A Jair Bolsonaro le han llamado el 'Trump brasileño' durante toda la campaña electoral. Por la apología de las armas, por el discurso machista, homófobo y racista, por su campaña de 'fake news' y en contra de los medios no afines y por su utilización de las redes, entre otras muchas coincidencias. 

Ahora los dos mandatarios se ven las caras en un encuentro que marca también un cambio en la posición diplomática de Brasil, que siempre había valorado su independencia frente a gigante del norte. Con esta visita, la primera de Bolsonaro como jefe de Estado, el presidente de Brasil espera unir fuerzas conseguir el estatus de aliado preferencial de los Estados Unidos dentro de los países que no están dentro de la OTAN.

“Por primera vez en mucho tiempo, llega a Washington un presidente brasileño que no es antiestadounidense. Es el comienzo de una alianza por la libertad y la prosperidad, como siempre desearon los brasileños”, ha escrito en Twitter.

Entre el 'America first' de Trump y el 'Brasil por encima de todo' de Bolsonaro pasaron dos años. 730 días que sirvieron para asentar a Trump como presidente de EEUU y para que Bolsonaro se hiciera con el poder en Brasil. Los dos tenían poca relevancia política cuando se presentaron a las elecciones y los dos han renegado de los medios tradicionales para pasar su mensaje, dedicándose a las redes sociales para llegar al electorado.

En una campaña donde han sobrado las 'fake news', Trump ha sido el espejo en el que se ha mirado Bolsonaro para construir su figura política. Steve Bannon, el estratega de la campaña de Trump, asesoró al equipo de Bolsonaro también y es uno de los invitados de honor del presidente brasileño en su visita a EEUU.

Como Trump, Bolsonaro es un defensor a ultranza del derecho de los ciudadanos a poseer armas. Y ni siquiera el reciente masacre en un colegio de São Paulo, donde ocho personas fueron asesinadas a manos de dos exestudiantes de la institución, le ha hecho cambiar de opinión. 

A nivel de política internacional, los dos han sido los primeros mandatarios en reconocer a Guaidó, en contra del gobierno de Maduro.  Ambos son muy críticos con las políticas de China y su posición de dominio en América Latina, pero mientras que el estadounidense protagoniza una guerra comercial con el país, Bolsonaro adoptó un discurso más moderado frente al principal socio comercial de Brasil (destino del 25 % de sus exportaciones).

Entre sus aliados se encuentra Israel y ambos defienden una intensa cooperación con Benjamín Netanyahu. Bolsonaro amenazó con imitar a Trump y trasladar la embajada de Brasil en Israel desde Tel Aviv a Jerusalén, algo que aún no ha hecho.

Mientras Trump y Bolsonaro estrechan lazos y consolidan sus posiciones en común, los demócratas han preparado otro tipo de recepción para el mandatario brasileño. Sus congresistas han divulgado una carta en la critican la ofensiva de Bolsonaro contra las mujeres y las minorías y, además, refieren las conexiones mal explicadas de la familia de Bolsonaro con las milicias que han participado en el asesinato de la política y activista Marielle Franco. 

Este martes, Bolsonaro se reunirá en la Casa Blanca con Trump, en lo que supondrá el primer encuentro de los que son considerados los principales estandartes del populismo de derechas actualmente en el continente americano. Después, ambos presidentes ofrecerán una rueda de prensa conjunta.

En una llamada telefónica para comentar la visita, un alto funcionario del Gobierno estadounidense, que pidió mantener el anonimato, calificó la cita como el "primer paso" para una "histórica reconfiguración" de las relaciones entre Washington y Brasilia.