Un veterano político de la oposición venezolana y de la total confianza de Juan Guaidó será el nuevo embajador de Venezuela en España. El nombramiento de Antonio Ecarri Bolívar se hará oficial el próximo 12 de febrero, cuando se ratifique el acuerdo en la Asamblea Nacional, según ha podido confirmar este diario.  

Ecarri, diputado y actual vicepresidente de Acción Democrática, ya se encuentra en España desde hace unos días y se espera que convoque una rueda de prensa en próximas fechas para marcar su hoja de ruta como embajador en nuestro país. 

Abogado de formación, Ecarri Bolívar es también profesor titular de Derecho en la Universidad de Carabobo. Su perfil es más político que diplomático, pero la cercanía con el presidente encargado ha decantado que su nombre haya sido finalmente el elegido. 

Fuentes de la oposición venezolana apuntan a que su nombramiento podría ser por el momento "simbólico" hasta que se aclare la situación de dos legitimidades en Venezuela. Sin embargo, Ecarri tiene intención de reunirse con dirigentes políticos de nuestro país, al igual que con representantes del Gobierno de Pedro Sánchez. 

Las mismas fuentes indican que si el nombramiento se materializa como simbólico no sería necesario el plácet de Moncloa. El ministro de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, no ha dejado claro si reconocerá al futuro embajador como único legítimo. 

En declaraciones a periodistas este martes en el Senado, Borrell ha dicho no tener constancia del nombramiento.  "¿Se lo ha anunciado a quién? ¿Y cómo, ha salido a la plaza y lo ha dicho o cómo es eso?", ha ironizado. 24 horas antes, el ministro no descartaba retirar las credenciales al actual embajador nombrado por Maduro y aseguró que España lo decidirá "en los próximos días". 

Ecarri es el primer vicepresidente de Acción Democrática, partido liderado por el ex presidente de la Asamblea Nacional Henry Ramos Allup que el pasado mes de julio abandonó la Mesa de Unidad Democrática (MUD) -coalición opositora- para poder competir en los procesos electorales.

La MUD, desdibujada por sus disputas internas, decidió no participar en las elecciones presidenciales del 20 de mayo, por falta de garantías democráticas. La cuestión de si concurrir o no a los distintos comicios que han tenido lugar estos años ha sido una de las principales causas de desgaste de la MUD.