Hace un mes estallaba la espantosa noticia. Una familia estadounidense había convertido su hogar en California -en la localidad de Perris- en la auténtica Casa de los Horrores. David y Louise Turpin mantenían a sus trece hijos malnutridos, encadenados y sin poder salir a la calle. Los tenían encerrados en contra de su voluntad y sufrían abusos físicos y emocionales severos que incluían palizas, torturas, vejaciones e incluso estrangulamientos.

Horror en estado puro. Un escenario de “depravación humana”, en palabras del fiscal que lleva el caso. Los dos perros de la familia, dos cachorros malteses de un año, estaban mejor cuidados que los niños.

Una imagen de Louise durante la primera vista judicial. Reuters

Tras declarar el pasado 18 de enero, la pareja vuelve a sentarse en el banquillo este viernes 23 de febrero en una nueva vista judicial. Sobre la pareja pesan un total de 38 cargos: 12 por tortura, 12 por detención ilegal, 7 por abusos a un adulto dependiente, 6 por abuso de menores y 1 por acto lascivo sobre un menor.

En esa primera audiencia, que duró 20 minutos, tanto David como su mujer Louise se declararon “no culpable”. El juez que lleva el caso estableció una fianza de 12 millones de dólares para cada uno y la pareja podría afrontar hasta 94 años de prisión. 

El estado actual de los hermanos

Cuando fueron rescatados, algunos de los hijos de la pareja mostraba un nivel de aislamiento tan grave que no sabían lo que era un agente de policía. Asimismo, y debido a la falta de alimento, fueron todos identificados como menores, a pesar de que sus edades oscilan entre los 2 y los 29 años. “Todas las víctimas estaban desnutridas. La de 29 años pesaba 37 kilos”, afirmaba Michael Hestrin, el fiscal del distrito de Riverside.

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Los niños están recibiendo antibióticos, vitaminas y nutrientes y los médicos temen que sufran un shock o episodios de ansiedad por su estado de desnutrición

500.000 dólares para los Turpin

Tras conocerse el escabroso caso, que ha despertado interés en todo el mundo, se creó una fundación para recaudar fondos. Los hermanos Turpin disponen ahora de más de medio millón de dólares para cubrir sus necesidades psicológicas a largo plazo. El dinero se encuentra en una cuenta bancaria de la fundación del sistema de Salud de la Universidad de Riverside, en California. 

"Creamos esto para apoyar a los hermanos. No existe una cifra exacta de dinero a recaudar porque creemos que sus necesidades van a crecer con el tiempo", afirmó Nicole Orr, directora de desarrollo de la fundación, según publica USA Today.

David y Louise Turpin podrían enfrentarse a más de 90 años de prisión.

Tocan la guitarra

Ahora, pasado un mes, los trece hermanos intentan recuperarse y superar los traumas del pasado. Sobre el estado actual de los hijos pocos detalles han trascendido a la prensa. Las autoridades han preferido mostrarse herméticas para respetar la privacidad de las víctimas. Sin embargo, se sabe que los mayores de edad están internados en el Corona Regional Medical Center y los más pequeños en el Riverside University Health System Medical Center. 

Asimismo, y según han publicado varios medios norteamericanos, los hermanos más adultos están aprendiendo a tocar la guitarra. "Están progresando", afirmó Mark Uffer, director del Corona Regional Medical Center, en declaraciones a People. "Se interesan por la música y han estado tocando guitarras acústicas". De hecho, ya dominan los acordes básicos y ya pueden tocar algunas canciones de John Denver y Tom Petty.

Ningún vecino sospechó nada

Durante años ningún vecino sospechaba nada. Los Turpin parecían la típica pareja perfecta con una familia genial.

Hasta que una de las hijas logró escapar de su ‘particular’ mazmorra y consiguió llamar a la Policía. Desde ese día, el 14 de enero, las autoridades están tratando de comprender qué motivos pudieron llevar a los padres a secuestrar ilegalmente a sus hijos y llegar al extremo de encadenar a tres de ellos.

Una imagen de David Turpin durante la primera audiencia judicial. Reuters

El juez ha decretado que la pareja no tenga ningún tipo de contacto con sus hijos hasta 2021. Sólo podrán comunicarse a través de su abogado.

Mientras los hijos se recuperan en el hospital, los perros han sido dados en adopción.