Perú vive estas horas un terremoto de grandes proporciones a cuenta de la vacuna contra la Covid-19, o más bien contra los altos cargos y excargos a quienes se ha suministrado inebidamente.

Un primer nombre es el de la ministra de Salud, Pilar Mazzetti, quien ha dimitido tras revelarse que está en la lista de las 487 personas que fueron inoculadas en secreto con la solución del laboratorio chino Sinopharm mientras se evaluaba su idoneidad.

Mazzetti, quien estos últimos y largos meses ha capitaneado la lucha contra la pandemia en Perú, ha caído. También lo ha hecho la canciller Elizabeth Astete, vacunada igualmente. 

El presidente, Francisco Sagasti, se ha visto forzado a comparecer para tratar de contener la furia en la opinión pública, asegurando que lamenta "profundamente" lo ocurrido y que los nombres de Mazzetti y Astete ya están en manos de la Fiscalía. "Ambas faltaron a su deber de servidoras públicas", ha proclamado.

Escándalo en Perú por la vacunación masiva y secreta de ministros y funcionarios Efe

"Investigación profunda"

Un tercer nombre es el del expresidente del país Martín Vizcarra, precisamente destituido en noviembre por corrupción. Un mes antes, en octubre -esto se conoce ahora-, fue vacunado en el proceso de ensayo de Sinopharm.

En un vídeo tratando de disculparse, Vizcarra admite que su mujer y su hermano mayor también "formaron parte del proceso".

Hasta hace unas horas, se sabía que funcionarios de todo rango se habían vacunado contra la Covid antes de que la ciudadanía pudiera hacerlo, pero no cuántos ni quiénes. La lista ha sido revelada y ha estallado la indignación.

La primera ministra, Violeta Bermúdez, ha asegurado que se hará una "investigación profunda" para determinar "cómo llegó ese lote, quién decidió que vaya aquí o a allá, a tantos ministerios" y por qué se suministró clandestinamente.

Los funcionarios que admitan haber sido vacunados dejarán sus cargos en el Ejecutivo, como ha ocurrido con Astete, Mazzetti y dos viceministros de Salud.

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