Secuestrada, torturada y violada por al menos 13 jóvenes. La sociedad marroquí está conmocionada por el brutal cautiverio al que fue sometida una menor de 17 años en la provincia de Beni Melal, en el centro de Marruecos. 

El grupo de agresores, con edades comprendidas entre los 18 y los 27 años, mantuvo durante más de un mes a la víctima retenida contra su voluntad en una casa de Ulad Ayad. En esas cuatro paredes sufrió vejaciones de todo tipo, incluyendo quemaduras en la piel con cigarrillos e insultos y dibujos tatuados por toda su piel que realizaron con objetos punzantes. Además, fue violada por turnos en multitud de ocasiones. 

Fue la madre de la menor quien puso la denuncia aunque al parecer después de que la víctima hubiera sido liberada por sus captores.

Aunque la desaparición y el secuestro tuvieron lugar antes del mes de ramadán (es decir, a principios de mayo), la familia no puso inmediatamente una denuncia por el miedo que la policía despierta entre muchos habitantes de las regiones rurales del país.

Según la Asociación para el desafío de la igualdad y la ciudadanía que ha seguido este caso, ocho de los agresores ya han sido detenidos mientras la policía busca a otros cinco tras haber obtenido información del entorno de la víctima. 

La asociación va a personarse como parte civil en la defensa de la menor, y tiene previsto proveer un abogado, además de tratamiento psicológico para la víctima ante "uno de los sucesos más salvajes que me ha tocado ver", según ha declarado la fundadora de esta entidad, Buchra Abdu.