El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, ha responsabilizado a los indígenas de los incendios en la Amazonía en su discurso en la Asamblea General de la ONU este martes.

Tal y como ya había ocurrido el año pasado, el medio ambiente ocupó una parte importante de su discurso. Bolsonaro denunció "una de las mayores campañas de desinformación sobre la Amazonía y el Pantanal" con el objetivo de "desestabilizar al Gobierno brasileño y poner en tela de juicio la soberania brasileña en esos territorios".

"Nuestra selva es húmeda y no permite la propagación del fuego en su interior. Los incendios ocurren prácticamente en los mismos lugares, en el entorno este de la selva, donde el caboclo y el indígena queman sus plantaciones en busca de su supervivencia, en zonas ya deforestadas", acusó.

El presidente señaló que "los focos criminales son combatidos con rigor" y que hay en su Gobierno una política de "tolerancia cero" con el delito ambiental, pero recordó que la Amazonía es más grande que toda Europa y que por ello, se está invirtiendo en tecnología y se cuenta con el apoyo incluso de las Fuerzas Armadas.

Bolsonaro insistió en que la condición de gran productor mundial de alimentos de Brasil ha animado a sus competidores potenciales en los mercados globales a mantener una "brutal campaña" en relación a los incendios forestales.

Brasil "despunta como mayor productor mundial de alimentos y por eso hay tanto interés en programar desinformación" en relación a los incendios en la Amazonía y el Pantanal. Bolsonaro sostuvo que esa "brutal campaña" ha ganado "apoyo de instituciones internacionales que se unen con asociaciones brasileñas antipatrióticas" en una suerte de conspiración contra su Gobierno.

Según datos oficiales, los focos de incendios y la devastación en la Amazonía han alcanzado en 2019 y este mismo año las peores tasas en más de una década, y actualmente las llamas avanzan con fuerza en los vastos humedales del Pantanal, que Brasil comparte con Bolivia y Paraguay y en los que miles de animales han muerto calcinados.

"Delirante e irresponsable"

Diversas organizaciones no gubernamentales que luchan por el medioambiente coincidieron en que el presidente brasileño "avergonzó" a Brasil con el discurso que pronunció este martes ante la Asamblea de la ONU y en el que, una vez más, negó la crisis ambiental que azota al país.

El discurso del líder ultraderechista fue calificado de "delirante", "irresponsable" e "infundado" por organizaciones como Greenpeace, el Observatorio del Clima y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), que no entienden cómo el jefe de Estado puede hacerse el de "la vista gorda" ante la gravedad de los incendios que desde 2019 vienen devastando la Amazonía.

"El discurso negacionista del presidente Jair Bolsonaro en la 75 Asamblea General de la ONU avergüenza al pueblo brasileño y aisla a Brasil del mundo", señaló Greenpeace Brasil en un comunicado.

En el mismo tenor se pronunció el Observatorio del Clima, una red que reúne a más de 50 organizaciones ecologistas nacionales e internacionales en Brasil.

"En poco más de 14 minutos de un discurso deliberadamente delirante, el presidente una vez más expuso al país de manera vergonzosa y confirmó las preocupaciones de los inversionistas internacionales que están pensando en salir de Brasil", indicó la ONG en su pronunciamiento.

Covid-19 y desempleo

El mandatario brasileño, uno de los mas negacionistas sobre la gravedad de la COVID-19, dijo "lamentar cada muerte", pero apuntó que "desde el principio" alertó de que la pandemia y el desempleo que seguiría deberían ser atendidos al mismo tiempo y con el mismo rigor.

Lamentó que "por decisiones judiciales", las medidas de combate al virus en Brasil quedaron en manos de gobernadores y alcaldes que "dejaron al país casi al borde del caos".

Bolsonaro no hizo mención a los 137.000 muertos y 4,5 millones de contagios dejados hasta ahora por la pandemia en Brasil, pero hizo un repaso de las medidas adoptadas por su Gobierno ante la crisis sanitaria, sobre todo en el plano económico, con la asistencia a los más pobres y desempleados y a las pequeñas y medianas empresas.

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