La Fiscalía de Bolivia ha ordenado la detención de la que se proclamó presidente interina del país, Jeanine Áñez, así como de cinco de sus ministros, como parte del llamado caso 'Golpe de Estado', en el que se investiga el origen de la violencia surgida tras las presidenciales de 2019, en las que el expresidente Evo Morales fue acusado por la oposición de fraude electoral.

"La persecución política ha comenzado. El Movimiento al Socialismo (MAS) ha decidido volver a los estilos de la dictadura. Una pena porque Bolivia no necesita dictadores, necesita libertad y soluciones", ha dicho Áñez en su cuenta de Twitter poco después de que se conociera la detención del exministro de Energías Rodrigo Guzmán en Trinidad, en el norte del país.

"Lo interceptaron en medio de la calle, tres tipos que ni se identificaron, lo subieron a una movilidad y se le llevaron, por suerte la persona con la que estaba los comenzó a seguir, porque no hubiéramos sabido que lo trajeron al aeropuerto", ha contado su esposa, Dalia Lima, según informa el periódico 'El Deber'.

La persona que se encontraba con Guzmán a la que ha hecho referencia Lima es su compañero de partido, Ernesto Suárez, quien ha tildado el suceso de "secuestro", pues no existía citación legal ninguna para que fuera a declarar a La Paz, ciudad a la que ha sido trasladado, según estas fuentes.

"Es la práctica "socialista", mienten sin ruborizarse, reescriben historias para justificar abusos. No fue golpe, fue sucesión constitucional debido a un fraude electoral. Renunciaron quienes no se atrevieron a recibir un país convulsionado ya que el principal responsable huyó", escribió horas antes Áñez en Twitter.

Entre los acusados por la Fiscalía también están los exministros de Justicia, Álvaro Coimbra -quien ya ha sido detenido-; de Gobierno y mano derecha de Áñez, Arturo Murillo -huido en Estados Unidos-; de Presidencia, Yerko Núñez; y de Defensa, Luis Fernando López.

Todo ellos han sido acusados de delitos de terrorismo, sedición y conspiración, por su posible participación durante las violentas revueltas entre el 1 de septiembre de 2019 y el 31 de diciembre de ese mismo año, incluyendo las masacres de Sacaba y Senkata, y que propiciaron la renuncia de Morales a su victoria y su salida del país rumbo primero a México y luego a Argentina.

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