El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció este viernes que no asistirá el próximo 20 de enero a la toma de posesión de su sucesor, el demócrata Joe Biden.



"A todos los que me han preguntado, no iré a la toma de posesión el 20 de enero", dijo Trump en un lacónico tuit. 

Trump rechaza así estar presente el día que Biden jure su cargo en la escalinata del Capitolio estadounidense el mismo día que ha aceptado los resultados elecctorales del pasado noviembre.

El presidente saliente se ha comprometido a realizar un traspaso de poderes "tranquilo, ordenado y sin problemas". También ha condenado los ataques a la cámara de representantes del pasado 6 de enero, cuando se estaba ratificando a Biden como ganador.

"Los manifestantes que se infiltraron en el Capitolio han profanado la sede de la democracia. A aquellos que se implicaron en actos de violencia y destrucción: ustedes no representan a nuestro país. Y a aquellos que rompieron la ley: pagarán por ello", recalcó.

El discurso de Trump contrastó completamente con el que emitió mientras sus simpatizantes causaban destrozos en el Capitolio este miércoles, cuando tardó más de dos horas en pedirles que abandonaran el Congreso y lo hizo diciéndoles: "Les queremos, váyanse a casa".

"Reconciliación"

"Este momento llama a la sanación y a la reconciliación", dijo Trump en rueda de prensa un día después de incitar a miles de sus seguidores a que marcharan al Capitolio para intentar interferir en el proceso de ratificación del resultado electoral.

Su mensaje llegó justo dos meses después de que los principales medios de comunicación informaran de la victoria del demócrata Joe Biden en las elecciones de noviembre, y tras una campaña sin precedentes para sembrar desconfianza en los resultados, que tachó de fraudulentos sin aportar pruebas.

Trump ya se había comprometido a garantizar una "transición ordenada" la madrugada de este jueves, en un comunicado después de que el Congreso se recuperara del asalto y corroborara la victoria de Biden, pero en su vídeo fue más explícito al admitir que tendrá que abandonar la Casa Blanca en dos semanas.

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