Es la trágica historia de una radicalización discreta, sin formar parte de una organización internacional, a la manera de los lobos solitarios. Cuatro individuos tomaron la decisión de cometer crímenes bajo el credo yihadista. Y dos turistas escandinavas pagaron el precio. Fueron un blanco fácil. Se encontraban solas en un páramo aislado.

Los crímenes de Maren Ueland y Louisa Vesterager el 17 de diciembre en Imlil, localidad del Atlas cercana a Marrakech, son atípicos pero llevan el sello del Estado Islámico (EI) en el modus operandi: los dos cuerpos aparecieron decapitados. La propaganda de la banda terrorista fue decisiva.

Sin embargo, Marruecos se encuentra ante un caso sin precedentes, sin organización, planificación ni conceptualización. Los presuntos autores tienen el perfil de delincuentes criminales más que de terroristas, según los interrogatorios que la Oficina Central de Investigación Judicial (BCIJ) realizó a los detenidos y que su director, Abdelhak Khiame, ha explicado en una entrevista a Medias24 en Marruecos.

La historia se remonta a 2014, cuando el BCIJ arrestó en Marrakech a un individuo que responde a las siglas A.J. por apología de terrorismo y reclutamiento de personas para enviarlas a zonas de conflicto (Siria e Iraq) y cometer actos terroristas.

El juez lo condenó a cuatro años de prisión, pero en 2015 quedó en libertad por una apelación en el tribunal de casación. 

A.J. salió de la cárcel con las mismas ideas yihadistas. No había cambiado. Y continuó su actividad pero con más discreción que en el pasado. Así consiguió pasar desapercibido y no llamar la atención. Estaba bajo control de los servicios secretos pero su conducta no desvelaba que realizaba actividad preparatoria para cometer crímenes. 

En ese momento su camino se cruzó con un individuo hispanosuizo, Zoller G.K., que recorría Marruecos, y que eventualmente se quedaría a residir en Marrakech

El hispanosuizo radicalizado fue el mentor 

Este ciudadano de padre suizo de origen colombiano y de madre española había tenido problemas con los tribunales suizos de 2013 a 2015 por delitos comunes, tráfico de estupefacientes, robo, daños a la propiedad, agresión, y violencia conyugal.  

Se había convertido al islam, aunque se desconoce la razón, en la mezquita del barrio Petit-Saconnex de Ginebra dirigida entonces por imanes franceses convertidos. Los religiosos habían estado en contacto con Mohamed Merah, el joven salafista francés de origen argelino que en 2012 perpetró los tiroteos en Mediodía-Pirineos; y habían sido el origen de varias radicalizaciones y reclutamiento de candidatos yihadistas enviados a Oriente Medio. Finalmente las autoridades los expulsaron de Suiza. 

Zoller G.K. se cruzó en Suiza con un marroquí radicalizado que le recomendó que realizara su yihad yendo a Marruecos e inscribiéndose en una escuela coránica. Obedeció y viajó a la localidad de Tikiouine pero no encontró ninguna por lo que se dirigió en un autobús a Marrakech para coger el avión a Ginebra. En la estación de autobuses habló con un hombre piadoso sin ideas extremistas que le aleccionó a quedarse en la ciudad creyendo que estaba haciendo una buena acción, y le presentó a un imán de una mezquita anárquica en las cercanías de la localidad. Este imán es una de las 22 personas detenidas por los crímenes de las dos escandinavas y fue quien lo puso en contacto con A.J., el futuro emir o líder de la célula. 

El hispanosuizo, ya radicalizado, fue un mentor para el grupo. Arrestado el 29 de diciembre, confesó en el interrogatorio que había entrenado a miembros del grupo en el uso de armas de fuego, que les había proporcionado la aplicación Telegram, y que había reclutado o tratado de hacerlo a marroquíes y subsaharianos para cometer actos terroristas en Marruecos

A través de Telegram enviaba propaganda del EI a los individuos enrolados. Un grupo de 22 personas que se reunían en 2018, a veces en el campo cerca de Marrakech y en otras ocasiones en pequeños grupos en los domicilios. Los intercambios estaban impregnados de odio y deseo de venganza contra los “cruzados” y los enemigos del EI.

Objetivo: turistas o fuerzas de seguridad

En diciembre de 2018, cuatro personas de este grupo decidieron actuar. El objetivo era “hacer algo”, no tenían una meta clara, matar a turistas o a miembros de las fuerzas de seguridad.  

El miércoles 12 de diciembre, grabaron un vídeo de lealtad al EI en la residencia de A.K., que aparece en el extremo derecho de las imágenes. Colgaron de fondo una bandera negra con el símbolo del EI y ante la cámara de un móvil el emir de la célula leyó con voz vacilante el texto de lealtad. Posteriormente, los cuatro se afeitaron las barbas. 

El viernes 14 tomaron rumbo dirección a Imlil, en las montañas del Atlas, en un taxi colectivo cargados de bolsas de plásticos donde llevaban los cuchillos. Renunciaron a actuar en Marrakech, ciudad más vigilada. Sin embargo, en el camino dos gendarmes detuvieron el vehículo en un control rutinario. Acordaron silenciosamente que si los descubrían, matarían a la pareja. Sin embargo, les pidieron los papeles y los dejaron continuar el viaje. 

En Imlil había demasiada gente, así que decidieron seguir hasta Sidi Chamharouch. En el camino se toparon con dos ciclistas extranjeros y con un grupo de turistas acompañados de un guía; pero no actuaron porque había demasiada gente

Poco después se tropezaron con otro turista que les habló en inglés. Pensaron que era británico y decidieron matarlo. Antes de cometer el delito le preguntaron por su religión y él respondió: “musulmán”. Lo liberaron. 

Por una razón que no está clara, el cuarto de la banda, A.K., quien había grabado el video de lealtad, decidió volver a Marrakech. Deja a sus cómplices, pero antes les dijo: “Estoy cansado, pero estoy comprometido con vosotros. Bajaré a Marrakech y prepararé un escondite para vuestro regreso”

El domingo 16 de diciembre, al caer la noche, sobre las 19 horas, vieron a dos jóvenes europeas. Instalaron su propia tienda a 150 metros de las dos turistas aisladas. Se echaron a dormir hasta que sonaron sus despertadores a medianoche. Momento en que se levantaron y cometieron los dos crímenes. Las dos víctimas fueron decapitadas. A la 1 de la madrugada huyeron con cierto pánico, abandonaron rápido su tienda, pero al jefe A.J. se le cae un documento de identidad. Precisamente él fue quien presuntamente degolló a las mujeres.

Caminaron durante cinco horas hasta Asni y retomaron el camino de vuelta a Marrakech en autobús. En la carretera enviaron el vídeo del asesinato a los otros 18 miembros de la célula por Telegram y les pidieron que actuasen también. 

Según la BCIJ y contrario a lo que se dijo “ninguna cámara de vigilancia en Imlil o los alrededores los grabó”.

El lunes 17 de diciembre por la mañana, las autoridades recibieron la notificación. El BCIJ, la gendarmería real y la policía judicial de Marrakech estaban sobre la pista. El BCIJ fue el que tomó las decisiones por petición del fiscal general de Rabat, encargado de los casos de terrorismo. El modus operandi indicaba que se trataba de crímenes terroristas.

Abdelhak Khiame envió varios equipos en el acto. Se desconoce cómo ni cuándo los servicios secretos interceptaron el vídeo enviado por Telegram. A partir de ese momento identificaron a los cuatro autores, y el documento encontrado en la escena del crimen confirmó las sospechas.

"Actos salvajes difíciles de predecir"

A.K. fue arrestado en su casa el día 18 de diciembre e interrogado en Marrakech, donde confesó y proporcionó los nombres de los otros partícipes, que no regresaron a sus hogares. Siguieron juntos y pasaron dos noches en un campo de fútbol. 

En ese momento todas las entradas y salidas de Marrakech permanecían supervisadas por efectivos de la BCIJ, que estimó que se ocultaban en la ciudad y que intentarían escapar. El jueves por la mañana, a las 7 horas, los descubrieron en la estación de autobuses de Bab Doukkala. A pesar de que no sabían si están utilizando cinturones explosivos, unos cientos de metros más adelante, una barricada detuvo el vehículo y agentes de la BCIJ, vestidos de civiles, subieron y los detuvieron. Los sospechosos no opusieron resistencia. 

Los tres fueron enviados a la sede del BCIJ en Salé. Y se sometió a una discreta vigilancia a todas las personas nombradas por los arrestados. 

La opinión de Khiame, que participó en los interrogatorios, y que ha visto al menos a un millar de personas implicadas en crímenes terroristas al igual que en mucho delitos comunes, es que el perfil de los cuatro detenidos sospechosos del asesinato de las jóvenes escandinavas es de delincuentes comunes en lugar de terroristas

Por lo que la tragedia se considera terrorismo sin líder. El credo yihadista viene del EI pero los asesinatos no han sido validados u ordenados específicamente. “Estos actos salvajes, no planificados, a veces cometidos por un solo individuo, son muy difusos, y muy difíciles de predecir”, asegura Khiame. Es la primera matanza de estas características en Marruecos.