebraron elecciones en Alaska ese verano.

La segunda derrota ha llegado con las elecciones de medio mandato, en las que según las proyecciones de CBS News, este miércoles por la noche y con el 88% de los votos contados, Peltola gana con un 55% frente al 45% de Sarah Palin, que se queda otra vez sin escaño. 

Exgobernadora de Alaska, Palin formó parte en 2008 de la candidatura republicana a la Casa Blanca liderada por el senador John McCain, quien llegó incluso a reconocer que se había equivocado al elegirla para su frustrada candidatura a la Casa Blanca.

El nacionalismo visceral y la retórica populista de la antigua gobernadora de Alaska son considerados los precursores de una nueva forma de hacer política en la que han sabido moverse tanto Trump, como algunos nuevos congresistas republicanos, como Marjorie Taylor Greene.

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Trump no es garantía

Sin duda, los resultados de estas elecciones demuestran que Trump no es garantía de éxito. Los republicanos han visto cómo varios de los candidatos que habían sido promovidos por el expresidente perdían sus respectivas contiendas.

La derrota de Doug Mastriano y Mehmet Oz, en Pensilvania, un estado clave que se diputaban rojos y azules, ha sido estrepitosa. También las de los republicanos Lee Zeldin, en Nueva York, Don Bolduc, en New Hampshire, y Tudor Dixon, en Míchigan.

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Otro ejemplo del fracaso de Trump es la derrota de la republicana Kari Lake en Arizona. Ella era su apuesta para ser su vicepresidenta en 2024. La expresentadora de televisión y posible copiloto presidencial de Trump ha perdido por amplio margen contra la demócrata Katie Hobbs. Mientras, la republicana Blake Masters también era derrotada en la carrera por el Senado.

Y es que a Trump se le complican sus planes. Y el motivo está dentro de su propio partido: Ron deSantis. El gobernador de Florida ha sido reelegido en su cargo en las midterns con una contundente victoria y muchos ya vuelven a mirarlo como posible rival de Trump en el partido republicano de cara a ocupar la Casa Blanca en 2024.

California

Después del resultado de Alaska, CBS estima que los republicanos tienen actualmente 221 escaños en la Cámara de 435 escaños y los demócratas 213. Sólo queda una contienda por la Cámara por aclarar: en el distrito 13 de California, que según la cadena se inclina hacia el candidato republicano.

Cabe destacar que los demócratas actualmente tienen 50 escaños en el Senado (los republicanos tienen 49) y podrían obtener uno más después de la segunda vuelta en Georgia en diciembre. Incluso si pierden en Georgia, los demócratas seguirán controlando la Cámara Alta del Congreso gracias al voto de desempate de la vicepresidenta Kamala Harris.